LA NUEVA REFORMA CONSTITUCIONAL
Alertó que si EE.UU. insta a la violencia en Venezuela, le cortará el envío de petróleo.
TODO ROJO. EL PRESIDENTE HUGO CHAVEZ, EN UN CAMION, HACE CAMPAÑA PARA QUE SE VOTE "SI" MAÑANA EN EL REFERENDUM POR LA REFORMA CONSTITUCIONAL
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Por: Claudio Aliscioni
Fuente: CARACAS. CORRESPONSAL
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Las piernitas de un bebé, temblando en el aire cálido de la tarde de Caracas, marcaron ayer el inicio del imponente acto del chavismo.Fue cuando, insólitamente, mientras sostenía en lo alto a su pequeño nieto, el presidente venezolano Hugo Chávez comenzó su intervención con un canto: "No te hagas pipí, bebé, no te hagas pipí, que todos nosotros votaremos por el "Sí"".El gesto inusitado le valió una carcajada mayúscula del enorme gentío que retumbó en una avenida Bolívar, en pleno centro de esta capital, que estaba a tope a lo largo de varias cuadras. Las risotadas se multiplicaron enseguida al infinito cuando el mandatario, sirviéndose de unos binoculares, miró hacia el fondo de la larga alfombra de boinas y camisetas rojas que yacía ante su podio, gritó "¡Qué mollejas!" y dijo: "Ahora sí, ahora sí está llena la avenida Bolívar", en un juego de palabras con el que buscó marcar el "Sí" como lema de su campaña en favor de la reforma constitucional que se vota aquí este domingo y bromear comparando la asistencia de sus simpatizantes a ese sitio con el acto que, el jueves, en ese mismo lugar, había realizado la campaña por el "No".Chávez inició así un acto político en el que, desplegando su histriónico carisma, cantó el himno nacional venezolano, habló desde la tribuna con sus simpatizantes, tarareó canciones populares, imitó al trovador cubano Silvio Rodríguez, recordó a su madre, advirtió que cortaría el suministro del petróleo a EE.UU si ese país alienta la violencia en Venezuela y amenazó con nacionalizar los bancos españoles si el rey de España no se disculpa por el altercado que tuvieron en la Cumbre Iberoamericana de Chile. Pero, entre broma y broma, se empeñó en subrayar varias veces lo que pareció ser el corazón de su discurso con vistas al decisivo sufragio del domingo: "El que vota "Sí" vota por Chávez; el que vota "No", por George W.Bush".La personalización de su mensaje -en un giro notorio de estrategia- tiene que ver con los sondeos previos que, por primera vez desde su llegada al poder, en 1999, no lo dan como favorito neto. Al menos tres encuestadoras afirman que habría un empate técnico y que el el resultado final dependerá del nivel de abstención y de la capacidad de movilización que despliegue el oficialismo. Pese a las críticas de la derecha por antidemocrático, lo cierto es que el presidente ya ganó siete comicios.Repitiendo el tema una y otra vez a lo largo de dos horas de alocución, Chávez hizo hincapié en EE.UU. como blanco de sus ataques, a cuyo gobierno volvió a acusar de tramar un atentado en su contra y sabotear los campos petroleros si gana el "Sí". "Si vienen por petróleo, tendrán cien años de guerra", dijo. "Venezuela era un país arrodillado ante el imperio norteamericano. Quiero que lo recuerden", advirtió desde un enorme escenario montado con altas láminas rojas.Sin embargo, contra todas las críticas a su proyecto, también reiteró su disposición para quedarse en el poder: "No estoy muy viejo para irme. En el 2013 -fecha en que vence su mandato- estará muy tierna la revolución. En el 2020 estará bien madura... Si ustedes quieren y Dios me da salud, yo estaré en el gobierno hasta el 2050". Sus palabras parecieron dirigidas a las principales objeciones que levanta la oposición contra la reforma, que introduce la reelección indefinida para el presidente. Otros puntos conflictivos incluyen la introducción de formas de propiedad comunitaria; la eliminación de la independencia del Banco Central; y la transferencia de atribuciones y fondos estatales a organizaciones de base, una forma de "poder popular".
Las piernitas de un bebé, temblando en el aire cálido de la tarde de Caracas, marcaron ayer el inicio del imponente acto del chavismo.Fue cuando, insólitamente, mientras sostenía en lo alto a su pequeño nieto, el presidente venezolano Hugo Chávez comenzó su intervención con un canto: "No te hagas pipí, bebé, no te hagas pipí, que todos nosotros votaremos por el "Sí"".El gesto inusitado le valió una carcajada mayúscula del enorme gentío que retumbó en una avenida Bolívar, en pleno centro de esta capital, que estaba a tope a lo largo de varias cuadras. Las risotadas se multiplicaron enseguida al infinito cuando el mandatario, sirviéndose de unos binoculares, miró hacia el fondo de la larga alfombra de boinas y camisetas rojas que yacía ante su podio, gritó "¡Qué mollejas!" y dijo: "Ahora sí, ahora sí está llena la avenida Bolívar", en un juego de palabras con el que buscó marcar el "Sí" como lema de su campaña en favor de la reforma constitucional que se vota aquí este domingo y bromear comparando la asistencia de sus simpatizantes a ese sitio con el acto que, el jueves, en ese mismo lugar, había realizado la campaña por el "No".Chávez inició así un acto político en el que, desplegando su histriónico carisma, cantó el himno nacional venezolano, habló desde la tribuna con sus simpatizantes, tarareó canciones populares, imitó al trovador cubano Silvio Rodríguez, recordó a su madre, advirtió que cortaría el suministro del petróleo a EE.UU si ese país alienta la violencia en Venezuela y amenazó con nacionalizar los bancos españoles si el rey de España no se disculpa por el altercado que tuvieron en la Cumbre Iberoamericana de Chile. Pero, entre broma y broma, se empeñó en subrayar varias veces lo que pareció ser el corazón de su discurso con vistas al decisivo sufragio del domingo: "El que vota "Sí" vota por Chávez; el que vota "No", por George W.Bush".La personalización de su mensaje -en un giro notorio de estrategia- tiene que ver con los sondeos previos que, por primera vez desde su llegada al poder, en 1999, no lo dan como favorito neto. Al menos tres encuestadoras afirman que habría un empate técnico y que el el resultado final dependerá del nivel de abstención y de la capacidad de movilización que despliegue el oficialismo. Pese a las críticas de la derecha por antidemocrático, lo cierto es que el presidente ya ganó siete comicios.Repitiendo el tema una y otra vez a lo largo de dos horas de alocución, Chávez hizo hincapié en EE.UU. como blanco de sus ataques, a cuyo gobierno volvió a acusar de tramar un atentado en su contra y sabotear los campos petroleros si gana el "Sí". "Si vienen por petróleo, tendrán cien años de guerra", dijo. "Venezuela era un país arrodillado ante el imperio norteamericano. Quiero que lo recuerden", advirtió desde un enorme escenario montado con altas láminas rojas.Sin embargo, contra todas las críticas a su proyecto, también reiteró su disposición para quedarse en el poder: "No estoy muy viejo para irme. En el 2013 -fecha en que vence su mandato- estará muy tierna la revolución. En el 2020 estará bien madura... Si ustedes quieren y Dios me da salud, yo estaré en el gobierno hasta el 2050". Sus palabras parecieron dirigidas a las principales objeciones que levanta la oposición contra la reforma, que introduce la reelección indefinida para el presidente. Otros puntos conflictivos incluyen la introducción de formas de propiedad comunitaria; la eliminación de la independencia del Banco Central; y la transferencia de atribuciones y fondos estatales a organizaciones de base, una forma de "poder popular".
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Clarin.com - Argentina/01/12/2007
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