Por Mario Osava
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RÍO DE JANEIRO (IPS) - Empresarios ganaderos de Brasil acusaron este viernes al gobierno de mostrase débil ante la decisión europea de suspender la importación de carne bovina de este país, que entienden es por simples razones de proteccionismo y no sanitarias como se pretexta.
La Unión Europea (UE) anunció el 30 de enero el embargo, por tiempo indeterminado, de las compras de carne de vacuno in natura de Brasil, por discrepancias respecto de la certificación sanitaria. El bloque pretendía limitar sólo a 300 las haciendas ganaderas brasileñas autorizadas a exportarle el producto, cuando Brasilia había presentado una lista de 2.681 establecimientos. El Ministerio de Agricultura de Brasil entonces volvió atrás, reconoció errores por cuestiones burocráticas en el listado y se dispuso a reducirlo a 600 productores, tras un acuerdo alcanzado el miércoles con responsables del sector en los principales estados productores. "Quedó peor, es un desastre y una tontería increíble" aceptar esas imposiciones y no contrarrestar el "proteccionismo europeo", dijo a IPS José Vicente Ferraz, director técnico del Instituto FNP, de consultoría y análisis en negocios agropecuarios. Es una evidente confesión de proteccionismo fijar una cantidad aceptable de haciendas, previamente, sin establecer los "criterios" de selección de los productores que pueden exportarle la carne de vacuno a la UE, arguyó el experto. El mismo canciller de Brasil, Celso Amorim, consideró "sin fundamento y sin lógica" el embargo con esa restricción a priori a solamente 300 haciendas exportadoras. Es proteccionismo, coincidió. La medida responde a una posición de los ganaderos de Irlanda, que presionan desde tiempo atrás a la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, para que bloquee las compras de carne brasileña, señalando que no cumplen las exigencias sanitarias y, por tanto, amenazaría la salud de los consumidores del bloque. Fue "una decisión política", sin bases técnicas y adoptada debido a las presiones irlandesas, acusó Gilman Viana Rodrigues, secretario de Agricultura del Estado de Minas Gerais y representante del sector productivo nacional en las negociaciones comerciales internacionales. El Ministerio de Agricultura emitió, en respuesta al anuncio del embargo europeo, un comunicado en el cual se asegura que no hay ninguna razón sanitaria grave en los rebaños brasileños y que hace más de 70 años este país exporta carne bovina in natura a países europeos, "sin el registro de cualquier problema de salud pública o animal asociado a tal producto". Las áreas del país habilitadas a exportar a la UE están libres de fiebre aftosa desde hace seis años y el control de vacunación responde a las exigencias europeas, según la cartera del sector del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. La discrepancia, reconoce, se relaciona con el rastreo del ganado brasileño, para cuidar el tránsito entre las distintas regiones nacionales y con los vecinos Bolivia y Paraguay, donde se teme hay un menor control de enfermedades como la propia fiebre aftosa. Brasil avanzó en esa área con mecanismos electrónicos de control de ese tránsito. Pero la actitud ambigua y vacilante del gobierno brasileño complicó la situación, según Ferraz. La lista de 600 haciendas habilitadas dispuesta por Brasilia, además de la posibilidad de ser nuevamente rechazada por la UE, enfrentará fuertes resistencias de ganaderos y gobernantes estaduales. ¿Quién se encargará de excluir a los 2.081 establecimientos incluidos en la primera lista del gobierno de Lula? El secretario de Agricultura de Goiás, Leonardo Veloso, descartó asumir esa responsabilidad, asegurando que las auditorías hechas para elaborar la lista original de su estado, con 1.065 haciendas, fueron correctas. Veloso fue portavoz de una actitud general de sus colegas. No hay un criterio definido para juzgar que haciendas deben ser privilegiadas, concentrando las futuras exportaciones a la UE. Las demás podrán cuestionar su exclusión ante la justicia, advirtió Ferraz, previendo que la selección "no será viable". La UE es el principal mercado externo para la carne de vacuno in natura de Brasil. Absorbió el año pasado 31,6 por ciento del total vendido al exterior, equivalente a 1.087 millones de dólares. Las consecuencias de la dura medida europea ya se manifestaron en una fuerte alza de precios de la carne en Europa y la correspondiente caída en Brasil, ante la perspectiva de mayor disponibilidad del producto para la venta en el mercado interno. Brasil es hoy el mayor exportador de carne bovina del mundo, gracias a las dificultades que afrontan sus principales competidores, como son Australia, que sufre una prolongada sequía, y Argentina, cuyo gobierno restringió las ventas externas para contener los precios del mercado interno. Una posibilidad de que la UE afloje sus posiciones y entable negociaciones más flexibles con Brasil es la presión de sus consumidores, ante el aumento de los precios por un período prolongado. Las restricciones a la carne de vacuno brasileña pueden atenuar la deforestación de la Amazonia, ya que la expansión de la ganadería, junto con la de soja, son apuntadas como los principales factores del avance de la llamada frontera agrícola sobre los bosques amazónicos. Pero "dudo que sea así", porque la UE limitó sus exigencias a cuestiones sanitarias, observó a IPS Mario Menezes, director adjunto de Amigos de la Tierra-Amazonia Brasileña, la organización no gubernamental que divulgó en enero su informe titulado "El reino del ganado", desnudando el modo en que la ganadería promueve la deforestación. Ese conflicto comercial entre la UE y Brasil ofrece "una oportunidad para abrir la discusión", incluyendo condicionantes ambientales en el comercio internacional, concluyó Menezes. Otros aspectos, como el trabajo esclavo en la ganadería y el exceso de consumo de energía en la producción de carne podrían ser también tratados, acotó.
RÍO DE JANEIRO (IPS) - Empresarios ganaderos de Brasil acusaron este viernes al gobierno de mostrase débil ante la decisión europea de suspender la importación de carne bovina de este país, que entienden es por simples razones de proteccionismo y no sanitarias como se pretexta.
La Unión Europea (UE) anunció el 30 de enero el embargo, por tiempo indeterminado, de las compras de carne de vacuno in natura de Brasil, por discrepancias respecto de la certificación sanitaria. El bloque pretendía limitar sólo a 300 las haciendas ganaderas brasileñas autorizadas a exportarle el producto, cuando Brasilia había presentado una lista de 2.681 establecimientos. El Ministerio de Agricultura de Brasil entonces volvió atrás, reconoció errores por cuestiones burocráticas en el listado y se dispuso a reducirlo a 600 productores, tras un acuerdo alcanzado el miércoles con responsables del sector en los principales estados productores. "Quedó peor, es un desastre y una tontería increíble" aceptar esas imposiciones y no contrarrestar el "proteccionismo europeo", dijo a IPS José Vicente Ferraz, director técnico del Instituto FNP, de consultoría y análisis en negocios agropecuarios. Es una evidente confesión de proteccionismo fijar una cantidad aceptable de haciendas, previamente, sin establecer los "criterios" de selección de los productores que pueden exportarle la carne de vacuno a la UE, arguyó el experto. El mismo canciller de Brasil, Celso Amorim, consideró "sin fundamento y sin lógica" el embargo con esa restricción a priori a solamente 300 haciendas exportadoras. Es proteccionismo, coincidió. La medida responde a una posición de los ganaderos de Irlanda, que presionan desde tiempo atrás a la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, para que bloquee las compras de carne brasileña, señalando que no cumplen las exigencias sanitarias y, por tanto, amenazaría la salud de los consumidores del bloque. Fue "una decisión política", sin bases técnicas y adoptada debido a las presiones irlandesas, acusó Gilman Viana Rodrigues, secretario de Agricultura del Estado de Minas Gerais y representante del sector productivo nacional en las negociaciones comerciales internacionales. El Ministerio de Agricultura emitió, en respuesta al anuncio del embargo europeo, un comunicado en el cual se asegura que no hay ninguna razón sanitaria grave en los rebaños brasileños y que hace más de 70 años este país exporta carne bovina in natura a países europeos, "sin el registro de cualquier problema de salud pública o animal asociado a tal producto". Las áreas del país habilitadas a exportar a la UE están libres de fiebre aftosa desde hace seis años y el control de vacunación responde a las exigencias europeas, según la cartera del sector del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. La discrepancia, reconoce, se relaciona con el rastreo del ganado brasileño, para cuidar el tránsito entre las distintas regiones nacionales y con los vecinos Bolivia y Paraguay, donde se teme hay un menor control de enfermedades como la propia fiebre aftosa. Brasil avanzó en esa área con mecanismos electrónicos de control de ese tránsito. Pero la actitud ambigua y vacilante del gobierno brasileño complicó la situación, según Ferraz. La lista de 600 haciendas habilitadas dispuesta por Brasilia, además de la posibilidad de ser nuevamente rechazada por la UE, enfrentará fuertes resistencias de ganaderos y gobernantes estaduales. ¿Quién se encargará de excluir a los 2.081 establecimientos incluidos en la primera lista del gobierno de Lula? El secretario de Agricultura de Goiás, Leonardo Veloso, descartó asumir esa responsabilidad, asegurando que las auditorías hechas para elaborar la lista original de su estado, con 1.065 haciendas, fueron correctas. Veloso fue portavoz de una actitud general de sus colegas. No hay un criterio definido para juzgar que haciendas deben ser privilegiadas, concentrando las futuras exportaciones a la UE. Las demás podrán cuestionar su exclusión ante la justicia, advirtió Ferraz, previendo que la selección "no será viable". La UE es el principal mercado externo para la carne de vacuno in natura de Brasil. Absorbió el año pasado 31,6 por ciento del total vendido al exterior, equivalente a 1.087 millones de dólares. Las consecuencias de la dura medida europea ya se manifestaron en una fuerte alza de precios de la carne en Europa y la correspondiente caída en Brasil, ante la perspectiva de mayor disponibilidad del producto para la venta en el mercado interno. Brasil es hoy el mayor exportador de carne bovina del mundo, gracias a las dificultades que afrontan sus principales competidores, como son Australia, que sufre una prolongada sequía, y Argentina, cuyo gobierno restringió las ventas externas para contener los precios del mercado interno. Una posibilidad de que la UE afloje sus posiciones y entable negociaciones más flexibles con Brasil es la presión de sus consumidores, ante el aumento de los precios por un período prolongado. Las restricciones a la carne de vacuno brasileña pueden atenuar la deforestación de la Amazonia, ya que la expansión de la ganadería, junto con la de soja, son apuntadas como los principales factores del avance de la llamada frontera agrícola sobre los bosques amazónicos. Pero "dudo que sea así", porque la UE limitó sus exigencias a cuestiones sanitarias, observó a IPS Mario Menezes, director adjunto de Amigos de la Tierra-Amazonia Brasileña, la organización no gubernamental que divulgó en enero su informe titulado "El reino del ganado", desnudando el modo en que la ganadería promueve la deforestación. Ese conflicto comercial entre la UE y Brasil ofrece "una oportunidad para abrir la discusión", incluyendo condicionantes ambientales en el comercio internacional, concluyó Menezes. Otros aspectos, como el trabajo esclavo en la ganadería y el exceso de consumo de energía en la producción de carne podrían ser también tratados, acotó.
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IPS Noticias - Uruguay/09/02/2008
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