Los precios de los cereales podrían duplicarse

Estados Unidos, principal productor y exportador de maíz del mundo, destina un 25% más de su cosecha anual a la producción de etanol. A pesar del aumento en un 15% de las áreas plantadas, los precios del maíz han dado un salto del 75%
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Alain Faujas
Le Monde
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¿PRESENCIAREMOS en los próximos meses disturbios en Eritrea, Senegal, Armenia o Egipto provocados por el hambre?
El Banco Mundial teme que el alza de los precios y la debilidad en las reservas mundiales de cereales desencadenen una situación como esa.En su informe anual sobre el Financiamiento del desarrollo en el mundo, publicado el martes 29 de mayo, los analistas de esa institución financiera estiman que el buen estado de salud de la economía mundial se encuentra amenazado por tres riesgos fundamentales.Los dos primeros son archiconocidos. Se trata de la explosión económica en algunos países emergentes —inevitablemente se piensa en China— y de un ajuste más grave de lo previsto en el sector inmobiliario norteamericano.El tercer riesgo es una novedad que concierne esencialmente a las poblaciones pobres de los países subdesarrollados: es lo concerniente a los precios extremadamente elevados de los cereales.Las reservas de harina, de maíz y de arroz cayeron al 16% del consumo mundial, según los autores del Informe. Porque la sequía causó estragos en el 2006 en las cosechas de Australia y Ucrania; porque China redujo en dos tercios, desde 1999 su política de almacenamiento y además, porque una parte cada vez más importante de la cosecha norteamericana de maíz está destinada a la fabricación de biocombustibles.Este diagnóstico afirma lo que el presidente cubano, Fidel Castro, desde marzo, ha denunciado cada semana como el futuro “genocidio” por hambruna que podría provocar la creciente utilización de los cereales con fines energéticos.El Banco Mundial estima que Estados Unidos, principal productor y exportador de maíz del mundo, debe destinar un 25% más de su cosecha anual a la producción de etanol. A pesar del aumento en un 15% de las áreas plantadas, los precios del maíz han dado un salto del 75%, desde el verano del 2006.
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REDUCCIÓN DE LOS INGRESOS
Como si fuera una plaga, la inflación ha afectado a los otros cereales y el Banco Mundial se preocupa por la posibilidad de un incremento general del 40% porque “las reservas solo son ligeramente superiores a los niveles observados antes de que los precios de los cereales se duplicaran entre 1972 y 1975”.Según el escenario construido por el Informe, el precio de la tonelada de harina se elevaría de 195 dólares en el 2006, a 275 en el 2007 (+43,2%); el del maíz, de 122 dólares a 175 (+43,4%) y el del arroz, de 305 a 400 dólares (+31,1%).Las consecuencias serían dramáticas en países subdesarrollados como Kenya, donde el maíz aporta el 35% de las calorías que consume una familia. Esa cifra alcanza el 58% en los hogares más pobres. El impacto sería peor para las familias urbanas, ya que los campesinos consumen menos de lo que producen y aprovechan el encarecimiento de los precios de los cereales para vender el excedente.Según estimados, la reducción en los ingresos de las poblaciones más pobres podría llegar al 6,3%. La caída de las ganancias —en relación con el Producto Interno Bruto—, sería particularmente negativa para Eritrea, Tayikistán, Lesotho, Gambia, Yemen, Senegal, Armenia, Mozambique, Nigeria y Honduras.“En países como Nicaragua —dicen los autores del informe—, un aumento del 40% del precio de los cereales sería suficiente para hacer desaparecer el 2% de la población que se encuentra en una situación de extrema pobreza”.Lo que no dice el Informe es que hay otros factores potenciales que contribuirán a una nueva reducción de las reservas y, por tanto, al alza de los precios: el avance de la urbanización reduce las áreas cultivables, principalmente en Asia; el aumento del nivel de vida, por ejemplo en los antiguos países soviéticos, incrementa la demanda de carne y por consiguiente, la utilización de los cereales en la alimentación animal. El fenómeno del encarecimiento no ha hecho más que comenzar.Para saber si finalmente las previsiones de penuria hechas por los especuladores desencadenarán una crisis, los expertos del Banco Mundial estiman que hay que esperar la cosecha norteamericana de cereales de mediados de octubre, ya que no se debe descartar lo peor: la duplicación de los precios de esos productos.
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kaosenlared.net - España/06/01/2008