La idea de una toma de poder por parte de los islamistas, obligando a las fuerzas estadounidenses a buscar y asegurar los enclaves nucleares paquistaníes sería "horrible", estima un analista
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Lachlan Carmichael
Lachlan Carmichael
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Estados Unidos se vería impotente, según analistas, ante el riesgo de que armamento nuclear paquistaní cayera en manos de islamistas, en caso de degradarse la crisis política en Pakistán.
Según expertos estadounidenses esta sería la razón de que Washington no tenga otra opción que contribuir a resolver la crisis y mantener sus lazos privilegiados con la élite militar pro-occidental, independientemente de que el general Pervez Musharraf se mantenga o no en el poder.
"No hay ninguna buena opción militar", dijo Daniel Markley, antiguo responsable del departamento de Estado y que trabaja actualmente para el centro de política internacional Council of Foreign Relations.
La idea de una toma de poder por parte de los islamistas, obligando a las fuerzas estadounidenses a buscar y asegurar los enclaves nucleares paquistaníes sería "horrible", estima este analista, para quien "estar seguro de encontrarlos es simplemente irreal" dada la falta de información de la que disponen los estadounidenses.
Evitar este "guión de pesadilla" implica "buenas relaciones de trabajo" con el ejército pakistaní, pero "no significa que apoyemos a un dictador", aclaró Markley.
Si el gobierno estadounidense decide no apoyar a Musharraf, tendrá que tener cuidado de mantener los lazos con la institución que dirige el general. "Es un equilibrio difícil", estimó el experto.
Leonard Spector, director adjunto del centro de estudios James Martin para la no proliferación, con sede en Monterey (California, oeste), también opina que no existe opción militar. "La idea de que vayamos a intervenir, de una u otra manera, es una posibilidad muy lejana", señaló.
El arsenal acumulado por Pakistán desde que en 1998 hiciese explotar su primer artefacto atómico se estima en unas cincuenta armas nucleares.
De momento el gobierno estadounidense busca asegurarse de que la cadena de mando de Musharraf esté operativa y se mantenga en caso de transferencia del poder. "Será un problema tan solo en caso de conmoción total de la sociedad. E incluso en ese caso, pienso que nos encontraremos con un (...) militar muy leal", para proteger el arsenal nuclear, afirmó Spector.
Armas nucleares en manos de profesionales
Andrew Koch, analista especializado en seguridad y defensa de la consultora Scribe Strategies and Advisors estima que las armas nucleares de Pakistán se encuentran, de momento, en manos de "una élite pro-occidental muy profesional".
Lo que significa que los talibanes y Al-Qaeda no podrían utilizar el material tomado durante una incursión, ya que los núcleos de la materia fisible no se guardan en el mismo lugar que el resto de las armas.
Sin embargo, según el analista, algunos científicos sospechosos de simpatizar con los extremistas, y que trabajan en este programa, podrían facilitarles secretos de fabricación aunque no contrabandeen directamente con armas. Cuanto más se prolongue la inestabilidad política, mayor será el riesgo, según este experto.
La reputación de Pakistán, único país musulmán que posee la bomba atómica, quedó dañada cuando el "padre" del arma nuclear paquistaní, Abdul Qadeer Khan, confesó haber vendido información confidencial a Irán, Libia y Corea del Norte.
Estados Unidos se vería impotente, según analistas, ante el riesgo de que armamento nuclear paquistaní cayera en manos de islamistas, en caso de degradarse la crisis política en Pakistán.
Según expertos estadounidenses esta sería la razón de que Washington no tenga otra opción que contribuir a resolver la crisis y mantener sus lazos privilegiados con la élite militar pro-occidental, independientemente de que el general Pervez Musharraf se mantenga o no en el poder.
"No hay ninguna buena opción militar", dijo Daniel Markley, antiguo responsable del departamento de Estado y que trabaja actualmente para el centro de política internacional Council of Foreign Relations.
La idea de una toma de poder por parte de los islamistas, obligando a las fuerzas estadounidenses a buscar y asegurar los enclaves nucleares paquistaníes sería "horrible", estima este analista, para quien "estar seguro de encontrarlos es simplemente irreal" dada la falta de información de la que disponen los estadounidenses.
Evitar este "guión de pesadilla" implica "buenas relaciones de trabajo" con el ejército pakistaní, pero "no significa que apoyemos a un dictador", aclaró Markley.
Si el gobierno estadounidense decide no apoyar a Musharraf, tendrá que tener cuidado de mantener los lazos con la institución que dirige el general. "Es un equilibrio difícil", estimó el experto.
Leonard Spector, director adjunto del centro de estudios James Martin para la no proliferación, con sede en Monterey (California, oeste), también opina que no existe opción militar. "La idea de que vayamos a intervenir, de una u otra manera, es una posibilidad muy lejana", señaló.
El arsenal acumulado por Pakistán desde que en 1998 hiciese explotar su primer artefacto atómico se estima en unas cincuenta armas nucleares.
De momento el gobierno estadounidense busca asegurarse de que la cadena de mando de Musharraf esté operativa y se mantenga en caso de transferencia del poder. "Será un problema tan solo en caso de conmoción total de la sociedad. E incluso en ese caso, pienso que nos encontraremos con un (...) militar muy leal", para proteger el arsenal nuclear, afirmó Spector.
Armas nucleares en manos de profesionales
Andrew Koch, analista especializado en seguridad y defensa de la consultora Scribe Strategies and Advisors estima que las armas nucleares de Pakistán se encuentran, de momento, en manos de "una élite pro-occidental muy profesional".
Lo que significa que los talibanes y Al-Qaeda no podrían utilizar el material tomado durante una incursión, ya que los núcleos de la materia fisible no se guardan en el mismo lugar que el resto de las armas.
Sin embargo, según el analista, algunos científicos sospechosos de simpatizar con los extremistas, y que trabajan en este programa, podrían facilitarles secretos de fabricación aunque no contrabandeen directamente con armas. Cuanto más se prolongue la inestabilidad política, mayor será el riesgo, según este experto.
La reputación de Pakistán, único país musulmán que posee la bomba atómica, quedó dañada cuando el "padre" del arma nuclear paquistaní, Abdul Qadeer Khan, confesó haber vendido información confidencial a Irán, Libia y Corea del Norte.
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El Nuevo Diario - Nicaragua/15/11/2007
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