Humberto Campodónico
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El descubrimiento del yacimiento Tupi de 8,000 millones de barriles (MMB) de petróleo y gas consolida la autosuficiencia petrolera del Brasil, meta planteada hace 10 años y conseguida el año pasado. Brasil produce ahora 2 millones de barriles diarios de petróleo y consume la misma cantidad. Solo Venezuela y México producen más petróleo que Brasil.
El descubrimiento confirma a la estatal Petrobrás (tiene la mayoría del capital social, con derecho a voto; los inversionistas privados poseen acciones preferenciales, sin derecho a voto) como la empresa líder en el mundo en la tecnología de exploración y explotación de hidrocarburos en aguas profundas. Tupi está a 6,000 metros de profundidad y se perforó 2,000 metros debajo del suelo marino. Petrobrás tiene el 65%, British Gas el 25% y la portuguesa Petrogal el 10%.
Es importante resaltar que en Brasil existe el Ministerio del Medio Ambiente y de la Amazonía Legal (MMA), autoridad autónoma responsable de la formulación de la política ambiental, lo que reduce los riesgos de contaminación. También debe resaltarse que Petrobrás, dentro de Brasil, tiene un historial de respeto por el medio ambiente (según diversas ONG no ocurre lo mismo con sus inversiones en Ecuador y Bolivia).
En Brasil los precios internos de los combustibles se fijan con respecto a los precios internacionales. De mantenerse esta política, los consumidores seguirán pagando altos precios por los combustibles, los mismos que no tienen ninguna relación con el costo de producción de Petrobrás que, según la propia empresa, es de US$ 6.6/barril.
Como en Perú la política de precios es similar a la de Brasil, aquí tampoco bajarían los precios si se encontrara petróleo, como dijo hace poco, erróneamente, el presidente García. Pero existe, sin embargo, una gran diferencia: allá la renta petrolera (diferencia entre el costo de producción y el precio de los combustibles) se la apropia Petrobrás. Aquí se la llevan los productores, privados, de petróleo.
Además, el 95% de las refinerías son de Petrobrás, por lo que no existe el Precio de Paridad de Importación (PPI), como en el Perú, lo que nos hace pagar precios mucho más altos absurdamente (más bien, para negocio de algunos), puesto que no tienen nada que ver con los verdaderos costos de importación y refinación del petróleo.
Según Petrobrás, la nueva producción saldría en el 2011 y, para el 2015, se producirían en total 4.5 millones de barriles diarios (MMBD), lo que permitiría exportar un (1) MMBD. Se ha dicho que si Brasil exportara a EEUU, éste reduciría su dependencia de Venezuela. Pero como EEUU importa actualmente 12.2 MMBD para su consumo, lo que aumentará al 2015, no habría mayor impacto. De otro lado, el gas descubierto en Tupi disminuiría las importaciones brasileñas de gas boliviano (¿qué pasará?).
Después del descubrimiento, el presidente de la Agencia Nacional de Petróleo (el Perupetro de Brasil), Haroldo Lima, declaró a "Estado de Sao Paulo" que, por tratarse de una reserva con productividad inédita en el país, el gobierno exigirá un porcentaje mayor al habitual a las empresas que lo exploten. Y también el presidente Lula decretó que 41 áreas fueron retiradas de una ronda de licitaciones después del descubrimiento de Tupi. Brasil quiere cambiar el modelo de contrato, ya que el vigente es similar al utilizado por países con pocas reservas petroleras.
Lo que quiere decir que Brasil seguirá apropiándose de la mayor parte de la renta que generan sus recursos naturales, como lo debe hacer todo país responsable. No como en el Perú, donde el Estado renuncia a negociar la renta petrolera, gasífera y minera que beneficia, sobre todo a las empresas explotadoras. El colmo es que una empresa privada va a decidir quién se encarga de la industria petroquímica en el país. Por todo eso, la política petrolera del Brasil me da mucha nostalgia, "moito saudade".
El descubrimiento del yacimiento Tupi de 8,000 millones de barriles (MMB) de petróleo y gas consolida la autosuficiencia petrolera del Brasil, meta planteada hace 10 años y conseguida el año pasado. Brasil produce ahora 2 millones de barriles diarios de petróleo y consume la misma cantidad. Solo Venezuela y México producen más petróleo que Brasil.
El descubrimiento confirma a la estatal Petrobrás (tiene la mayoría del capital social, con derecho a voto; los inversionistas privados poseen acciones preferenciales, sin derecho a voto) como la empresa líder en el mundo en la tecnología de exploración y explotación de hidrocarburos en aguas profundas. Tupi está a 6,000 metros de profundidad y se perforó 2,000 metros debajo del suelo marino. Petrobrás tiene el 65%, British Gas el 25% y la portuguesa Petrogal el 10%.
Es importante resaltar que en Brasil existe el Ministerio del Medio Ambiente y de la Amazonía Legal (MMA), autoridad autónoma responsable de la formulación de la política ambiental, lo que reduce los riesgos de contaminación. También debe resaltarse que Petrobrás, dentro de Brasil, tiene un historial de respeto por el medio ambiente (según diversas ONG no ocurre lo mismo con sus inversiones en Ecuador y Bolivia).
En Brasil los precios internos de los combustibles se fijan con respecto a los precios internacionales. De mantenerse esta política, los consumidores seguirán pagando altos precios por los combustibles, los mismos que no tienen ninguna relación con el costo de producción de Petrobrás que, según la propia empresa, es de US$ 6.6/barril.
Como en Perú la política de precios es similar a la de Brasil, aquí tampoco bajarían los precios si se encontrara petróleo, como dijo hace poco, erróneamente, el presidente García. Pero existe, sin embargo, una gran diferencia: allá la renta petrolera (diferencia entre el costo de producción y el precio de los combustibles) se la apropia Petrobrás. Aquí se la llevan los productores, privados, de petróleo.
Además, el 95% de las refinerías son de Petrobrás, por lo que no existe el Precio de Paridad de Importación (PPI), como en el Perú, lo que nos hace pagar precios mucho más altos absurdamente (más bien, para negocio de algunos), puesto que no tienen nada que ver con los verdaderos costos de importación y refinación del petróleo.
Según Petrobrás, la nueva producción saldría en el 2011 y, para el 2015, se producirían en total 4.5 millones de barriles diarios (MMBD), lo que permitiría exportar un (1) MMBD. Se ha dicho que si Brasil exportara a EEUU, éste reduciría su dependencia de Venezuela. Pero como EEUU importa actualmente 12.2 MMBD para su consumo, lo que aumentará al 2015, no habría mayor impacto. De otro lado, el gas descubierto en Tupi disminuiría las importaciones brasileñas de gas boliviano (¿qué pasará?).
Después del descubrimiento, el presidente de la Agencia Nacional de Petróleo (el Perupetro de Brasil), Haroldo Lima, declaró a "Estado de Sao Paulo" que, por tratarse de una reserva con productividad inédita en el país, el gobierno exigirá un porcentaje mayor al habitual a las empresas que lo exploten. Y también el presidente Lula decretó que 41 áreas fueron retiradas de una ronda de licitaciones después del descubrimiento de Tupi. Brasil quiere cambiar el modelo de contrato, ya que el vigente es similar al utilizado por países con pocas reservas petroleras.
Lo que quiere decir que Brasil seguirá apropiándose de la mayor parte de la renta que generan sus recursos naturales, como lo debe hacer todo país responsable. No como en el Perú, donde el Estado renuncia a negociar la renta petrolera, gasífera y minera que beneficia, sobre todo a las empresas explotadoras. El colmo es que una empresa privada va a decidir quién se encarga de la industria petroquímica en el país. Por todo eso, la política petrolera del Brasil me da mucha nostalgia, "moito saudade".
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Todos los artículos del autor pueden ser leídos en: www.cristaldemira.
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La República - Perú/16/11/2007
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