3/11/07

La ciudad en la historia

Por Fernando Carrión M.
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Las ciudades ceremoniales de Tenochtitlán (azteca), Tikal (maya) y Cusco (inca) -entre muchas otras- fueron lugares centrales de la conquista española pero también escenarios clave de resistencia a la dominación y del continuo procesamiento de los conflictos políticos, sociales y económicos. Esas urbes -como tantas otras- y desde esas fechas hasta ahora han sido ejes centrales de las transformaciones más importantes en los ámbitos de la economía, la política y la sociedad en Latinoamérica; al extremo de que se podría afirmar, sin temor a equivocación, que han sido escenario, destino y objeto de las mayores mutaciones de nuestros países. Las ciudades de América Latina han jugado distintas funciones políticas en momentos diferentes de la historia, por ejemplo: en la conquista y colonización fueron lugares importantes para la resistencia a la dominación, llegando al extremo de preferir el fin de la ciudad y con ello, de su vida. Por eso las incendiaron. Para el momento de la independencia, las urbes fueron el centro de la reivindicación de la autonomía y, por si eso fuera poco, las ciudades del siglo XX se centraron en las movilizaciones populares alrededor de la producción (sindicalismo) y del consumo (paros cívicos por servicios), así como de oposición política a los grupos autoritarios (dictaduras). Hoy, en los albores de este nuevo milenio, parece que serán la plataforma de relanzamiento del nuevo Estado en construcción. Pero no es un proceso lineal único, sino la expresión del conflicto político entre fuerzas que propugnan proyectos alternativos distintos. Esto quiere significar que la ciudad siempre ha sido el espacio central de las reivindicaciones por días mejores para una población que -incluso- vive más allá de sus límites territoriales. Hoy -en este nuevo siglo- su función no es distinta, con la sola diferencia significativa de que las ciudades empiezan a ser protagonistas directas, gracias a la presencia de una nueva coyuntura urbana que trae un nuevo gobierno de la misma, con signos progresistas y de izquierda. Hoy en día, el gobierno de la ciudad en América Latina está viviendo un momento de transición y cambio, de la mano de nuevas fuerzas políticas que antes no consideraban a la ciudad y a lo local como los escenarios de la reivindicación. La izquierda Latinoamericana empezó no hace mucho tiempo a pensar en el nivel local de gobierno; quizás el caso más importante y fundacional pueda ser considerado el de Lima a partir de 1984 bajo la Alcaldía de Izquierda Unida y bajo el liderazgo de Alfonso Barrantes. Luego de ella y a partir de los años noventa, el fenómeno tiende a expandirse por la región, logrando resultados que pueden ser considerados interesantes, en unos casos porque su legitimidad ha sido tal que les permitió la continuidad de la experiencia (Montevideo) a nivel del Gobierno nacional (Uruguay con el FA), en otros por la generalización hacia otras ciudades (México con el PRD) y adicionalmente otros ejemplos por la proyección dirigida a las provincias (de Rosario a Santa Fe en Argentina) o hacia instancias nacionales superiores (Brasil con el PT). En esa tendencia se inscribe el triunfo de Samuel Moreno en Bogotá.
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Diario Hoy - Ecuador/03/11/2007

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