Patricio Aylwin Azócar, ex presidente de Chile
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Patricio Aylwin Azócor presidente chileno de la transición comparte las claves del modelo de centroizquierda que impulsó.
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Sara Verónica López
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Con la autoridad que le dan sus 70 años en la política y sus 89 de vida, el ex presidente chileno Patricio Aylwin Azócar, el primero de la era democrática tras la derrota en las urnas de la dictadura de Augusto Pinochet, conversa sin prisa sobre el rumbo que la izquierda chilena tuvo que adoptar, pasando por una alianza con el centrodemocristiano, para ser una opción de Gobierno en Chile.
Desde la doctrina demócrata cristiana, Aylwin Azócar impulsó la gran alianza: socialista y democristiana, que ya lleva gobernando cuatro períodos. El crecimiento con equidad y el libre mercado con regulación son las premisas que más se dibujan en su discurso concertador y, por eso, alejado de la izquierda chavista.
La concertación chilena se reconoce como el motor de los avances democráticos y económicos que llevan a ese país suramericano, casi sin excepciones, al tope de las lista de los más desarrollados en Latinoamérica.
“El presidente”, como se le sigue llamando a Aylwin 13 años después de haber dejado la casa de gobierno, se encuentra en El Salvador para participar en un encuentro con políticos nacionales auspiciado por la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), que busca, precisamente, impulsar algo que él en sus cuatro años de gobierno encontró: diálogo para impulsar la democracia, espacios de encuentro y discusión en una sociedad dividida.
Esta es parte de su conversación con tres medios locales, entre ellos LA PRENSA GRÁFICA.
No hay recetas, pero ¿cuál sería su recomendación para un país que se debate en la polarización?
No me atrevería ni tengo ninguna autoridad para dar consejos. Mi país fue tremendamente dividido en tres polos: una derecha liberal conservadora muy fuerte, una izquierda socialista comunista muy fuerte y una democracia cristiana muy fuerte. Tres tercios, cada una con un líder. Derrotada la dictadura en el plebiscito (1988), los que nos habíamos unido por el “no” éramos el tercio izquierda y el demócrata cristiano, que formamos la concertación de partidos por el “no”, y luego la concertación por la “democracia”. Es la coalición que encabezó el gobierno democrático y ha seguido gobernando con Eduardo Frei Retable, Ricardo Lagos y ahora Michelle Bachelet. Estamos cumpliendo este cuarto gobierno, y no le puedo ocultar que los DC aspiramos a que en la próxima vuelta nos toque a nosotros y sigamos gobernando en esta concertación, pero con una cabeza de la DC, que confío que será Soledad Alvear (actual senadora y ex canciller de Lagos).
¿Como se hace para construir una izquierda como la de Chile?
Yo creo que la experiencia que vivió la izquierda chilena en el exilio sobre el desastre de los gobiernos de la órbita comunista los condujo a reconocer que el camino para sacar adelante y estimular el progreso de los países no es la estatización de la economía. El papel del Estado no es apropiarse de las empresas y controlar el mercado, sino velar por que el funcionamiento del mercado sea en términos equitativos, sea compatible con la justicia social. No se derrota a la pobreza si no hay crecimiento, pero no basta con que haya crecimiento y esperar que el chorreo del crecimiento, lo que sobra a los ricos en el crecimiento vaya a la política social. El mercado es eficiente para generar riqueza, pero no es por sí solo justo para distribuirla, y entonces viene el papel del Estado de procurar la equidad por la vía tributaria, por la vía del estímulo, el fomento a los pequeños empresarios, y la defensa de los derechos de los trabajadores, políticas de remuneraciones justas y equitativas.
¿Qué papel jugó la alternancia en los logros de Chile?
Todos los que estuvimos en contra (de la dictadura) nos unimos en la concertación de partidos por la democracia, estos logros son de todos los que estuvieron con (Eduardo) Frei y con (Salvador) Allende. El socialismo de nuestros aliados socialistas no es el mismo que pregonizaba Salvador Allende, en que la unión soviética era poderosa. En Chile queda un partido comunista muy reducido que no forma parte de la coalición de gobierno y no tienen peso importante en la vida nacional.
¿La democracia cristiana ha jugado papel de punto de encuentro entre derecha e izquierda?
En alguna medida es cierto, pero no exactamente es eso lo que ha ocurrido, la verdad es que la diferencia histórica entre el mundo socialista comunista y el democratacristiano es que el mundo socialista y comunista que gobernó con Allende era decidido partidario de la estatización de la sociedad entendido como estatización de la economía.
Después de la caída de los socialismos reales, esa receta perdió importancia en el mundo. Y los socialistas chilenos que vivieron en el exilio, valoraron a la democracia, entendieron el papel importante del Estado y admitieron al mercado como instrumento más efectivo para creación de la riqueza bajo un control de Estado. Teniendo función de velar por el bien común para que el mercado no abuse. Esta coalición es bastante sólida y espero que lo siga siendo. Reconocer la eficiencia del mercado, pero el mercado no basta, es necesario que regule.
¿Qué hace diferente al socialismo de Venezuela del chileno?
Con mucho respeto, creo que el presidente de Venezuela se ha quedado en otros tiempos. Quiere hacer retroceder la historia. La receta que él está practicando no ha prosperado en ninguna parte en democracia. Esa receta solo es posible con dictadura. Confío en que los venezolanos se den cuenta de que la dictadura no es el camino. La dictadura uno sabe dónde empieza pero no sabe dónde termina, y termina destruyendo los derechos esenciales de la persona humana. Eso ha ocurrido en todos los países que usaron esa receta. Es lo que ocurre en Cuba. En Cuba tiene la justificación de la figura histórica de Fidel Castro, que en su tiempo, frente a la dictadura que había en su país, fue mirado como un liberador, pero terminó estableciendo un sistema dictatorial también.
¿Es preocupante que haya partidos en la región que sigan a Chávez como modelo a seguir?
Yo creo en la democracia y veo preocupante que surjan partidos que de algún modo, sobre la base de lideratos personalizados, corroen o destruyen la democracia. Los regímenes que se fundan en lideratos personalizados terminan en regímenes totalitarios. La democracia supone el pluralismo, supone la competencia de múltiples lideratos conforme a proyectos de sociedad que se someten a la decisión soberana del pueblo en las elecciones. Creo que la experiencia europea y en América Latina ha demostrado que este es el sistema más pacífico y que permite una convivencia pacífica y gobiernos realizadores.
¿Qué visión tiene usted de EUA, y el panorama en Suramérica, con un triunfo de las izquierdas?
Dos cosas, dos temas separados. Parto por el segundo. Yo no le tengo miedo a los modelos de izquierda, me siento un hombre de centroizquierda, la democracia cristiana ha sido en Chile, un partido claramente ubicado más a la izquierda que a la derecha. Los partidos de derecha defienden fundamentalmente el orden y el orden lo fundan en la propiedad privada, los partidos de izquierda defienden fundamentalmente la justicia, y la justicia es defender a los trabajadores frente a la explotación capitalista. Fue posible la alianza con el socialismo, que nunca fue totalitario, pero que tuvo tentaciones en el período de Allende.
¿Cuál es su visión de Estados Unidos? ¿Cree que está alejado de Latinoamérica como consideran algunos analistas?
Debemos entender que Estados Unidos, nos guste o no nos guste, es una potencia todavía, porque surgen otras que no sabemos a dónde van a llegar, pero es la potencia hegemónica del mundo que estamos viviendo.
Sería una torpeza, a mi juicio, que nos pusiéramos a pelear con el grande del continente, pero hay al mismo tiempo que defender nuestra autonomía, la independencia de nuestros países. Hay que tener personalidad.
No entiendo políticas en nuestros países que se funden en crear una “odiosidad” contra EUA. Eso es cosa de niño chico. Muy poca visión de futuro. En EUA hay gente que entiende que ya pasaron los tiempos del imperialismo, y los latinoamericanos tienen que unirse para un trato de igual a igual.
¿Cree que los partidos conservadores deben acercarse cada vez más al centro o volcarse hacia lo social?
No soy quien para darle recetas a los partidos conservadores. No he militado nunca en partidos conservadores, aunque la Falange Nacional en Chile, la actual Democracia Cristiana, nació como Juventud Conservadora, se rebeló contra los conservadores, y dio origen al partido Demócrata Cristiano. Es un partido, yo lo considero de centroizquierda, más que de centro derecha así es, por lo menos, el chileno.
¿Conoce la Democracia Cristiana de acá?
Tengo amigos, espero poder conversar con ellos, pero para ser franco no estoy interiorizado en la vida política de ustedes.
¿Cuáles son las principales trabas políticas para un proceso democrático?
No me atrevo a teorizar, podría contar lo que ocurrió en Chile. La principal traba política que triunfado el “no” y elegido un gobierno democrático para suceder a la dictadura podría ser el veto que hubiera puesto la mayoría que en el senado tenía la oposición como consecuencia de los senadores que dejó designados Pinochet... y no habría sido posible la reforma tributaria ni la laboral, si no me hubiera encontrado con que logré muy importantes acuerdos con los trabajadores y empresarios: generalmente, los trabajadores representan a la izquierda, el mundo progresista; los capitalistas, los empresarios defienden su fortuna, un status quo.
¿Es necesario juzgar los crímenes de guerra en el caso salvadoreño, tal como se hizo en Chile, para obtener la reconciliación?
En el caso chileno si no hubiéramos hecho lo que hicimos, de esclarecer la verdad de lo que había ocurrido, es muy difícil que el país se hubiera reconciliado. La reconciliación solo se construye sobre las bases de la verdad y la justicia. Tiene que tener un fundamento moral, ético. Eso permitió que Chile sea un país reconciliado, pero cada país tiene que ver cómo lo hace.
¿Cómo ve a Centroamérica?
Cometería una imprudencia si le digo que sí se han quedado atrasados, van a decir ‘con qué derecho viene a criticar este señor’, y debería estudiarlo más.
Hoy día sería una impresión, y lo peor es manejarse con impresiones.
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Comentarios:
Los socialistas chilenos valoraron a la democracia, entendieron el papel importante del Estado y admitieron al mercado como instrumento.
Creo que el presidente de Venezuela (Hugo Chávez) se ha quedado en otros tiempos. Quiere hacer retroceder la historia.
En EUA hay gente que entiende que ya pasó el tiempos del imperialismo, y A.L. debe unirse para un trato de igual a igual.
Si no hubiéramos esclarecido la verdad de lo que había ocurrido, es muy difícil que el país se hubiera reconciliado.
Generalmente, los trabajadores representan el mundo progresista; los capitalistas, un status quo.
El mercado es eficiente para generar riqueza, pero no es por sí solo justo para distribuirla.
Yo creo que cometería una imprudencia si le digo que sí se han quedado atrasados (sobre cómo ve a Centroamérica).
El socialismo de nuestros aliados no es el mismo que pregonaba Salvador Allende, en que la URSS era poderosa.
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Perfil
Cargo:
Ex presidente de Chile (1990-1994)
Biografía:
Nació en Viña del Mar el 26 de noviembre de 1918. Descendiente de irlandeses y española.
También se ha desempeñado como abogado y catedrático de universidad.
Líder del partido Democráta Cristiano chileno.
Electo en 1989
RivalesEn diciembre de 1989, Patricio Aylwin se enfrentó a Hernán Büchi (del bloque de derecha) y Francisco Javier Errázuriz Talavera, saliendo triunfador con un 55.2% de los votos.
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La Prensa Gráfica - El Salvador/19/11/2007
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Patricio Aylwin Azócor presidente chileno de la transición comparte las claves del modelo de centroizquierda que impulsó.
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Sara Verónica López
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Con la autoridad que le dan sus 70 años en la política y sus 89 de vida, el ex presidente chileno Patricio Aylwin Azócar, el primero de la era democrática tras la derrota en las urnas de la dictadura de Augusto Pinochet, conversa sin prisa sobre el rumbo que la izquierda chilena tuvo que adoptar, pasando por una alianza con el centrodemocristiano, para ser una opción de Gobierno en Chile.
Desde la doctrina demócrata cristiana, Aylwin Azócar impulsó la gran alianza: socialista y democristiana, que ya lleva gobernando cuatro períodos. El crecimiento con equidad y el libre mercado con regulación son las premisas que más se dibujan en su discurso concertador y, por eso, alejado de la izquierda chavista.
La concertación chilena se reconoce como el motor de los avances democráticos y económicos que llevan a ese país suramericano, casi sin excepciones, al tope de las lista de los más desarrollados en Latinoamérica.
“El presidente”, como se le sigue llamando a Aylwin 13 años después de haber dejado la casa de gobierno, se encuentra en El Salvador para participar en un encuentro con políticos nacionales auspiciado por la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES), que busca, precisamente, impulsar algo que él en sus cuatro años de gobierno encontró: diálogo para impulsar la democracia, espacios de encuentro y discusión en una sociedad dividida.
Esta es parte de su conversación con tres medios locales, entre ellos LA PRENSA GRÁFICA.
No hay recetas, pero ¿cuál sería su recomendación para un país que se debate en la polarización?
No me atrevería ni tengo ninguna autoridad para dar consejos. Mi país fue tremendamente dividido en tres polos: una derecha liberal conservadora muy fuerte, una izquierda socialista comunista muy fuerte y una democracia cristiana muy fuerte. Tres tercios, cada una con un líder. Derrotada la dictadura en el plebiscito (1988), los que nos habíamos unido por el “no” éramos el tercio izquierda y el demócrata cristiano, que formamos la concertación de partidos por el “no”, y luego la concertación por la “democracia”. Es la coalición que encabezó el gobierno democrático y ha seguido gobernando con Eduardo Frei Retable, Ricardo Lagos y ahora Michelle Bachelet. Estamos cumpliendo este cuarto gobierno, y no le puedo ocultar que los DC aspiramos a que en la próxima vuelta nos toque a nosotros y sigamos gobernando en esta concertación, pero con una cabeza de la DC, que confío que será Soledad Alvear (actual senadora y ex canciller de Lagos).
¿Como se hace para construir una izquierda como la de Chile?
Yo creo que la experiencia que vivió la izquierda chilena en el exilio sobre el desastre de los gobiernos de la órbita comunista los condujo a reconocer que el camino para sacar adelante y estimular el progreso de los países no es la estatización de la economía. El papel del Estado no es apropiarse de las empresas y controlar el mercado, sino velar por que el funcionamiento del mercado sea en términos equitativos, sea compatible con la justicia social. No se derrota a la pobreza si no hay crecimiento, pero no basta con que haya crecimiento y esperar que el chorreo del crecimiento, lo que sobra a los ricos en el crecimiento vaya a la política social. El mercado es eficiente para generar riqueza, pero no es por sí solo justo para distribuirla, y entonces viene el papel del Estado de procurar la equidad por la vía tributaria, por la vía del estímulo, el fomento a los pequeños empresarios, y la defensa de los derechos de los trabajadores, políticas de remuneraciones justas y equitativas.
¿Qué papel jugó la alternancia en los logros de Chile?
Todos los que estuvimos en contra (de la dictadura) nos unimos en la concertación de partidos por la democracia, estos logros son de todos los que estuvieron con (Eduardo) Frei y con (Salvador) Allende. El socialismo de nuestros aliados socialistas no es el mismo que pregonizaba Salvador Allende, en que la unión soviética era poderosa. En Chile queda un partido comunista muy reducido que no forma parte de la coalición de gobierno y no tienen peso importante en la vida nacional.
¿La democracia cristiana ha jugado papel de punto de encuentro entre derecha e izquierda?
En alguna medida es cierto, pero no exactamente es eso lo que ha ocurrido, la verdad es que la diferencia histórica entre el mundo socialista comunista y el democratacristiano es que el mundo socialista y comunista que gobernó con Allende era decidido partidario de la estatización de la sociedad entendido como estatización de la economía.
Después de la caída de los socialismos reales, esa receta perdió importancia en el mundo. Y los socialistas chilenos que vivieron en el exilio, valoraron a la democracia, entendieron el papel importante del Estado y admitieron al mercado como instrumento más efectivo para creación de la riqueza bajo un control de Estado. Teniendo función de velar por el bien común para que el mercado no abuse. Esta coalición es bastante sólida y espero que lo siga siendo. Reconocer la eficiencia del mercado, pero el mercado no basta, es necesario que regule.
¿Qué hace diferente al socialismo de Venezuela del chileno?
Con mucho respeto, creo que el presidente de Venezuela se ha quedado en otros tiempos. Quiere hacer retroceder la historia. La receta que él está practicando no ha prosperado en ninguna parte en democracia. Esa receta solo es posible con dictadura. Confío en que los venezolanos se den cuenta de que la dictadura no es el camino. La dictadura uno sabe dónde empieza pero no sabe dónde termina, y termina destruyendo los derechos esenciales de la persona humana. Eso ha ocurrido en todos los países que usaron esa receta. Es lo que ocurre en Cuba. En Cuba tiene la justificación de la figura histórica de Fidel Castro, que en su tiempo, frente a la dictadura que había en su país, fue mirado como un liberador, pero terminó estableciendo un sistema dictatorial también.
¿Es preocupante que haya partidos en la región que sigan a Chávez como modelo a seguir?
Yo creo en la democracia y veo preocupante que surjan partidos que de algún modo, sobre la base de lideratos personalizados, corroen o destruyen la democracia. Los regímenes que se fundan en lideratos personalizados terminan en regímenes totalitarios. La democracia supone el pluralismo, supone la competencia de múltiples lideratos conforme a proyectos de sociedad que se someten a la decisión soberana del pueblo en las elecciones. Creo que la experiencia europea y en América Latina ha demostrado que este es el sistema más pacífico y que permite una convivencia pacífica y gobiernos realizadores.
¿Qué visión tiene usted de EUA, y el panorama en Suramérica, con un triunfo de las izquierdas?
Dos cosas, dos temas separados. Parto por el segundo. Yo no le tengo miedo a los modelos de izquierda, me siento un hombre de centroizquierda, la democracia cristiana ha sido en Chile, un partido claramente ubicado más a la izquierda que a la derecha. Los partidos de derecha defienden fundamentalmente el orden y el orden lo fundan en la propiedad privada, los partidos de izquierda defienden fundamentalmente la justicia, y la justicia es defender a los trabajadores frente a la explotación capitalista. Fue posible la alianza con el socialismo, que nunca fue totalitario, pero que tuvo tentaciones en el período de Allende.
¿Cuál es su visión de Estados Unidos? ¿Cree que está alejado de Latinoamérica como consideran algunos analistas?
Debemos entender que Estados Unidos, nos guste o no nos guste, es una potencia todavía, porque surgen otras que no sabemos a dónde van a llegar, pero es la potencia hegemónica del mundo que estamos viviendo.
Sería una torpeza, a mi juicio, que nos pusiéramos a pelear con el grande del continente, pero hay al mismo tiempo que defender nuestra autonomía, la independencia de nuestros países. Hay que tener personalidad.
No entiendo políticas en nuestros países que se funden en crear una “odiosidad” contra EUA. Eso es cosa de niño chico. Muy poca visión de futuro. En EUA hay gente que entiende que ya pasaron los tiempos del imperialismo, y los latinoamericanos tienen que unirse para un trato de igual a igual.
¿Cree que los partidos conservadores deben acercarse cada vez más al centro o volcarse hacia lo social?
No soy quien para darle recetas a los partidos conservadores. No he militado nunca en partidos conservadores, aunque la Falange Nacional en Chile, la actual Democracia Cristiana, nació como Juventud Conservadora, se rebeló contra los conservadores, y dio origen al partido Demócrata Cristiano. Es un partido, yo lo considero de centroizquierda, más que de centro derecha así es, por lo menos, el chileno.
¿Conoce la Democracia Cristiana de acá?
Tengo amigos, espero poder conversar con ellos, pero para ser franco no estoy interiorizado en la vida política de ustedes.
¿Cuáles son las principales trabas políticas para un proceso democrático?
No me atrevo a teorizar, podría contar lo que ocurrió en Chile. La principal traba política que triunfado el “no” y elegido un gobierno democrático para suceder a la dictadura podría ser el veto que hubiera puesto la mayoría que en el senado tenía la oposición como consecuencia de los senadores que dejó designados Pinochet... y no habría sido posible la reforma tributaria ni la laboral, si no me hubiera encontrado con que logré muy importantes acuerdos con los trabajadores y empresarios: generalmente, los trabajadores representan a la izquierda, el mundo progresista; los capitalistas, los empresarios defienden su fortuna, un status quo.
¿Es necesario juzgar los crímenes de guerra en el caso salvadoreño, tal como se hizo en Chile, para obtener la reconciliación?
En el caso chileno si no hubiéramos hecho lo que hicimos, de esclarecer la verdad de lo que había ocurrido, es muy difícil que el país se hubiera reconciliado. La reconciliación solo se construye sobre las bases de la verdad y la justicia. Tiene que tener un fundamento moral, ético. Eso permitió que Chile sea un país reconciliado, pero cada país tiene que ver cómo lo hace.
¿Cómo ve a Centroamérica?
Cometería una imprudencia si le digo que sí se han quedado atrasados, van a decir ‘con qué derecho viene a criticar este señor’, y debería estudiarlo más.
Hoy día sería una impresión, y lo peor es manejarse con impresiones.
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Comentarios:
Los socialistas chilenos valoraron a la democracia, entendieron el papel importante del Estado y admitieron al mercado como instrumento.
Creo que el presidente de Venezuela (Hugo Chávez) se ha quedado en otros tiempos. Quiere hacer retroceder la historia.
En EUA hay gente que entiende que ya pasó el tiempos del imperialismo, y A.L. debe unirse para un trato de igual a igual.
Si no hubiéramos esclarecido la verdad de lo que había ocurrido, es muy difícil que el país se hubiera reconciliado.
Generalmente, los trabajadores representan el mundo progresista; los capitalistas, un status quo.
El mercado es eficiente para generar riqueza, pero no es por sí solo justo para distribuirla.
Yo creo que cometería una imprudencia si le digo que sí se han quedado atrasados (sobre cómo ve a Centroamérica).
El socialismo de nuestros aliados no es el mismo que pregonaba Salvador Allende, en que la URSS era poderosa.
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Perfil
Cargo:
Ex presidente de Chile (1990-1994)
Biografía:
Nació en Viña del Mar el 26 de noviembre de 1918. Descendiente de irlandeses y española.
También se ha desempeñado como abogado y catedrático de universidad.
Líder del partido Democráta Cristiano chileno.
Electo en 1989
RivalesEn diciembre de 1989, Patricio Aylwin se enfrentó a Hernán Büchi (del bloque de derecha) y Francisco Javier Errázuriz Talavera, saliendo triunfador con un 55.2% de los votos.
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La Prensa Gráfica - El Salvador/19/11/2007
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