De confirmarse una fuerte caída en los precios de los commodities agrícolas, el impacto sería de grandes consecuencias en lo económico y en lo político. El modelo kirchnerista se base en la renta que retiene de esas exportaciones. ¿Podría Cristina sostener su entramado político sin una caja que la respalde?
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CIUDAD DE BUENOS AIRES (Nueva Mayoría) La caída del precio de los commodities y en particular de los agrícolas tiene un efecto muy negativo para la Argentina, por la simple razón de que ellos son el valor más relevante en las exportaciones del país y un componente muy importante de los ingresos fiscales. Una caída drástica en el precio de estos bienes puede anular el superávit fiscal o por lo menos reducirlo significativamente. La construcción de poder del kirchnerismo hace del uso del gasto público su instrumento político central y de los superpoderes la herramienta para utilizarlo fuera del control del Congreso, lo cual permite que lo haga en forma discrecional. Sin recursos para una política distribucioncita que permita tener bajo control a gobernadores e intendentes en el campo político y a sindicatos y piqueteros en lo social, el poder del kirchnerismo puede diluirse. A ello se agregarían las tensiones de los problemas económicos en sí mismos. La caída de la recaudación implica pérdida del superávit y éste se ha convertido en la clave de la confianza. Si ella se pierde la economía puede irse de control como en otras oportunidades. El problema con el precio de los commodities es que no sólo ha subido por la demanda impulsada por el crecimiento de China a India, sino también por especulación. Por esta razón, el efecto de la recesión de los EEUU y la consecuente caída en los mercados internacionales ya ha comenzado a sentirse. Si el aumento fuera sólo consecuencia del incremento de la demanda, la caída del precio sería menor, pero no ha sido así. Si los commodities perdieran todo lo ganado en 2007 sufrirían una gran crisis por el gran aumento sufrido el año pasado. En el caso argentino, una caída en el precio de los commodities genera un conflicto inmediato por las retenciones. Si bajando los precios el gobierno no disminuyera las retenciones en forma proporcional, la producción puede tornarse inviable en términos económicos. Cabe recordar que las retenciones acaban de ser aumentadas, aprovechando el aumento de los precios de 2007. A su vez, para el gobierno bajar las retenciones es reducir los ingresos fiscales, con las consecuencias políticas mencionadas antes. Para la producción de granos argentina es una crisis diferente a las registradas en las últimas décadas. Nunca habían mejorado tanto los precios en tan poco tiempo y a la vez nunca se había implementado simultáneamente un sistema de retenciones de estos porcentajes. Por estas razones puede ser una crisis compleja. Hasta que los mercados mostraron durante los últimos días que la recesión americana se mundializa -la bolsa de Shangai perdió 17% en una semana y algo similar pasó con las de India, Rusia, Brasil y los demás países emergentes- se sostenía que el desacople entre la economía americana y el resto del mundo, generado por el nuevo paradigma producido por el crecimiento asiático, iba hacer que los precios de los commodities no sufrieran. Hoy está claro que no es así y la discusión ha pasado a ser cuánto absorbe de esta crisis cada país y cada commoditie.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Nueva Mayoría) La caída del precio de los commodities y en particular de los agrícolas tiene un efecto muy negativo para la Argentina, por la simple razón de que ellos son el valor más relevante en las exportaciones del país y un componente muy importante de los ingresos fiscales. Una caída drástica en el precio de estos bienes puede anular el superávit fiscal o por lo menos reducirlo significativamente. La construcción de poder del kirchnerismo hace del uso del gasto público su instrumento político central y de los superpoderes la herramienta para utilizarlo fuera del control del Congreso, lo cual permite que lo haga en forma discrecional. Sin recursos para una política distribucioncita que permita tener bajo control a gobernadores e intendentes en el campo político y a sindicatos y piqueteros en lo social, el poder del kirchnerismo puede diluirse. A ello se agregarían las tensiones de los problemas económicos en sí mismos. La caída de la recaudación implica pérdida del superávit y éste se ha convertido en la clave de la confianza. Si ella se pierde la economía puede irse de control como en otras oportunidades. El problema con el precio de los commodities es que no sólo ha subido por la demanda impulsada por el crecimiento de China a India, sino también por especulación. Por esta razón, el efecto de la recesión de los EEUU y la consecuente caída en los mercados internacionales ya ha comenzado a sentirse. Si el aumento fuera sólo consecuencia del incremento de la demanda, la caída del precio sería menor, pero no ha sido así. Si los commodities perdieran todo lo ganado en 2007 sufrirían una gran crisis por el gran aumento sufrido el año pasado. En el caso argentino, una caída en el precio de los commodities genera un conflicto inmediato por las retenciones. Si bajando los precios el gobierno no disminuyera las retenciones en forma proporcional, la producción puede tornarse inviable en términos económicos. Cabe recordar que las retenciones acaban de ser aumentadas, aprovechando el aumento de los precios de 2007. A su vez, para el gobierno bajar las retenciones es reducir los ingresos fiscales, con las consecuencias políticas mencionadas antes. Para la producción de granos argentina es una crisis diferente a las registradas en las últimas décadas. Nunca habían mejorado tanto los precios en tan poco tiempo y a la vez nunca se había implementado simultáneamente un sistema de retenciones de estos porcentajes. Por estas razones puede ser una crisis compleja. Hasta que los mercados mostraron durante los últimos días que la recesión americana se mundializa -la bolsa de Shangai perdió 17% en una semana y algo similar pasó con las de India, Rusia, Brasil y los demás países emergentes- se sostenía que el desacople entre la economía americana y el resto del mundo, generado por el nuevo paradigma producido por el crecimiento asiático, iba hacer que los precios de los commodities no sufrieran. Hoy está claro que no es así y la discusión ha pasado a ser cuánto absorbe de esta crisis cada país y cada commoditie.
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Urgente 24 - Argentina/26/01/2008
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