Londres (PL) Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y Alemania discutirán mañana aquí la eventualidad de adoptar nuevas sanciones contra Irán por su negativa a poner bajo control internacional su programa nuclear.
Las represalias son alentadas por Estados Unidos ante el rechazo iraní de suspender la obtención de uranio enriquecido como combustible para las plantas generadoras de la electricidad que demanda su desarrollo económico.
Washington acusa adicionalmente a Teherán de tener miras militares con ese material radiactivo, que puede ser empleado para fabricar armas de exterminio masivo.
El gobierno de la República Islámica rechaza tales imputaciones y reclama su derecho soberano a controlar toda la tecnología nuclear como firmante del Tratato de No Proliferación de ONU.
En ese contexto convino con el Organismo Internacional de Energía Atómica esclarecer antes de finalizar este año la naturaleza de su programa nuclear, decisión ratificada hace una semana en Roma al canciller europeo, Javier Solana.
La política de fuerza estadounidense fue rechazada el martes en Teherán por el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, al indicar que no ayuda a continuar con los esfuerzos colectivos para lograr de Irán la transparencia que se le demanda.
El grupo de negociadores está dividido en cuanto a la actitud a seguir, ya que Estados Unidos, Francia y Reino Unido se pronuncian por la confrontación, mientras Rusia y China se oponen. Italia y Alemania, dos importantes socios de la Unión Europea, apoyan la negociación.
En declaraciones ayer en París, el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, Nicolas Burns, defendió las sanciones económicas cuya adopción anunció su país la semana pasada.
Las represalias afectan al Ministerio de Defensa de Irán, sus Cuerpos de Guardias Revolucionarios y a más de 20 compañías, bancos e individuos iraníes.
Bajo las leyes norteamericanas, cualquier activo encontrado en Estados Unidos perteneciente a los grupos designados debe ser congelado. Los estadounidenses también tienen prohibido realizar negocios con ellos.
Las represalias son alentadas por Estados Unidos ante el rechazo iraní de suspender la obtención de uranio enriquecido como combustible para las plantas generadoras de la electricidad que demanda su desarrollo económico.
Washington acusa adicionalmente a Teherán de tener miras militares con ese material radiactivo, que puede ser empleado para fabricar armas de exterminio masivo.
El gobierno de la República Islámica rechaza tales imputaciones y reclama su derecho soberano a controlar toda la tecnología nuclear como firmante del Tratato de No Proliferación de ONU.
En ese contexto convino con el Organismo Internacional de Energía Atómica esclarecer antes de finalizar este año la naturaleza de su programa nuclear, decisión ratificada hace una semana en Roma al canciller europeo, Javier Solana.
La política de fuerza estadounidense fue rechazada el martes en Teherán por el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, al indicar que no ayuda a continuar con los esfuerzos colectivos para lograr de Irán la transparencia que se le demanda.
El grupo de negociadores está dividido en cuanto a la actitud a seguir, ya que Estados Unidos, Francia y Reino Unido se pronuncian por la confrontación, mientras Rusia y China se oponen. Italia y Alemania, dos importantes socios de la Unión Europea, apoyan la negociación.
En declaraciones ayer en París, el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, Nicolas Burns, defendió las sanciones económicas cuya adopción anunció su país la semana pasada.
Las represalias afectan al Ministerio de Defensa de Irán, sus Cuerpos de Guardias Revolucionarios y a más de 20 compañías, bancos e individuos iraníes.
Bajo las leyes norteamericanas, cualquier activo encontrado en Estados Unidos perteneciente a los grupos designados debe ser congelado. Los estadounidenses también tienen prohibido realizar negocios con ellos.
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Prensa Latina - Cuba/02/11/2007
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