9/11/07

El presidente Putin juega con cartas limpias

Igor Kondrashev
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El autor es embajador de la Federación de Rusia
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Con el interés y cierto pesar para sus lectoresleí el artículo editorial (de LA PRENSA) Los malabares de Vladimir Putin, publicado en la edición del 23 de octubre pasado. ¿Qué pueden tirar los nicaragüenses de este artículo, qué opinión sobre Putin y sobre Rusia actual? ¿Que los pobres rusos siguen viviendo bajo la dictadura casi zarista? ¿Y que Putin intentará eternizar este régimen autoritario? Qué gran equivocación. Se me ocurrieron algunos pensamientos que quiero compartir con mis amigos nicaragüenses.
Últimamente, en la prensa del mundo que llamamos occidental aparece gran número de opiniones críticas sobre Rusia y su Presidente. No estamos en contra de la crítica. Al revés, consideramos que esta (si es constructiva) estimula y contribuye al progreso del país. Lo que de verdad nos hace lamentar es que algunos medios exponen los aspectos negativos de la vida actual de Rusia, silenciando o ignorando los cambios muy profundos en la sociedad rusa, en la política, en sus fundamentos económicos y en la propia economía, que crece los últimos siete años a un ritmo de siete por ciento anual. ¿Quién podía hace poco imaginar que el país de tamaño y de importancia de Rusia en menos de 15 años pasara de la economía planificada a la economía de mercado y al sistema político presidencialista y democrático?
En el mencionado editorial de LA PRENSA se reprocha al presidente Vladimir Putin de autoritarismo y “ambición personal de poder y control”, que serían “un traspié para el accidentado proceso de democratización”. La voluntad del pueblo, su derecho soberano a elegir y dirigir con su elección al país es la base de los valores y los principios democráticos fundamentales, a los que suelen recurrir con tanta frecuencia los políticos y los expertos occidentales. En esta relación, ¿ se puede indicar algún otro líder de un país que goce del apoyo de setenta por ciento de los ciudadanos al finalizar el octavo año de su mandato? Yo conozco solamente a uno, a Vladimir Putin.
Se destaca justamente en ese editorial que el Presidente no apoya la reforma constitucional. No cabe duda que tanto el parlamento ruso, donde el partido presidencial Rusia Unida tiene la mayoría de los escaños, como el propio pueblo de Rusia, en el caso del referendo sobre la Constitución, votarían por el cambio de la Carta Magna si eso daría el derecho de reelección al actual Presidente, quien tiene toda la confianza del pueblo. Aquí existe un gran obstáculo. Tal precedente podría asestar un golpe irreparable a la joven democracia rusa. Tanto el Presidente como la mayoría de los ciudadanos de Rusia lo entienden. Por eso estoy seguro de que el avance que hizo Rusia durante el mandato presidencial de Putin no son los “malabares” y el mismo mandatario no tiene ninguna “carta escondida debajo de la manga”, sino que juega con las cartas abiertas y claras por el bien del pueblo de su país y conforme a los intereses nacionales.
Y considero obviamente grosero llamar “cualquier pelele” al Primer Ministro de cualquier país y aún más al de un país tan grande como Rusia. Pero cada uno se expresa según la educación recibida en el colegio y la universidad o la ausencia de esta.
En lo que se refiere a la preocupación de ciertos países por el fenómeno de Vladimir Putin, quisiera atraer la atención al hecho de que los así llamados países occidentales no son toda la comunidad internacional que también incluye a Argentina, Brasil, China, India, Indonesia, Irán, Cuba, Corea, Pakistán, Kazakstán, que cuentan con más de la mitad de la población del mundo. ¿Quiere decir que las opiniones de estos ya no se tienen en cuenta? En muchos de los países “preocupados” existe la tradición política hereditaria de clanes gobernantes que tiene poco que ver con los principios democráticos, pero no es criticada por la prensa del Occidente, lo que se parece mucho a la política de doble rasero.
Una tesis más que quería comentar es la hipótesis que se hace en el editorial, de que existe una vinculación entre el Kremlin y los asesinatos repugnantes y condenados de los “críticos” de Putin. El Kremlin sí tiene enemigos, pero no son los que critican el curso político del Gobierno de Rusia, sino los que en los años noventa —la época más difícil en la historia moderna de Rusia— aprovecharon tales tragedias del país como la guerra en Chechenia, la crisis económica y muchas otras en su propio beneficio, robando al país y cometiendo crímenes, agravando aún más la vida de la gente sencilla. ¿Dónde están ellos ahora? Lamentablemente en unos países que se califican de bastiones de la democracia y de las libertades, de defensores de derechos humanos, escapando de tal modo de justicia.
Y si se averigua y contesta quién en realidad ha estado interesado en estos atroces asesinatos, es fácil de averiguar que ellos parecen mucho a la provocación destinada a manchar el nombre del Presidente de Rusia.
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La Prensa - Nicaragua/09/11/2007

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