El 9 de abril la OCDE concedió una rueda de prensa en Berlín, en la cual presentó el nuevo informe sobre la economía alemana, que parece disfrutar de un momento muy positivo, a pesar de la crisis mundial financiera que preocupa a muchos empresarios, y que ya ha obligado a cerrar un pequeño banco de Bremen.
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Massimiliano Costa
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Productividad y exportaciones
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pronostica una ralentización del crecimiento del PIB de un 2,5% en 2007 a un 1,5% en 2009. Este dato, por otro lado prometedor, desde el punto de vista de las previsiones del Fondo Monetario Internacional, muestra aproximadamente el valor que puede alcanzar el PIB en Alemania y, no es por lo tanto, un resultado negativo. La reactivación de la economía alemana, en apuros hasta finales de 2004, se ha logrado, en gran parte, gracias a un verdadero auge de las exportaciones, que ha registrado un excelente +8,3% en 2007, contribuyendo a un crecimiento del PIB del 1,4%. Es inevitable que Alemania sufra las consecuencias de la crisis americana, pero gracias al aumento de tratados comerciales con el continente asiático, las exportaciones no han descendido en el primer trimestre de 2008. A pesar de la pérdida registrada en febrero por los pedidos industriales equivalente al -0,5%, se pronostica un aumento de 9 puntos porcentuales sobre la base anual. Se esperan, por lo tanto, datos alentadores para la exportación y la industria en los próximos meses, también con respecto a la relación “Business Climate Germany” del instituto IFO. El índice IFO, con respecto a la confianza de las empresas, ha subido a 104,8, de un 104,1 en febrero, llegando a su máximo nivel en agosto, cuando estalló la crisis financiera.
Massimiliano Costa
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Productividad y exportaciones
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pronostica una ralentización del crecimiento del PIB de un 2,5% en 2007 a un 1,5% en 2009. Este dato, por otro lado prometedor, desde el punto de vista de las previsiones del Fondo Monetario Internacional, muestra aproximadamente el valor que puede alcanzar el PIB en Alemania y, no es por lo tanto, un resultado negativo. La reactivación de la economía alemana, en apuros hasta finales de 2004, se ha logrado, en gran parte, gracias a un verdadero auge de las exportaciones, que ha registrado un excelente +8,3% en 2007, contribuyendo a un crecimiento del PIB del 1,4%. Es inevitable que Alemania sufra las consecuencias de la crisis americana, pero gracias al aumento de tratados comerciales con el continente asiático, las exportaciones no han descendido en el primer trimestre de 2008. A pesar de la pérdida registrada en febrero por los pedidos industriales equivalente al -0,5%, se pronostica un aumento de 9 puntos porcentuales sobre la base anual. Se esperan, por lo tanto, datos alentadores para la exportación y la industria en los próximos meses, también con respecto a la relación “Business Climate Germany” del instituto IFO. El índice IFO, con respecto a la confianza de las empresas, ha subido a 104,8, de un 104,1 en febrero, llegando a su máximo nivel en agosto, cuando estalló la crisis financiera.
Algunos analistas habían previsto una gran disminución de las exportaciones, como consecuencia de la subida de tres puntos porcentuales del IVA a finales de 2006, que implicaba ya un gradual pero decisivo aumento de los precios, de modo que, durante 2007 no se ha verificado un incremento de la inflación proporcional al aumento del IVA. Esta medida ha contribuido a consolidar la situación de las cuentas públicas del país, desde el momento en que en 2007 se consiguió el equilibrio presupuestario, después de 17 años de cierre del balance con saldo negativo. El Economist pronostica que para 2008 el balance se podrá confirmar en un 0,8% y que al menos hasta 2012 se mantendrá en positivo. Confiando así en las reformas estructurales puestas a punto por la Grosse Koalitio, que debería disolverse a mitad de 2009 y volver a llamar a las urnas a los ciudadanos.
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Políticas por el trabajo
Gracias al buen funcionamiento de las cuentas públicas, la OCDE señala varias intervenciones, sobre todo en política para el trabajo, que el Gobierno debe llevar a cabo antes de finalizar su mandato. En efecto, el PIB per cápita, que en 1995 era equivalente al 78% del nivel de EE.UU., disminuyó al 73% en 2006. Esta divergencia está causada principalmente por dos factores: el menor número de horas que trabaja un alemán con respecto a un americano, y la menor productividad del alemán. La mayor responsabilidad de esta situación se adjudica a las mujeres, que prefieren un trabajo de media jornada, reforzándose con el apoyo que da el Estado con el sistema de impuestos familiares y la gratuidad en la cobertura sanitaria para el cónyuge que no trabaja. Según la organización, con sede en París, ha llegado el momento de reformar este sector, introduciendo por ejemplo, un sistema de impuestos individuales, pero sin olvidar que aún las mujeres pueden necesitar el apoyo de los subsidios estatales, por la falta de ayudas. Aunque estas estructuras sean menos costosas en Alemania respecto a otros países analizados por la OCDE, son de todos modos más raras. Hay que decir que el Gobierno, con este propósito ha presentado una medida para aumentar antes de 2013 el número de ayudas y de estructuras parecidas, para aliviar las obligaciones de las mujeres en la familia, dándoles la posibilidad de entrar en el mercado laboral con más seguridad y estabilidad. En cambio, Alemania ha sido criticada por la decisión de introducir un salario mínimo en el sector de correos. En el informe se reconoce “la necesidad de introducir un sueldo mínimo en otros sectores, para así reducir los efectos negativos de un sistema de monopsonia en algunas áreas”. Pero esta medida no sólo puede poner en peligro las finanzas del Estado, sino también desviar excesivamente el mercado. La OCDE aconseja dejar la toma de decisiones a un grupo de expertos, alejándose así de las instancias políticas que podrían interferir en las resoluciones al estar muy cerca las elecciones.Unos resultados verdaderamente notables se han registrado en las políticas de disuasión en comparación con las pensiones, desde el instante en que el porcentaje de ancianos ha aumentado diez puntos a partir de 2003. La OCDE aconseja a Merkel que continúe el camino que ha tomado, incentivando a aquellos que permanecen en su puesto de trabajo, que ayudan al Estado a mantener el gasto público en niveles más bajos de los previstos.
Políticas por el trabajo
Gracias al buen funcionamiento de las cuentas públicas, la OCDE señala varias intervenciones, sobre todo en política para el trabajo, que el Gobierno debe llevar a cabo antes de finalizar su mandato. En efecto, el PIB per cápita, que en 1995 era equivalente al 78% del nivel de EE.UU., disminuyó al 73% en 2006. Esta divergencia está causada principalmente por dos factores: el menor número de horas que trabaja un alemán con respecto a un americano, y la menor productividad del alemán. La mayor responsabilidad de esta situación se adjudica a las mujeres, que prefieren un trabajo de media jornada, reforzándose con el apoyo que da el Estado con el sistema de impuestos familiares y la gratuidad en la cobertura sanitaria para el cónyuge que no trabaja. Según la organización, con sede en París, ha llegado el momento de reformar este sector, introduciendo por ejemplo, un sistema de impuestos individuales, pero sin olvidar que aún las mujeres pueden necesitar el apoyo de los subsidios estatales, por la falta de ayudas. Aunque estas estructuras sean menos costosas en Alemania respecto a otros países analizados por la OCDE, son de todos modos más raras. Hay que decir que el Gobierno, con este propósito ha presentado una medida para aumentar antes de 2013 el número de ayudas y de estructuras parecidas, para aliviar las obligaciones de las mujeres en la familia, dándoles la posibilidad de entrar en el mercado laboral con más seguridad y estabilidad. En cambio, Alemania ha sido criticada por la decisión de introducir un salario mínimo en el sector de correos. En el informe se reconoce “la necesidad de introducir un sueldo mínimo en otros sectores, para así reducir los efectos negativos de un sistema de monopsonia en algunas áreas”. Pero esta medida no sólo puede poner en peligro las finanzas del Estado, sino también desviar excesivamente el mercado. La OCDE aconseja dejar la toma de decisiones a un grupo de expertos, alejándose así de las instancias políticas que podrían interferir en las resoluciones al estar muy cerca las elecciones.Unos resultados verdaderamente notables se han registrado en las políticas de disuasión en comparación con las pensiones, desde el instante en que el porcentaje de ancianos ha aumentado diez puntos a partir de 2003. La OCDE aconseja a Merkel que continúe el camino que ha tomado, incentivando a aquellos que permanecen en su puesto de trabajo, que ayudan al Estado a mantener el gasto público en niveles más bajos de los previstos.
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Sector bancario
A pesar de la salud de la que goza la economía alemana, que como hemos visto continúa creciendo, sucede lo contrario en el sector bancario y financiero, pero la OCDE no se pronuncia en su informe al respecto . Como ha afirmado el ministro alemán de Finanzas Peer Steinbrueck la crisis financiera, que está llevando al país a la ruina (provocada por los préstamos subprime estadounidenses), es muy seria y durará al menos hasta finales de 2008. Pero lo que Alemania debe evitar a toda costa es que se difunda el pánico entre los clientes de los bancos, cosa que podría suceder a corto plazo, y que podría ser imprevisible. Pero vamos a los hechos. Ya el 18 de marzo el presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann, afirmó públicamente que no creía en la capacidad de salvar el mercado, desde el momento en que la crisis no derivaba de una falta de liquidez total. Según Ackermann las medidas de reducción de los tipos de interés promovidas por el FED eran insuficientes, por lo tanto, el verdadero problema era la crisis del “nerviosismo” del mercado. El Presidente presagiaba que en caso de necesidad el Gobierno alemán no habría dudado en entrar directamente en acción. El 7 de abril en el AND, Instituto de Crédito Estatal kfw (Kreditanstalt Wiederaufbau), Ingrid Matthaus-Maier presentó su dimisión como consecuencia de las fuertes críticas recibidas por la gestión del Banco Estatal IFK, controlado en un 45% por el KFW. A pesar de una intervención de 8.000 millones de euros, el banco continúa en efecto registrando fuertes pérdidas a causa de la implicación en el mercado de los préstamossubprime, y el KFW, a su vez, se verá obligado a contabilizar unos 1.800 millones de euros en pérdidas a causa de la participación en el IFK, según lo afirmado por el ministro Steinbrueck. El 9 de abril el pequeño Banco Weserbank del Estado de Bremen sevió obligado a cerrar por el excesivo endeudamiento. Las Autoridades alemanas del Control del Sector Bancario (BaFin) han impuesto las medidas y han invitado al Tribunal de Bremerhaven a iniciar los procedimientos paradeclarar el estado de insolvencia. El administrador delegado Gerold Lehmann rehúsa al remitente las acusaciones que atribuirían los gastos de gestión de la crisis del banco, afirmando que en una situación normal del mercado, el banco no se habría visto obligado a cerrar. Estos sucesos están creando alarmismo en torno al sector bancario alemán, aunque sería excesivo hablar de pánico. Por otra parte, es cierto, que el Gobierno está preparado para intervenir y frenar cualquier crisis que provocase una reacción en cadena que podría llevar a la quiebra a más bancos. Pero la incógnita permanece a la espera de cualquier síntoma de crisis, la conducta de los inversores y de los pequeños ahorradores, que pueden convertir en ineficaces también las medidas más oportunas del Ministerio.
Sector bancario
A pesar de la salud de la que goza la economía alemana, que como hemos visto continúa creciendo, sucede lo contrario en el sector bancario y financiero, pero la OCDE no se pronuncia en su informe al respecto . Como ha afirmado el ministro alemán de Finanzas Peer Steinbrueck la crisis financiera, que está llevando al país a la ruina (provocada por los préstamos subprime estadounidenses), es muy seria y durará al menos hasta finales de 2008. Pero lo que Alemania debe evitar a toda costa es que se difunda el pánico entre los clientes de los bancos, cosa que podría suceder a corto plazo, y que podría ser imprevisible. Pero vamos a los hechos. Ya el 18 de marzo el presidente del Deutsche Bank, Josef Ackermann, afirmó públicamente que no creía en la capacidad de salvar el mercado, desde el momento en que la crisis no derivaba de una falta de liquidez total. Según Ackermann las medidas de reducción de los tipos de interés promovidas por el FED eran insuficientes, por lo tanto, el verdadero problema era la crisis del “nerviosismo” del mercado. El Presidente presagiaba que en caso de necesidad el Gobierno alemán no habría dudado en entrar directamente en acción. El 7 de abril en el AND, Instituto de Crédito Estatal kfw (Kreditanstalt Wiederaufbau), Ingrid Matthaus-Maier presentó su dimisión como consecuencia de las fuertes críticas recibidas por la gestión del Banco Estatal IFK, controlado en un 45% por el KFW. A pesar de una intervención de 8.000 millones de euros, el banco continúa en efecto registrando fuertes pérdidas a causa de la implicación en el mercado de los préstamossubprime, y el KFW, a su vez, se verá obligado a contabilizar unos 1.800 millones de euros en pérdidas a causa de la participación en el IFK, según lo afirmado por el ministro Steinbrueck. El 9 de abril el pequeño Banco Weserbank del Estado de Bremen sevió obligado a cerrar por el excesivo endeudamiento. Las Autoridades alemanas del Control del Sector Bancario (BaFin) han impuesto las medidas y han invitado al Tribunal de Bremerhaven a iniciar los procedimientos paradeclarar el estado de insolvencia. El administrador delegado Gerold Lehmann rehúsa al remitente las acusaciones que atribuirían los gastos de gestión de la crisis del banco, afirmando que en una situación normal del mercado, el banco no se habría visto obligado a cerrar. Estos sucesos están creando alarmismo en torno al sector bancario alemán, aunque sería excesivo hablar de pánico. Por otra parte, es cierto, que el Gobierno está preparado para intervenir y frenar cualquier crisis que provocase una reacción en cadena que podría llevar a la quiebra a más bancos. Pero la incógnita permanece a la espera de cualquier síntoma de crisis, la conducta de los inversores y de los pequeños ahorradores, que pueden convertir en ineficaces también las medidas más oportunas del Ministerio.
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Conclusiones
El informe sobre economía presentado recientemente por el OECD revela, por lo tanto, no sólo una situación de crecimiento, sino también una actitud positiva y que conlleva una propuesta política en comparación a las reformas estructurales necesarias. Se ha hecho ya mucho para mejorar el estado de las finanzas públicas, pero el mercado de trabajo necesita proyectos que permitan a las mujeres contribuir con más relevancia al crecimiento del país. El sector Bancario alemán parece sufrir más que los otros las turbulencias en los mercados, pero la solidez de la política y de las finanzas públicas deben ser el apoyo para superar una crisis, que ya ha causado pequeñas pero no por ello insignificantes víctimas, como el Weserbank.
Conclusiones
El informe sobre economía presentado recientemente por el OECD revela, por lo tanto, no sólo una situación de crecimiento, sino también una actitud positiva y que conlleva una propuesta política en comparación a las reformas estructurales necesarias. Se ha hecho ya mucho para mejorar el estado de las finanzas públicas, pero el mercado de trabajo necesita proyectos que permitan a las mujeres contribuir con más relevancia al crecimiento del país. El sector Bancario alemán parece sufrir más que los otros las turbulencias en los mercados, pero la solidez de la política y de las finanzas públicas deben ser el apoyo para superar una crisis, que ya ha causado pequeñas pero no por ello insignificantes víctimas, como el Weserbank.
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Traducido por María del Carmen Martín González
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Equilibri.net - Italy/17/04/2008
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