4/11/07

Para que la democracia opere hace falta una cultura: Bartra

El renombrado antropólogo mexicano Roger Bartra estuvo en Quito la semana pasada. En la Flacso, dictó una charla sobre el fenómeno del populismo en la región.
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El renombrado antropólogo mexicano Roger Bartra estuvo en Quito la semana pasada. En la Flacso, dictó una charla sobre el fenómeno del populismo en la región.
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Edwin Alcarás.
Redactor
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Usted se ha valido de una imagen de Joseph Conrad para entrar a un terreno difícil de la cultura latinoamericana. ¿Qué es el corazón de las tinieblas?
Es una paradoja: el núcleo de irracionalidad y violencia alojado en el centro mismo de la cultura moderna y la civilización, en medio del cuerpo de la modernidad.
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¿Cómo late ese corazón en la política latinoamericana?
En la democracia moderna hay también palpitaciones autoritarias, atrasadas. Eso se ve en estos momentos en la vida política de países como México, Venezuela, Bolivia y Ecuador. Una palpitación autoritaria que se suele denominar como populismo.
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¿El populismo es un estado salvaje de la cultura?
El antropólogo ve menos las ideas políticas, para fijarse en los comportamientos. Y el término populismo se refiere, más que a un corpus ideológico, a un conjunto de comportamientos: actitudes, valores, hábitos de costumbres, hábitos de gobierno. Son de derecha, como Fujimori, y de izquierda, como Chávez.
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¿Se los puede identificar en tanto populistas?
Tras las ideologías se encuentran culturas políticas que revelan mucho sobre lo que sucede en un país. En ese sentido, hay algo que unifica vagamente a Fujimori con Chávez y con Evo Morales…
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¿Y a Rafael Correa?
No se sabe: ustedes están empezando con procesos cuyas consecuencias son aún muy difíciles de prever.Esta actitud cultural del populismo, ¿pasa también por el deseo, aparentemente muy latinoamericano, de buscar un mesías?El líder carismático es un fenómeno que rebasa a América Latina y también incluso al populismo. En nuestra región se ha configurado un fenómeno, llamado populismo. Juan Domingo Perón, Lázaro Cárdenas, Getulio Vargas y todos los líderes del siglo XX latinoamericanos cristalizaron la idea de que el pueblo era uno… Aprovecharon una cultura política escindida entre los buenos y los malos, el pueblo y sus opresores.
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¿Hacer de esa escisión el centro del discurso opaca otros aspectos?
El líder afirma esta polaridad. El populismo se lleva mal con los procesos de crecimiento económico, con la estimulación de este crecimiento.
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¿Pero este fenómeno es propio de América Latina?
No es propiedad exclusiva de América Latina. Los dos grandes ejemplos clásicos con los que se inicia del populismo surgieron, uno a finales del siglo XIX en Estados Unidos y, el otro, en Rusia. De diferentes orientaciones ideológicas pero ambos basados en estructuras agrarias y prácticas demagógicas. Europa también tiene hoy populismos que triunfan. Es un fenómeno del comportamiento humano.
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¿Populismo es necesariamente igual a demagogia?
Todo líder populista tiene un alto grado de discurso demagógico. Y ello forzosamente, porque apela a categorías tan abstractas, generales y vacías, como la noción de pueblo, que tiene que inventar o plantear alternativas para todo ese pueblo… Las soluciones no pueden ser tan globales. Cuando ya intenta aplicarlas se ve abocado a la negociación y al tejemaneje diario de la política.
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¿Qué elementos influencian esta cultura política?
La cultura política de los gobiernos se sitúa en las esferas del poder y recibe influencias exteriores. Los populismos de varios países también se conectan entre sí.
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¿La democracia no puede cuajar en Latinoamérica?
La democracia es solo un sistema formal de representación, para que realmente opere se necesita una cultura democrática, que no se crea de la noche a la mañana. Los cambios culturales obedecen a ritmos lentos, a las pulsiones lentas de la cultura. Desde el punto de vista legal puede estar bien diseñado pero si no tiene en su base una cultura, ineludiblemente va a tener problemas.
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¿El corazón de las tinieblas es populista?
Espero que no. Y que haya muchos corazones de las tinieblas. Algunos lo son sin duda, pero hay algunos ejemplos en la región de que las tradiciones democráticas están vivas y también operan.Pero, si esta matriz cultural no necesariamente atiende a la lógica, ¿cómo establecer un proceso para alterar este corazón populista?La propia cultura democrática tampoco es racional. Se nutre de una simbología de valores y hábitos que no hay que explicar de modo necesariamente racional. Racionalmente hay que construir el sistema…
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¿Y el resto es confiar en él?
En el mundo de los valores y de la cultura es necesario introducir emociones y construcciones de este tipo. Por ejemplo, los alemanes desarrollaron un orgullo colectivo muy fuerte por haber superado la dictadura.¿Es racional ese orgullo? En el fondo no, es emocional.
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Hoja de VIDA.
Roger Bartra Bartra es antropólogo, sociólogo y analista político. De ascendencia catalana, es hijo del poeta Agustí Bartra, quien llegó a México con el exilio republicano. El profesor Bartra fue uno de los catedráticos presentes la semana que acaba en el Congreso Latinoamericano de Ciencias Sociales, el Flacso.
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