12/2/08

PARA ESCARBAR...LQ somos.

Amnesia
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“Si la historia la escriben los que ganan/eso quiere decir que hay otra historia”
(Mignona/Nebbia)
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La historia se construye con los hechos del pasado del hombre. Con los hechos recordados tanto como con los que se evitan. Son maneras de construir un memoria colectiva, y lo organiza quien tiene el poder para imponer esa memoria selectiva. Entonces, según le convenga al grupo hegemónico, permitirá que tales o cuales sucesos integren el recordatorio y pasen, por lo tanto, a engrosar el bagaje cultural, y evitará que tales otros sean incluidos y, con el paso del tiempo se irán diluyendo de los recuerdos colectivos, sin desaparecer, pero sí, quedando en la memoria de pequeños grupos lejanos a las decisiones. Repetía aquella canción que la historia la escriben los que ganan, y silencian al resto, imponen su proyecto hegemónico.
La memoria es el anclaje a una sociedad, a un tiempo, a una cultura. Umberto Eco lo expresa claramente: “No hace mucho tiempo que para adueñarse del poder político en un país era suficiente controlar el ejército y la policía. Hoy, sólo en los países subdesarrollados los generales fascistas recurren todavía a los carros blindados para dar un golpe de estado. Basta que un país haya alcanzado un alto nivel de industrialización para que cambie por completo el panorama: el día siguiente a la caída de Kruschev fueron sustituidos los directores de Izvestia , de Pravda y de las cadenas de radio y televisión; ningún movimiento en el ejército. Hoy, un país pertenece a quien controla los medios de comunicación” (1)
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Hagamos memoria
El lugar : provincia. De Neuquén
Fecha: 5 de abril de 2007
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Los hechos: en el marco de la protesta docente que, por esos días se extendía a varias provincias de Argentina en reclamo de mejoras salariales, una marcha programada por los educadores terminó con el asesinato de CARLOS FUENTEALBA por la sanguinaria acción de la policía de JORGE SOBISCH quien era, entonces el gobernador.
Carlos Fuentalba era delegado gremial del colegio secundario del barrio Cuenca XV - humilde comunidad que se desarrolla en la barda del oeste de la ciudad de Neuquén-. Ocurridos los hechos es muy seguro que Jorge Sobisch tenía bien en claro que en poco tiempo mas habría elecciones y sería la elegante manera de hacer mutis por el foro por un tiempo. Ya podría volver como candidato a la presidencia. Pero primero había que adormecer la memoria, obnubilar el presente, silenciar el futuro, lentificar el proceso judicial, confundir a la justicia, y mientras todo esto ocurría, por detrás del telón, él se iría-y-no pues, el 3 de junio, de la mano de Jorge Sapag, el Movimiento Popular Neuquino (MPN) revalidó su título para gobernar otros cuatro año a partir del diez de diciembre próximo. Llega al poder con el apoyo de las fuerzas menemistas-sobischistas.
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La perversa realidad
Aquél 5 de abril Carlos Fuentealba había concurrido junto con sus compañeros a la protesta, pero una granada de gas lacrimógeno estalló en su cabeza y le provocó muerte cerebral. Los maestros intentaban cortar la ruta 22 reclamando mejoras salariales. Una vez mas el capital se cobra una vida, porque tiene mas valor –mercantilizando los valores- evitar que se corte una ruta y con esto se perjudiquen los negocios, que la protesta de un educador que reclama por sus bajos ingresos. El gobernador neuquino Jorge Sobisch admitió que había dado orden de reprimir a los docentes, otra demostración mas del qué-me-importa-la-vida-humana de que hacen gala pero no se hizo cargo de la vida que acababan de tronchar. Perdió la memoria, y entonces se puso a pensar en otra cosa, por ejemplo, en las elecciones presidenciales. Contando con que la gente pronto olvidaría lo que había ocurrido si maniobraban bien con los medios.
Sin embargo, ante tanta Sobisch-berbia ¿por qué el gobernador Sobisch fue sacado la tarde de ese día de la Casa de Gobierno de Neuquén en medio de un operativo relámpago con una máscara en la cara y tapado con una especie de sacón? Otra burla mas, el disfraz para no enfrentar a la gente, la máscara cotidiana, la represión a los que manifestaban que eran cientos de docentes repudiando lo que había pasada y, nuevamente, se recurrió la utilización de gases lacrimógenos para distraer a los manifestantes que se encontraban frente a la entrada principal a la Casa de Gobierno sobre la calle Rioja.
Luego vinieron las marchas pidiendo justicia, pero no hallaron eco sólido en los organismos “hermanos” de nivel nacional que apoyaron al principio el reclamo y adoptaron luego una postura “light” y perversa, ya que no reforzaron el pedido de justicia acompañando con una jornada de protesta nacional para lograr el esclarecimiento de este brutal proceder de la policía de Sobisch y para que el gobernador renunciara a su cargo.
Dejaron diluir el tema, porque, como decía Eco, quien controla los medios de comunicación… también controlará la mente, y propiciará las lecturas que quiera que se haga de la realidad, imponiendo temas de debate y preocupación social, y quitando a otros del medio. Y el tema del docente muerto por la represión policial en Neuquén fue perdiendo espacio en los grandes medios, en la gente. No en los docentes neuquinos.
El jefe de PRO, Mauricio Macri, hizo por entonces algunas declaraciones sobre su aliado político, el gobernador de Neuquén Jorge Sobisch, quien “debería que dar explicaciones sobre la represión policial a los docentes” y, dicho esto, pegó la vuelta y continuó con la campaña por lograr el control político de la ciudad de Buenos Aires. Es que no se puede perder el tiempo, en política tanto como en otras actividades, time is money .
Y la otra gran perversión instalada, legitimada por el uso en la sociedad, especie de doctrina-del-eje-del-mal, es que cualquier hecho de violencia es tomado como si fuera un hecho mas que puede ser ninguneado con la aplicación de eufemismos del tipo de los “daños colaterales”. La repetición lo institucionaliza, y a muchos comienza a resbalarles por la piel y no los hace sentir nada, casi como si se mirara una serie de televisión: se ven los hechos y no conmueven, no llevan a solidarizarse, a movilizarse aun por quien no se conoce pero con quien nos hermana la condición humana.
Algunos arriesgan algún comentario remanido y vacío de contenido, se pronuncia el consabido “es una vergüenza”, o peor aun, se reinstala un viejo mecanismo según el cual quien sale a la calle a pelearla hombro a hombro con sus compañeros, solidariamente, “en algo andará” o “algo habrá hecho” en el marco de la violencia cotidiana que retrae, deshumaniza, des-solidariza, individualiza, desmoviliza, atrinchera.
A dos meses del asesinato de Carlos Fuentealba, los invito a buscar en los medios para comprobar que el tema no tiene la importancia que sí se otorga a un penal cobrado indebidamente y el partido que le robaron a tal equipo; a los primeros planos del baile de los candidatos de una fracción política festejando los votos obtenidos en las elecciones de Capital Federal, a los debates de los famosos de cierta casa de encierro, a la neblina…
A despertar de la amnesia, a leer las entrelíneas, a sospechar sobre lo que no se dice, a desconfiar de lo que se dice, porque…
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“…cada vez que nos dan clases de amnesia
y nos conminan a borrar
la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región
no es la farándula de otros
en mi región hay calvarios de ausencia
muñones de porvenir / arrabales de duelo
pero también candores de mosqueta
pianos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde sus huertos
nostalgias inmóviles en un pozo de otoño
sentimientos insoportablemente actuales
que se niegan a morir allá en lo oscuro
el olvido está lleno de memoria
que a veces no caben las remembranzas
y hay que tirar rencores por la borda
en el fondo el olvido es un gran simulacro
nadie sabe ni puede / aunque quiera / olvidar
un gran simulacro repleto de fantasmas
esos romeros que peregrinan por el olvido
como si fuese el camino de santiago
el día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite los recuerdos atroces y de maravilla
quebrarán los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido”
(Mario Benedetti. Ese gran simulacro)
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LQSomos. Mónica Oporto. Junio de 2007
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(1) Umberto Eco: Para una guerrilla semiológica.
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LQsomos/12/02/2008

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