Dos países geográficamente separados que mantienen una estrecha relación desde tiempos del imperio otomano. Dos realidades diferentes que colaboran desde hace más de un siglo. Japón y Turquía estrechan cada vez más sus lazos. No sólo a través de relaciones económicas, sino también creando profundas e intensas relaciones culturales. Un aprecio recíproco confirmado sobre todo por las declaraciones hechas por los respectivos Gobiernos que, desde siempre, cooperan uniendo esfuerzos y que en los últimos años buscan decididamente una relación indisoluble entre las dos naciones.
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Marco Di Donato
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Las relaciones económicas
Según los datos facilitados por el Ministerio de Economía japonés, la colaboración más estrecha con Turquía en el campo de las exportaciones directas es la que se realiza en el sector textil. Interesantes son también las cifras que se manejan en los aceites lubricantes y las grasas. Hacia Oriente Medio se exportan también medios de transporte, maquinaria para la industria y, en general, cualquier nueva tecnología perteneciente al campo de las telecomunicaciones.Las importaciones de Japón procedentes de Turquía hacen referencia a productos alimentarios y bienes de primera necesidad. En el 2007 se han importado productos tales como verduras (21.509.941 Kg.), fruta (4.982.067 kg.), pescado fresco (2.947.684 kg.) y también cereales, café y azúcar. Pero la colaboración económica no se basa sólo en importaciones-exportaciones. Datos relativos al 2004 indican que 62 empresas japonesas trabajaban en Turquía, generando una cantidad de dinero próxima a los dos mil millones de dólares. El volumen de las inversiones privadas niponas en Turquía ha aumentado también gracias a los acuerdos económicos estipulados entre las dos naciones. En 1992 se cerró un acuerdo para promocionar y proteger recíprocamente las inversiones. Un año después se firmó un pacto que preveía la abolición de los impuestos dobles y una mayor implicación en la lucha contra la evasión fiscal.Los dos países cooperan desde hace tiempo en el desarrollo de los recursos humanos en el campo económico y social, promocionando las grandes industrias regionales que tienen como objetivo regular las diferencias a nivel de desarrollo entre las grandes ciudades y las zonas periféricas. Para conseguir estos objetivos desde 1995 se activó en Ankara una sucursal de la JICA (Agencia de Cooperación Internacional del Japón) que se ocupa del programa ODA (Asistencia Oficial al Desarrollo). El proyecto ofrece asistencia técnica a las empresas turcas gracias tanto al trabajo realizado por los expertos japoneses, como a los proyectos de formación de personal turco, bien in situ, bien en Japón. Además, para ofrecer un clima de intercambio económico a todos los niveles, se organizó un encuentro entre JETRO (Japan External Trade Organization) e IGEME (Centro de Promoción de las Exportaciones de Turquía), es decir, entre los dos organismos estatales dedicados al comercio exterior. Este encuentro estaba orientado a conseguir una mayor interacción entre las dos economías.Durante una entrevista concedida por el embajador japonés en Turquía, Tomoyuku Abe, se pudo apreciar como ambos países están trabajando para la protección del turismo. Por ello trabajan juntos el Ministerio de turismo turco y el Ministerio de Transporte japonés. El embajador afirmaba que el aumento del número de turistas constituye un factor clave para el proceso de acercamiento entre los dos países, ya que crea una interconexión mayor entre ambas realidades. Por otro lado, Japón ofreció apoyo a Turquía en 1999 para ayudarla a salir de una grave crisis consecuencia de un violento terremoto. Se concedió un préstamo equivalente a 138 millones de euros a devolver en 25 años y con un porcentaje de intereses mínimo (2,2%). Desde ese mismo año, las dos naciones comenzaron una colaboración para la prevención de las catástrofes naturales con la realización de un “Basic Plan on Disaster Prevention”, programa de prevención enfocado a la protección de los desastres ambientales y específicamente centrado en los terremotos.
Marco Di Donato
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Las relaciones económicas
Según los datos facilitados por el Ministerio de Economía japonés, la colaboración más estrecha con Turquía en el campo de las exportaciones directas es la que se realiza en el sector textil. Interesantes son también las cifras que se manejan en los aceites lubricantes y las grasas. Hacia Oriente Medio se exportan también medios de transporte, maquinaria para la industria y, en general, cualquier nueva tecnología perteneciente al campo de las telecomunicaciones.Las importaciones de Japón procedentes de Turquía hacen referencia a productos alimentarios y bienes de primera necesidad. En el 2007 se han importado productos tales como verduras (21.509.941 Kg.), fruta (4.982.067 kg.), pescado fresco (2.947.684 kg.) y también cereales, café y azúcar. Pero la colaboración económica no se basa sólo en importaciones-exportaciones. Datos relativos al 2004 indican que 62 empresas japonesas trabajaban en Turquía, generando una cantidad de dinero próxima a los dos mil millones de dólares. El volumen de las inversiones privadas niponas en Turquía ha aumentado también gracias a los acuerdos económicos estipulados entre las dos naciones. En 1992 se cerró un acuerdo para promocionar y proteger recíprocamente las inversiones. Un año después se firmó un pacto que preveía la abolición de los impuestos dobles y una mayor implicación en la lucha contra la evasión fiscal.Los dos países cooperan desde hace tiempo en el desarrollo de los recursos humanos en el campo económico y social, promocionando las grandes industrias regionales que tienen como objetivo regular las diferencias a nivel de desarrollo entre las grandes ciudades y las zonas periféricas. Para conseguir estos objetivos desde 1995 se activó en Ankara una sucursal de la JICA (Agencia de Cooperación Internacional del Japón) que se ocupa del programa ODA (Asistencia Oficial al Desarrollo). El proyecto ofrece asistencia técnica a las empresas turcas gracias tanto al trabajo realizado por los expertos japoneses, como a los proyectos de formación de personal turco, bien in situ, bien en Japón. Además, para ofrecer un clima de intercambio económico a todos los niveles, se organizó un encuentro entre JETRO (Japan External Trade Organization) e IGEME (Centro de Promoción de las Exportaciones de Turquía), es decir, entre los dos organismos estatales dedicados al comercio exterior. Este encuentro estaba orientado a conseguir una mayor interacción entre las dos economías.Durante una entrevista concedida por el embajador japonés en Turquía, Tomoyuku Abe, se pudo apreciar como ambos países están trabajando para la protección del turismo. Por ello trabajan juntos el Ministerio de turismo turco y el Ministerio de Transporte japonés. El embajador afirmaba que el aumento del número de turistas constituye un factor clave para el proceso de acercamiento entre los dos países, ya que crea una interconexión mayor entre ambas realidades. Por otro lado, Japón ofreció apoyo a Turquía en 1999 para ayudarla a salir de una grave crisis consecuencia de un violento terremoto. Se concedió un préstamo equivalente a 138 millones de euros a devolver en 25 años y con un porcentaje de intereses mínimo (2,2%). Desde ese mismo año, las dos naciones comenzaron una colaboración para la prevención de las catástrofes naturales con la realización de un “Basic Plan on Disaster Prevention”, programa de prevención enfocado a la protección de los desastres ambientales y específicamente centrado en los terremotos.
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La colaboración cultural
Los dos países también han efectuado un acercamiento cultural. Desde 1990 han desarrollado una serie de eventos culturales para celebrar el siglo de amistad entre las dos naciones. En mayo de 1998 se fundó en Ankara la primera fundación turco-japonesa con el objetivo de favorecer los intercambios culturales. Pero anteriormente ya había comenzado a enseñarse la lengua japonesa en Turquía, concretamente a partir de 1976, año en el que se instituyó en Estambul el primer curso de lengua japonesa. La enseñanza de la lengua del extremo oriente ha crecido en los últimos años, y se han establecido cursos en importantes universidades turcas, por ejemplo en Ankara, donde la universidad de letras ha creado un programa de lengua y literatura japonesa. A través de una declaración conjunta, los dos países se han esforzado por favorecer la creación de programas de intercambio entre estudiantes de diferentes niveles escolares, pero, sobre todo, han trazado una política común para la protección cultural siguiendo las directrices de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). Cabe destacar el Japan-Turkey Youth Friendship Program organizado y esponsorizado por la JICA. El programa consiste en invitar a jóvenes turcos de entre 18 y 35 años a Japón durante 23 días con el objetivo de perfeccionar sus estudios en sus respectivos campos. Sirve como ejemplo la experiencia del 2005 de un grupo de 20 enfermeros que tuvieron la oportunidad de profundizar su conocimiento del sistema sanitario y de las aplicaciones de la enfermería en Japón, intentando luego trasladar su experiencia a los hospitales turcos. La finalidad última del programa, que brinda a los jóvenes la oportunidad de ampliar conocimientos y competencias en Japón, es formar a personas capaces de constituir la base para el desarrollo de la nación turca, favoreciendo así la instauración de una relación duradera de paz y prosperidad basada en la comprensión reciproca. En el 2003 se llegó al nivel más alto de interacción cultural. Este año se denominó “El año de Turquía en Japón” (Year of Turkey in Japan), un año rico en manifestaciones destinadas a integrar las dos experiencias culturales a través de más de 150 acontecimientos, entre ellos actuaciones artísticas de todos los géneros: desde el cine al teatro, pasando por la producción televisiva, hasta la danza. Todas estas muestras se esforzaban por representar las relaciones históricas entre los dos países, y tenían por objetivo promover el conocimiento recíproco de dos culturas tan diferentes y geográficamente separadas entre sí.
La colaboración cultural
Los dos países también han efectuado un acercamiento cultural. Desde 1990 han desarrollado una serie de eventos culturales para celebrar el siglo de amistad entre las dos naciones. En mayo de 1998 se fundó en Ankara la primera fundación turco-japonesa con el objetivo de favorecer los intercambios culturales. Pero anteriormente ya había comenzado a enseñarse la lengua japonesa en Turquía, concretamente a partir de 1976, año en el que se instituyó en Estambul el primer curso de lengua japonesa. La enseñanza de la lengua del extremo oriente ha crecido en los últimos años, y se han establecido cursos en importantes universidades turcas, por ejemplo en Ankara, donde la universidad de letras ha creado un programa de lengua y literatura japonesa. A través de una declaración conjunta, los dos países se han esforzado por favorecer la creación de programas de intercambio entre estudiantes de diferentes niveles escolares, pero, sobre todo, han trazado una política común para la protección cultural siguiendo las directrices de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). Cabe destacar el Japan-Turkey Youth Friendship Program organizado y esponsorizado por la JICA. El programa consiste en invitar a jóvenes turcos de entre 18 y 35 años a Japón durante 23 días con el objetivo de perfeccionar sus estudios en sus respectivos campos. Sirve como ejemplo la experiencia del 2005 de un grupo de 20 enfermeros que tuvieron la oportunidad de profundizar su conocimiento del sistema sanitario y de las aplicaciones de la enfermería en Japón, intentando luego trasladar su experiencia a los hospitales turcos. La finalidad última del programa, que brinda a los jóvenes la oportunidad de ampliar conocimientos y competencias en Japón, es formar a personas capaces de constituir la base para el desarrollo de la nación turca, favoreciendo así la instauración de una relación duradera de paz y prosperidad basada en la comprensión reciproca. En el 2003 se llegó al nivel más alto de interacción cultural. Este año se denominó “El año de Turquía en Japón” (Year of Turkey in Japan), un año rico en manifestaciones destinadas a integrar las dos experiencias culturales a través de más de 150 acontecimientos, entre ellos actuaciones artísticas de todos los géneros: desde el cine al teatro, pasando por la producción televisiva, hasta la danza. Todas estas muestras se esforzaban por representar las relaciones históricas entre los dos países, y tenían por objetivo promover el conocimiento recíproco de dos culturas tan diferentes y geográficamente separadas entre sí.
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Conclusiones
Es normal preguntarse qué motivos reales se esconden detrás de estas estrechas relaciones entre ambos países. En primer lugar, se encuentra la posición estratégica de Turquía como punto de unión entre tres realidades: Asia, Oriente Medio y Europa. En esta misma línea se sitúa el hecho de que Japón sea una nación capaz, por su naturaleza, de dialogar con esta realidad tan compleja y de abrir su mercado a cualquier lugar. En segundo lugar, las políticas turcas de liberalización y privatización requeridas por el FMI (Fondo Monetario Internacional) resultan muy atractivas para las inversiones extranjeras: poca burocracia, mano de obra a bajo coste, impuestos casi inexistentes y grandes beneficios para los emprendedores. Este es el motivo de que el número de empresas que se establecen en Turquía, y no sólo las de origen japones, estén aumentando continuamente.Por otro lado, Turquía se ve favorecida por la ampliación del sector tecnológico, por lo que utiliza los conocimientos de los expertos japoneses con el objetivo de acelerar el lento proceso de industrialización nacional. De esta forma, puede explotar los préstamos en yenes para reforzar sus propias infraestructuras y servirse de la experiencia de los ingenieros japoneses para formar a su personal, estableciendo con esta dinámica una salida definitiva al ciclo de crisis que durante años ha bloqueado el país. Pero es evidente que la potencia imperial japonesa obtiene mayores beneficios, ya que estrechando cada vez más la relación con la república turca intenta abrir una ventana de acceso a mercados a los que, a causa de su situación geográfica, no podría acceder. Ayudando a Turquía a estabilizar su situación económica y social obtiene una posición privilegiada para abrirse paso en los mercados europeos y de Oriente Medio.
Conclusiones
Es normal preguntarse qué motivos reales se esconden detrás de estas estrechas relaciones entre ambos países. En primer lugar, se encuentra la posición estratégica de Turquía como punto de unión entre tres realidades: Asia, Oriente Medio y Europa. En esta misma línea se sitúa el hecho de que Japón sea una nación capaz, por su naturaleza, de dialogar con esta realidad tan compleja y de abrir su mercado a cualquier lugar. En segundo lugar, las políticas turcas de liberalización y privatización requeridas por el FMI (Fondo Monetario Internacional) resultan muy atractivas para las inversiones extranjeras: poca burocracia, mano de obra a bajo coste, impuestos casi inexistentes y grandes beneficios para los emprendedores. Este es el motivo de que el número de empresas que se establecen en Turquía, y no sólo las de origen japones, estén aumentando continuamente.Por otro lado, Turquía se ve favorecida por la ampliación del sector tecnológico, por lo que utiliza los conocimientos de los expertos japoneses con el objetivo de acelerar el lento proceso de industrialización nacional. De esta forma, puede explotar los préstamos en yenes para reforzar sus propias infraestructuras y servirse de la experiencia de los ingenieros japoneses para formar a su personal, estableciendo con esta dinámica una salida definitiva al ciclo de crisis que durante años ha bloqueado el país. Pero es evidente que la potencia imperial japonesa obtiene mayores beneficios, ya que estrechando cada vez más la relación con la república turca intenta abrir una ventana de acceso a mercados a los que, a causa de su situación geográfica, no podría acceder. Ayudando a Turquía a estabilizar su situación económica y social obtiene una posición privilegiada para abrirse paso en los mercados europeos y de Oriente Medio.
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Traducción de Laura Casas
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Equilibri.net - Italy/19/11/2007
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