Por Shailendra Singh
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SUVA (IPS) - La postura y la reputación del primer ministro de Australia, Kevin Rudd, recibirá un respaldo considerable de las naciones insulares de Asia sudoriental por su disculpa a los aborígenes de su país esta semana, según activistas y académicos.
La disculpa debió venir hace tiempo, pero más vale tarde que nunca, señaló Vijay Naidu, director del Programa de Estudios de Desarrollo de la Universidad del Pacífico Sur, en la capital de Fiji. El perdón fue significativo para las atribuladas islas del Pacífico como Fiji e Islas Salomón. Los problemas que padecen son bastante diferentes de los que han aquejado a los indígenas australianos y a ese país en general, indicó Naidu. "Los aborígenes de Fiji y los de Guadalcanal, de Islas Salomón, no fueron diezmados, no perdieron sus tierras ni fueron marginados y confinados en reservas y guetos urbanos", apuntó. "Los indígenas de Fiji fueron castigados por golpes de Estado y violencia étnica", explicó Naidu. "En tanto, en Islas Salomón, la actitud de los malaitanos de usurpar tierras y dominar la política llevó al Movimiento de Liberación Isa Tabu a tomar las armas, con la consiguiente respuesta de los primeros con la creación de la Fuerza del Águila de Malaita", prosiguió. "Pero el mensaje de disculpa de Rudd es muy fuerte pues apunta a la reconciliación, busca el perdón y propone caminar juntos en tanto que personas", sostuvo Naidu. Llevó tanto tiempo pedir perdón, entiende Naidu, porque como ex territorio colonial, la idea de superioridad racial y "destino manifiesto" parece haber dominado a los políticos australianos. "Los dirigentes reaccionarios desprecian las visiones liberales acerca de la difícil situación de los aborígenes australianos y, en cambio, se vuelcan al síndrome de ‘culpar a la víctima’", indicó Naidu. La disculpa podrá dar un nuevo sentimiento de autoestima a los indígenas y una sensación de ser valorados en Australia, añadió Naidu, pero el gobierno de Rudd debe trabajar con académicos y líderes indígenas para involucrar a sus comunidades en un diálogo con vistas de futuro. Hay que diseñar políticas y estrategias para afrontar los problemas más complejos así como los vinculados con infraestructura y servicios básicos. "Además de una generación de 100.000 personas castigadas directamente por el racismo estatal australiano, existe todo el viejo asunto de la discriminación estructural y sistémica", apuntó Naidu. "Hay cuestiones vinculadas con nuevas políticas y nuevos recursos dirigidos a incorporarlos al ciclo escolar. Pero también está el asunto de la indemnización económica", añadió. Por su parte, el director del no gubernamental Foro Constitucional de Ciudadanos, reverendo Akuila Yabaki, considera que la disculpa es bienvenida, pero no deja de ser un gesto simbólico. El Foro, junto con otras organizaciones locales e internacionales, urgirá al gobierno australiano que continúe ese hecho histórico con iniciativas y políticas efectivas que beneficien a los indígenas en materia de salud, educación y generación de ingresos. La disculpa tardó en llegar por su "consciencia de nación", sostuvo Yabaki, y apuntó que un país rico con una economía creciente no se convence fácilmente de errores cometidos contra una comunidad vulnerable. "Tampoco es fácil que una nación que una vez instituyó la Política de Australia Blanca, por temor a la migración china, llegue a este tipo de reconocimiento y disculpa", indicó Yabaki. El pueblo australiano, los últimos en llegar, lucharon con su sentimiento de culpa respecto de los hechos del pasado, añadió Yabaki, y elogiaron a Rudd por su iniciativa alegando que tiene una mejor comprensión de las responsabilidades y de derechos humanos. "Rudd pasará a la historia como el líder australiano que recurrió a la razón de su consciencia y no a la de los programas basados sobre el capitalismo económico y la afirmación asociada de la supremacía blanca y de que siempre saben más que los aborígenes", indicó. Cumplió una promesa de campaña, indicó la directora del Centro de Recursos de Asuntos del Pacífico, Tupou Vere. "El Centro desea felicitar al primer ministro por este primer paso histórico y significativo hacia una reconciliación entre los indígenas y el gobierno federal australiano", apuntó. También vio con buenos ojos la promesa del gobierno de Rudd de dar continuidad a la disculpa formal con propuestas en materia de salud, educación y alternativas económicas, añadió Vere.
SUVA (IPS) - La postura y la reputación del primer ministro de Australia, Kevin Rudd, recibirá un respaldo considerable de las naciones insulares de Asia sudoriental por su disculpa a los aborígenes de su país esta semana, según activistas y académicos.
La disculpa debió venir hace tiempo, pero más vale tarde que nunca, señaló Vijay Naidu, director del Programa de Estudios de Desarrollo de la Universidad del Pacífico Sur, en la capital de Fiji. El perdón fue significativo para las atribuladas islas del Pacífico como Fiji e Islas Salomón. Los problemas que padecen son bastante diferentes de los que han aquejado a los indígenas australianos y a ese país en general, indicó Naidu. "Los aborígenes de Fiji y los de Guadalcanal, de Islas Salomón, no fueron diezmados, no perdieron sus tierras ni fueron marginados y confinados en reservas y guetos urbanos", apuntó. "Los indígenas de Fiji fueron castigados por golpes de Estado y violencia étnica", explicó Naidu. "En tanto, en Islas Salomón, la actitud de los malaitanos de usurpar tierras y dominar la política llevó al Movimiento de Liberación Isa Tabu a tomar las armas, con la consiguiente respuesta de los primeros con la creación de la Fuerza del Águila de Malaita", prosiguió. "Pero el mensaje de disculpa de Rudd es muy fuerte pues apunta a la reconciliación, busca el perdón y propone caminar juntos en tanto que personas", sostuvo Naidu. Llevó tanto tiempo pedir perdón, entiende Naidu, porque como ex territorio colonial, la idea de superioridad racial y "destino manifiesto" parece haber dominado a los políticos australianos. "Los dirigentes reaccionarios desprecian las visiones liberales acerca de la difícil situación de los aborígenes australianos y, en cambio, se vuelcan al síndrome de ‘culpar a la víctima’", indicó Naidu. La disculpa podrá dar un nuevo sentimiento de autoestima a los indígenas y una sensación de ser valorados en Australia, añadió Naidu, pero el gobierno de Rudd debe trabajar con académicos y líderes indígenas para involucrar a sus comunidades en un diálogo con vistas de futuro. Hay que diseñar políticas y estrategias para afrontar los problemas más complejos así como los vinculados con infraestructura y servicios básicos. "Además de una generación de 100.000 personas castigadas directamente por el racismo estatal australiano, existe todo el viejo asunto de la discriminación estructural y sistémica", apuntó Naidu. "Hay cuestiones vinculadas con nuevas políticas y nuevos recursos dirigidos a incorporarlos al ciclo escolar. Pero también está el asunto de la indemnización económica", añadió. Por su parte, el director del no gubernamental Foro Constitucional de Ciudadanos, reverendo Akuila Yabaki, considera que la disculpa es bienvenida, pero no deja de ser un gesto simbólico. El Foro, junto con otras organizaciones locales e internacionales, urgirá al gobierno australiano que continúe ese hecho histórico con iniciativas y políticas efectivas que beneficien a los indígenas en materia de salud, educación y generación de ingresos. La disculpa tardó en llegar por su "consciencia de nación", sostuvo Yabaki, y apuntó que un país rico con una economía creciente no se convence fácilmente de errores cometidos contra una comunidad vulnerable. "Tampoco es fácil que una nación que una vez instituyó la Política de Australia Blanca, por temor a la migración china, llegue a este tipo de reconocimiento y disculpa", indicó Yabaki. El pueblo australiano, los últimos en llegar, lucharon con su sentimiento de culpa respecto de los hechos del pasado, añadió Yabaki, y elogiaron a Rudd por su iniciativa alegando que tiene una mejor comprensión de las responsabilidades y de derechos humanos. "Rudd pasará a la historia como el líder australiano que recurrió a la razón de su consciencia y no a la de los programas basados sobre el capitalismo económico y la afirmación asociada de la supremacía blanca y de que siempre saben más que los aborígenes", indicó. Cumplió una promesa de campaña, indicó la directora del Centro de Recursos de Asuntos del Pacífico, Tupou Vere. "El Centro desea felicitar al primer ministro por este primer paso histórico y significativo hacia una reconciliación entre los indígenas y el gobierno federal australiano", apuntó. También vio con buenos ojos la promesa del gobierno de Rudd de dar continuidad a la disculpa formal con propuestas en materia de salud, educación y alternativas económicas, añadió Vere.
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IPS Noticias - Uruguay/16/02/2008
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