Los presidentes de Argentina y Brasil buscan soluciones al problema energético de sus países dejando a Bolivia virtualmente de lado.
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Aparte de pedirle a Bolivia una mayor producción de gas natural, los gobiernos de Argentina y Brasil no han ido más allá del reciente convenio tripartido por el cual se dispuso la conformación de una comisión de alto nivel que analizara la forma de garantizar el suministro del energético a sus mercados, luego del fracaso de la gestión del presidente Evo Morales en Buenos Aires, destinada a lo que llamó logro de un "equilibrio" en ese rubro, atenta la cercanía del invierno y la imposibilidad de nuestro país de cumplir sus compromisos con la nación platense. Cabe recordar, en efecto, que debía realizarse una reunión entre los tres ministros de Energía o Hidrocarburos en la ciudad de La Paz, como inicio de una tarea de largo aliento para zanjar el problema, la que sin embargo no se ha efectuado aun por razones desconocidas, limitándose los gobernantes vecinos a demandar de su par boliviano el incremento de la producción, sumida en crisis a causa de la falta de inversiones. Ello no ha impedido, sin embargo que los presidentes Luiz Inácio Lula de Silva y Cristina de Kirchner se comprometan a trabajar en el hallazgo de soluciones duraderas para atender la creciente demanda de energía de Brasil y Argentina y compartir provisionalmente flujos de energía para hacer frente a los momentos de emergencia, según una declaración conjunta divulgada ayer tras conversaciones telefónicas sostenidas por ambos mandatarios en los últimos días. Y es que ninguno de ellos podía permanecer impasible al respecto, como que de hecho ya se inclinaron por las fuentes alternativas de aprovisionamiento, al igual que el mejor aprovechamiento de las que tienen, sea cual fuere su origen, posición que no deja de preocupar desde que virtualmente pone de lado a Bolivia en el negocio de compraventa del gas con sus principales clientes. En este sentido, la declaración recordó que ambos países constituyeron en febrero pasado una comisión (¿la misma que contó con la participación de Bolivia?, nos preguntamos) para abordar las dificultades provocadas por su elevada demanda de energía y la posibilidad de que no sea totalmente atendida en el próximo invierno austral, además de precisar que sería de su responsabilidad agilizar la planificación y la implementación de medidas de mediano y largo plazo y avanzar en la integración energética con los demás países de la región, sin empero hacer mención concreta de Bolivia. Entre tales previsiones se cuenta la decisión política de Brasil de impulsar la construcción de cinco hidroeléctricas en sus fronteras con Argentina y Bolivia para producir en torno a 12.000 megavatios. La comisión, según el documento conjunto, también deberá "trabajar en pro de la disponibilidad de flujos energéticos que vengan a ser necesarios adicionalmente como consecuencia de condiciones climáticas adversas y de emergencias" en los dos países. Brasil ya había manifestado su compromiso de enviar energía a Argentina cuando la necesite con ocasión del fallido pedido de Evo Morales para que cediera parte del gas que tiene contratado con Bolivia (hasta 30 millones de metros cúbicos diarios). El documento resalta finalmente que los dos países, como consumidores de gas, "desean establecer mecanismos de intercambio de energía que respeten los derechos y las obligaciones contractuales", en lo que parece una alusión a Bolivia y su incumplimiento de lo convenido al menos con la Argentina. Lamentable, desde todo punto de vista.
Los Tiempos - Bolivia/13/02/2008
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