30/11/07

La política en Latinoamérica

30/11/2007
Opinión
Ramiro Guerra Morales*
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La política en Latinoamérica viene dando cuenta de un pronunciado giro hacia regímenes y gobiernos que se ubican en los denominados centrodemocráticos, socialismo moderado y radical. Hay razones para señalar que se trata de una tendencia, al punto que a las denominadas alternativas de derecha la realidad las ha llevado a posesionarse de un discurso que no corresponde a su ideología, para intentar comprar legitimidad social y en consecuencia competitividad en lo que se refiere al tema electoral y como corolario, abordar todo lo pertinente a las definiciones y alcance estratégico del uso y administración del Estado.¿Cómo se explica desde el punto de vista político el mencionado giro que se presenta con una marcada tendencia creciente de la política en Latinoamérica? Existen razones en abundancia para entender lo que está ocurriendo en nuestra región, pero existen entre ellas algunas que son determinantes y entendibles en el marco de un proceso que se inicia con la defenestración de los regímenes de excepción que caracterizaron parte importante de los años 70 y 80 del siglo pasado, que dieron lugar a gobiernos y regímenes civiles dentro del contexto de la democracia formal - representativa, algunos de ellos con rasgos autoritarios, que sirvieron para tramitar, dentro del contexto del capitalismo mundial, reformas que se ubicaban dentro de las corrientes neoliberales y que generaron la apertura de un proceso caracterizado por una creciente insatisfacción popular. Este período se caracterizó por el rechazo rotundo de lo que se denominó el capitalismo salvaje e inhumano, que disparó los niveles de pobreza y desempleo. Los regímenes, en su mayorías de derecha y algunos otros socialdemócratas, producto de la realidad descrita, fueron, paulatinamente perdiendo de manera creciente toda cuota de legitimidad social y posibilitando la apertura de un proceso de recomposición y posicionamiento de los amplios espacios dejados por aquella, por parte de las nomenclaturas que contaban con las condiciones ideológicas suficientes para interpretar el malestar y el descontento popular y presentarse como alternativas reales y concretas para acceder al poder y dotar al Estado de un enfoque más social que corporativo del Estado. Dando lugar a formas de regímenes que se ubican más en un centrosocial democrático y en otros casos de socialismo moderados y otros más radicales que se ubican en la rúbrica del denominado siglo XXI, distante de la viejas concepciones de las revoluciones de dictaduras proletarias, hoy inviables.A las alternativas de derechas no les queda otra que nadar contra las mareas populares y socializantes. Son conscientes de esta realidad, de allí que a contrapelo de su naturaleza ideológica, apelan al discurso de la simulación, la descalificación y la demagogia para persuadir a las masas y así reivindicar los espacios perdidos. No comparto las opiniones que caracterizan el actual período como de vuelta al populismo. La realidad es otra, son regímenes donde la verticalidad cede antes formas de mayor participación horizontal por parte de los sectores tradicionalmente excluidos de los beneficios y recursos que genera el esfuerzo nacional.
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*El autor es abogado.

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