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MOSCÚ (AFP) — La época de los años '90 en Rusia, cuando el poder era financiado con cajas de dinero que salían de la sede del Gobierno ha terminado y hoy en día las empresas rusas se disputan abiertamente el derecho a subsidiar el partido pro-Kremlin Rusia Unida en las legislativas del domingo.
La lista de auspiciantes oficiales de Rusia Unida es impresionante: el número uno mundial del aluminio Rusal, el segundo grupo petrolero ruso, Lukoil, a través de su filial de Perm, en los Urales; el grupo de gas Novatek, del cual Gazprom posee un 20%...
Las empresas rusas aspiran a financiar a Rusia Unida -que tendría más del 60% de las intenciones de voto en las elecciones legislativas del domingo- para que el Kremlin les conozca y comprar sus favores, o a cambio de compromisos legislativos, estiman analistas rusos.
Rusia Unida recolectó unos 414 millones de rublos (11,5 millones de euros) para su campaña electoral y se vio obligado a devolver los 22 millones de rublos que superaban el límite autorizado por la ley, según el jefe del comité ejecutivo del partido, Andrei Vorobiev.
En 1996, poco antes de la reelección de Boris Yeltsin a la presidencia rusa, los organizadores de su campaña electoral fueron hallados en flagrante delito cuando salían con cajas repletas de dinero de la sede del Gobierno en Moscú.
"En ese entonces, era el mundo empresarial el que estaba en el poder y que financió la reelección de Yeltsin a cambio del derecho de seguir adelante con privatizaciones dudosas", indicó Konstantin Simonov, director del Centro de Coyuntura Política.
Pero "hoy es el poder el que predomina y el Kremlin controla a los empresarios", agregó.
El partido pro-Kremlin hizo sentir recientemente su influencia en la región de Kemerovo, en Siberia occidental, donde la sección local de Rusia Unida amenazó a los empresarios locales con sanciones a falta de ayuda financiera.
Los operadores de telefonía móvil MTS y Megafon y el grupo de carbón Suek al parecer también recibieron cartas donde son presionados en este sentido.
La dirección de Rusia Unida se defendió al denunciar "provocaciones" contra el partido a través de "cartas falsificadas que dicen ser firmadas por dirigentes".
Pero el portavoz del grupo parlamentario de Rusia Unida en la Duma saliente, Igor Diomin, confirmó indirectamente a AFP la realidad de las presiones.
"Desgraciadamente, el escándalo en Kemerovo no parece ser un caso único", admitió. "Hay golfos infiltrados en el partido. Lo único que podría ayudarnos a impedir estas prácticas son las purgas", agregó Diomin.
"Normalmente, el partido en el poder ni siquiera tiene que pedir dinero al mundo empresarial: éste mismo busca subsidiarle", destacó Simonov.
Los empresarios apoyan a Rusia Unida -que en principio debe mantener la mayoría constitucional en el nuevo Parlamento tras las elecciones- porque éste "adopta una legislación de la cual depende", estimó.
Pero el analista Alexandre Konovalov denunció "un chantaje económico efectuado por el partido pro-Kremlin con medios políticos".
"Varios empresarios están felices porque finalmente obtuvieron reglas de juego claras: pagan para estar seguros de que el poder no les afecta", estimó.
El mundo de los negocios busca muchas veces en Rusia comprar los favores del poder tras el arresto en octubre de 2003 del ex multimillonario Mijaíl Jodorkovski. Algunos, como los magnates Viktor Vekselberg y Alicher Usmanov reptariaron a Rusia valiosas obras de arte.
Jodorkovski, ex jefe del gigante petrolero ruso que manifestó ambiciones políticas, fue condenado en 2005 a ocho años de prisión por estafa y fraude fiscal a gran escala.
La lista de auspiciantes oficiales de Rusia Unida es impresionante: el número uno mundial del aluminio Rusal, el segundo grupo petrolero ruso, Lukoil, a través de su filial de Perm, en los Urales; el grupo de gas Novatek, del cual Gazprom posee un 20%...
Las empresas rusas aspiran a financiar a Rusia Unida -que tendría más del 60% de las intenciones de voto en las elecciones legislativas del domingo- para que el Kremlin les conozca y comprar sus favores, o a cambio de compromisos legislativos, estiman analistas rusos.
Rusia Unida recolectó unos 414 millones de rublos (11,5 millones de euros) para su campaña electoral y se vio obligado a devolver los 22 millones de rublos que superaban el límite autorizado por la ley, según el jefe del comité ejecutivo del partido, Andrei Vorobiev.
En 1996, poco antes de la reelección de Boris Yeltsin a la presidencia rusa, los organizadores de su campaña electoral fueron hallados en flagrante delito cuando salían con cajas repletas de dinero de la sede del Gobierno en Moscú.
"En ese entonces, era el mundo empresarial el que estaba en el poder y que financió la reelección de Yeltsin a cambio del derecho de seguir adelante con privatizaciones dudosas", indicó Konstantin Simonov, director del Centro de Coyuntura Política.
Pero "hoy es el poder el que predomina y el Kremlin controla a los empresarios", agregó.
El partido pro-Kremlin hizo sentir recientemente su influencia en la región de Kemerovo, en Siberia occidental, donde la sección local de Rusia Unida amenazó a los empresarios locales con sanciones a falta de ayuda financiera.
Los operadores de telefonía móvil MTS y Megafon y el grupo de carbón Suek al parecer también recibieron cartas donde son presionados en este sentido.
La dirección de Rusia Unida se defendió al denunciar "provocaciones" contra el partido a través de "cartas falsificadas que dicen ser firmadas por dirigentes".
Pero el portavoz del grupo parlamentario de Rusia Unida en la Duma saliente, Igor Diomin, confirmó indirectamente a AFP la realidad de las presiones.
"Desgraciadamente, el escándalo en Kemerovo no parece ser un caso único", admitió. "Hay golfos infiltrados en el partido. Lo único que podría ayudarnos a impedir estas prácticas son las purgas", agregó Diomin.
"Normalmente, el partido en el poder ni siquiera tiene que pedir dinero al mundo empresarial: éste mismo busca subsidiarle", destacó Simonov.
Los empresarios apoyan a Rusia Unida -que en principio debe mantener la mayoría constitucional en el nuevo Parlamento tras las elecciones- porque éste "adopta una legislación de la cual depende", estimó.
Pero el analista Alexandre Konovalov denunció "un chantaje económico efectuado por el partido pro-Kremlin con medios políticos".
"Varios empresarios están felices porque finalmente obtuvieron reglas de juego claras: pagan para estar seguros de que el poder no les afecta", estimó.
El mundo de los negocios busca muchas veces en Rusia comprar los favores del poder tras el arresto en octubre de 2003 del ex multimillonario Mijaíl Jodorkovski. Algunos, como los magnates Viktor Vekselberg y Alicher Usmanov reptariaron a Rusia valiosas obras de arte.
Jodorkovski, ex jefe del gigante petrolero ruso que manifestó ambiciones políticas, fue condenado en 2005 a ocho años de prisión por estafa y fraude fiscal a gran escala.
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AFP/29/11/2007
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