La palabra ultrajada
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En el principio de los siglos la palabra fluyó oronda y libre por el universo, desde entonces se convirtió en fuente inagotable de creación y es Dios el primero en descubrir su poder.
Con el paso del tiempo la dialéctica de la naturaleza, con sus contradicciones intrínsecas la obliga a evolucionar, transformándola en multiplural y diversa, hechos que la hacen codiciar por los amos del poder.
En su devenir constante y dinámico la palabra enfrentó sus primeras pruebas de fuego en “la torre de babel” hecho que la obligó a dividirse en la aldea global y desde ese momento la palabra vislumbró una serie de talanqueras y alcabalas por las que pasaría la humanidad para entenderse en un lenguaje simple y libre como al principio.
Esta atomización de la palabra, al parecer justa y necesaria, propició el nacimiento de culturas, etnias, religiones y lenguas con aristas diferentes que abrazaron y cobijaron su propio desarrollo.
Durante estos justos y necesarios escenarios evolutivos aparecieron seres humanos que habían aprendido el arte de gobernar con las palabras e impusieron lo que denominaron “sus criterios” para exigir el sometimiento de los otros y organizar lo que para ellos fue su pretensión desde siempre, adueñarse de la aldea y sus aldeanos.
Aparece aquí en esta etapa el estado y la propiedad privada y con el tiempo reinó la intolerancia y la injusticia, hecho que condujo al surgimiento de imperios de todo tipo que se encargaron de sembrar y repartir el bien y el mal a su antojo.
La palabra nunca se ocultó ante este desenfrenado afán de poder, cuentan que a mediados del crecimiento de la humanidad nació la democracia, una palabra clave para reglamentar la convivencia pero al poco tiempo vinieron las dictaduras y recientemente cuentan que llegaron las luchas de independencia.
Hace algunos días la palabra fue violentada nuevamente por jueces de la historia con la complacencia de estados sometidos a los que se tomaron a la palabra desde los primeros tiempos.
En estos días silenciaron a la palabra en nuestra renaciente América, hace unas horas utilizaron a la palabra en el lejano ó cercano oriente para otra ejecución en el patíbulo, pero suceda donde suceda hoy he visto a la palabra llorar inconsolable por la manera en que la ultrajan universalmente los imperios del terror en nombre de la justicia.
En el principio de los siglos la palabra fluyó oronda y libre por el universo, desde entonces se convirtió en fuente inagotable de creación y es Dios el primero en descubrir su poder.
Con el paso del tiempo la dialéctica de la naturaleza, con sus contradicciones intrínsecas la obliga a evolucionar, transformándola en multiplural y diversa, hechos que la hacen codiciar por los amos del poder.
En su devenir constante y dinámico la palabra enfrentó sus primeras pruebas de fuego en “la torre de babel” hecho que la obligó a dividirse en la aldea global y desde ese momento la palabra vislumbró una serie de talanqueras y alcabalas por las que pasaría la humanidad para entenderse en un lenguaje simple y libre como al principio.
Esta atomización de la palabra, al parecer justa y necesaria, propició el nacimiento de culturas, etnias, religiones y lenguas con aristas diferentes que abrazaron y cobijaron su propio desarrollo.
Durante estos justos y necesarios escenarios evolutivos aparecieron seres humanos que habían aprendido el arte de gobernar con las palabras e impusieron lo que denominaron “sus criterios” para exigir el sometimiento de los otros y organizar lo que para ellos fue su pretensión desde siempre, adueñarse de la aldea y sus aldeanos.
Aparece aquí en esta etapa el estado y la propiedad privada y con el tiempo reinó la intolerancia y la injusticia, hecho que condujo al surgimiento de imperios de todo tipo que se encargaron de sembrar y repartir el bien y el mal a su antojo.
La palabra nunca se ocultó ante este desenfrenado afán de poder, cuentan que a mediados del crecimiento de la humanidad nació la democracia, una palabra clave para reglamentar la convivencia pero al poco tiempo vinieron las dictaduras y recientemente cuentan que llegaron las luchas de independencia.
Hace algunos días la palabra fue violentada nuevamente por jueces de la historia con la complacencia de estados sometidos a los que se tomaron a la palabra desde los primeros tiempos.
En estos días silenciaron a la palabra en nuestra renaciente América, hace unas horas utilizaron a la palabra en el lejano ó cercano oriente para otra ejecución en el patíbulo, pero suceda donde suceda hoy he visto a la palabra llorar inconsolable por la manera en que la ultrajan universalmente los imperios del terror en nombre de la justicia.
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LQS. “Extranjero”. Enero de 2007(Actualidad)
LQS. “Extranjero”. Enero de 2007(Actualidad)
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LQSomos/19/05/2008
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