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Las religiones que imperan en nuestro entorno, judaísmo, cristianismo y islamismo, para ellos y según sus dogmas de fe, aquí su Dios es único, el Supremos Hacedor, el Creador de todo. Nada existe excepto todo aquello que él quiere. Dios es omnipotente, omnisciente, omnipresente, bondadoso y eterno. El mundo y todo lo que lo constituye fueron creados por ese Dios con un único propósito. Creó a los seres humanos para que lo conocieren y amasen, honrasen, sirvieren y obedecieren solamente a él. Creemos que ese Dios pensó en términos machista, a pesar de ser un puro espíritu y no tener partes materiales ni corporales.
Él decretó que los humanos serán juzgados posterior a la muerte del como realizaran los planos que ese Dios tenía para todos ellos. Los que fallasen, los pecadores, estos serán punidos por toda la eternidad. Los que fueren bien sucedidos, serán recompensados por esa misma eternidad. La naturaleza exacta del premio o del castigo es bastante discutible, pero todos parecen concordar que los recompensados estarán en la presencia de Dios y los otros no.
Dios es representado como una figura paternal, de acuerdo con las antiguas estructuras familiares y patriarcales. Con esto Dios protege a su familia, pero también la gobierna a su antojo y sus mandamientos deben ser absolutamente observados.
Para el cristianismo Jesús de Nazaret es la manifestación humana de Dios. Para la mayoría de los cristianos esto significa que Jesús es al mismo tiempo Dios y Hombre. Esta doctrina es conocida como la Encarnación y es considerada un misterio de fe, es decir, que él puede ser al mismo tiempo humano y divino, por lo que transciende a la compresión de nuestra sapiencia adquirida durante tantos milenios de evolución. La razón y la lógica no pueden demostrar la verdad de tal creencia, pues resulta que sus bases tienen que ser la absoluta fe.
Aquí Dios impone mandamientos y ellos son la única base de toda moral. Ser una persona buena es obedecer los mandamientos de Dios. Aparentemente, si Dios mandase a los humanos cometieren asesinatos, eso sería moralmente justificable. Pero, como se tiene por hecho de que Dios es bueno, los creyentes no necesitan preocuparse de lo que él pudiera mandar hacer sobre algo malo. Su naturaleza de omnisciente no lo permite.
Ante estos conceptos los ateos llegan a la conclusión de creer y afirmar que los humanos crearon a Dios y no al contrario. Decir que el hombre, posiblemente por una necesidad de hace miles de años, creó a Dios es confirmar que la gran mayoría de los seres humanos están ilusionados, engañados, etc. ¿Cómo explicar el origen de esta ilusión y su persistencia?
Esto fue argumentado por Tomás Hobres, (1588-1679); él negó categóricamente la existencia de la "sustancia incorpórea", todo y cualquier "espíritu" que eran para él productos apenas de la imaginación humana. Baruch de Spínola decía que la creencia en Dios se origina en el miedo y la superstición. Otros, como Sigmund Freud y Karl Max, defendieron que ese engaño subsiste debido al deseo de un padre protector y la inmortalidad, o como una potente droga contra las miserias y sufrimientos de la existencia humana.
Las personas que creen en Dios piensan que existen pruebas suficientes para soportar su creencia, o que no hay razón para dejar de creer en él. Algunas de ellas se alucinan pensando que razones fraudulentas, flacas, no soportadas son substanciales. Los otros, ellos mismos piensan al ver a los ateos como los obstinados y no quieren exponerse a un posible error en la sublime verdad. ¿Cómo pueden ocurrir estas ilusiones? Los dos tipos de creyentes comparten una misma cosa: quieren creer tanto en su ilusión que se auto ilusiona pensando que son perfectamente racionales y razonables en la busca de sus alusiones, o que los ateos son irracionales en repudiarse ellos mimos. Aún tienen otros puntos en común: sus creencias les dan un sentido de poder y de superioridad. Alguna veces los llevan a destruir cualquier cosa que se les ponga por delante, o a lanzar bendiciones sobre las miserias del mundo, inclusive aquellas que ellos mismos causaran. Los creyentes del cristianismo en general creen tener el poder del conocimiento esotérico y sin olvidar algunas otras religiones más. No solamente temperan sus vidas: les dan un significado y un sentido que de otro modo no podrían vivir. Para muchos creyentes de las distintas ramas del cristianismo el creer en Dios es algo que creen tener garantizado la felicidad para toda la vida, sin olvidar a la otra en el paraíso. El creer les da órdenes y significados a sus vidas. Se reúnen en una comunidad y se dan confianza entre sí y por supuesto, a sus propias creencias ante el avance de las ciencias y sus razonamientos. El refuerzo en esas creencias son conseguidas mayormente por los responsables y estos llamados, en el catolicismo, papas, cardenales, obispos, curas; en el protestantismo, según las ramas, pastores, obispos, etc., ellos son inteligentes de espíritus, pues lo tienen que ser para poder tener a "las ovejas" en el redil. Esas personas pueden creer en Dios, o eso es lo que dicen, además de que algunos santos, científicos o Premios Nobel den también sus aprobaciones. Así mismo ellos se sienten más confortables en sus creencias y por lo tanto, están en buena compañía.
Conviene recordar de cuando nosotros éramos unos críos y durante muchos años crecimos en un "mundo de ángeles", confesiones, misas solemnes, comuniones, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y Jesús el Divino Salvador sin olvidar a su Santísima Madre (y por cierto también nuestra…), y a todo eso y algo más a falta de lógica y racionalidad en aquellos momentos no la necesitábamos, eso vino después aunque para algunas otras personas nunca ha llegado. Parecía tan natural creer tanto en la transubstanciación como darle al interruptor de la luz. Aprendías matemática, gramática, geografía, ciencias naturales, al igual que el catecismo y evangelios con lo cual en aquellos momentos no percibíamos los absurdos de tales paralelos que no nos alcanzó hasta años posteriores. Cabe pensar que para muchas otras personases es tan natural el creer en hadas, brujas, dioses, etc., como creer que el fuego quema. Pero es irrelevante el llegar a esos extremos más aún en los tiempos que nos ha toca vivir.
Los creyentes consideran que sus vidas tienen más sentido si Dios existe, problema de ellos. Entonces, ¿por qué para nosotros los ateos todo tiene más sentido si no "interviene" ese Dios? ¿Por qué el universo nos parece más inteligible como un mecanismo no diseñado y sí gobernado apenas por las fuerzas inmutables de la naturaleza y estas impersonales?
El concepto de un ser magnificente responsable por todo pero que juega al escondite en un juego cósmico que nos lleva a preguntar: ¿Cómo un Dios puede ser tan frívolo? Resulta que esa idea de la creación, mandamientos, recompensas, castigos, etc., no esclarecen nada. Cuando éramos niñ@s, allá por los años 50-60 ya aprendimos, unos antes otros después, la respuesta a la cuestión: ¿Por qué es que Dios nos creó, y para qué? En aquellos momentos a nosotros nos parecía normal… Tenía, digamos que un "misterio" solemne pues era un ser que apenas se revelaba en ocasiones especiales y a personas seleccionadas. Estábamos seguros que cada uno de nosotros, en aquellos momentos, deseaba ser escogido para esa especial revelación. Pero ahora, a estas alturas de la vida con las experiencias vividas cuando escuchamos a personas que parecen inteligentes, decir que tienen visiones o escuchan voces que aseguran son divinas, o aquellas otras que practican actos mágicos, trances o curas milagrosas, nos preguntamos: ¿qué será lo más probable, que ese Dios hable con ellas o que estén engañadas o bajo todos los conceptos engañándonos? ¿Qué son más positivas las leyes que de la naturaleza hayan sido violadas por poderes especiales, o que haya habido fraude? Nunca han existido tales respuestas… Somos del parecer que cualquier persona, dentro de los principios básicos de la racionalidad, no se puede creer en visiones divinas, apariciones de deidades, voces o milagros con bases en testigos, mismo estos sean de primera mano, sin abandonar esos mismos principios.
El principio ateísta, ya que se puede probar por medio de la naturaleza, razón, ciencias, etc., Dios fue inventado no solamente una vez, han sido muchas y en muchísimas culturas; aún más, en la actualidad se sigue dándole diferentes formas según la situación del momento en cada país relacionando la secta que así lo necesite.
Eso nos lleva a que hay una semejanza dentro de esa invención con la naturaleza y experiencia con el pensamiento humano. Nacimiento, sexo, sufrimiento, muerte, etc., todo eso son hechos universales. Así pues, esas imágenes de Dios y las experiencias divinas, al igual que las utilidades de la propia invención, se reflejan en la universalidad de las experiencias compartidas.
Es bien sabido que para muchísimas personas el creer en ese o cualquier Dios, es creer que si él no "fuese real" estarían libres para cometer cualquier crimen. Ellos dicen que lo único que los detienen (que por otro lado es un engaño más ante la humanidad), es que fueron ordenados por el propio Dios el no "matar" y un largo etc. que no cumplen… Insisten en que sus vidas no tendrían sentido si no recibiesen las ordenes de ese Dios y lo que hay que hacer con ellas. Pero recapacitemos, ¿qué sentido tiene una vida en la que se basa apenas en obedecer ciegamente unas ordenes pre-establecidas y aún absurdas?
Es obvio, ya lo hemos visto y lo estamos viendo constantemente a lo largo de la historia universal protagonizada por los hombres "consagrados a Dios" los "maravillosos" efectos en esas y otras obediencias ciegas para que nosotros los no creyentes, como también otras personas con el concepto de los razonamientos humanos de que no han sido positivos y sí donde nos están llevando…, y con el agravante de insacular seculorum…
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LQSomos. Zerimar Ilosit. Mayo de 2008
Las religiones que imperan en nuestro entorno, judaísmo, cristianismo y islamismo, para ellos y según sus dogmas de fe, aquí su Dios es único, el Supremos Hacedor, el Creador de todo. Nada existe excepto todo aquello que él quiere. Dios es omnipotente, omnisciente, omnipresente, bondadoso y eterno. El mundo y todo lo que lo constituye fueron creados por ese Dios con un único propósito. Creó a los seres humanos para que lo conocieren y amasen, honrasen, sirvieren y obedecieren solamente a él. Creemos que ese Dios pensó en términos machista, a pesar de ser un puro espíritu y no tener partes materiales ni corporales.
Él decretó que los humanos serán juzgados posterior a la muerte del como realizaran los planos que ese Dios tenía para todos ellos. Los que fallasen, los pecadores, estos serán punidos por toda la eternidad. Los que fueren bien sucedidos, serán recompensados por esa misma eternidad. La naturaleza exacta del premio o del castigo es bastante discutible, pero todos parecen concordar que los recompensados estarán en la presencia de Dios y los otros no.
Dios es representado como una figura paternal, de acuerdo con las antiguas estructuras familiares y patriarcales. Con esto Dios protege a su familia, pero también la gobierna a su antojo y sus mandamientos deben ser absolutamente observados.
Para el cristianismo Jesús de Nazaret es la manifestación humana de Dios. Para la mayoría de los cristianos esto significa que Jesús es al mismo tiempo Dios y Hombre. Esta doctrina es conocida como la Encarnación y es considerada un misterio de fe, es decir, que él puede ser al mismo tiempo humano y divino, por lo que transciende a la compresión de nuestra sapiencia adquirida durante tantos milenios de evolución. La razón y la lógica no pueden demostrar la verdad de tal creencia, pues resulta que sus bases tienen que ser la absoluta fe.
Aquí Dios impone mandamientos y ellos son la única base de toda moral. Ser una persona buena es obedecer los mandamientos de Dios. Aparentemente, si Dios mandase a los humanos cometieren asesinatos, eso sería moralmente justificable. Pero, como se tiene por hecho de que Dios es bueno, los creyentes no necesitan preocuparse de lo que él pudiera mandar hacer sobre algo malo. Su naturaleza de omnisciente no lo permite.
Ante estos conceptos los ateos llegan a la conclusión de creer y afirmar que los humanos crearon a Dios y no al contrario. Decir que el hombre, posiblemente por una necesidad de hace miles de años, creó a Dios es confirmar que la gran mayoría de los seres humanos están ilusionados, engañados, etc. ¿Cómo explicar el origen de esta ilusión y su persistencia?
Esto fue argumentado por Tomás Hobres, (1588-1679); él negó categóricamente la existencia de la "sustancia incorpórea", todo y cualquier "espíritu" que eran para él productos apenas de la imaginación humana. Baruch de Spínola decía que la creencia en Dios se origina en el miedo y la superstición. Otros, como Sigmund Freud y Karl Max, defendieron que ese engaño subsiste debido al deseo de un padre protector y la inmortalidad, o como una potente droga contra las miserias y sufrimientos de la existencia humana.
Las personas que creen en Dios piensan que existen pruebas suficientes para soportar su creencia, o que no hay razón para dejar de creer en él. Algunas de ellas se alucinan pensando que razones fraudulentas, flacas, no soportadas son substanciales. Los otros, ellos mismos piensan al ver a los ateos como los obstinados y no quieren exponerse a un posible error en la sublime verdad. ¿Cómo pueden ocurrir estas ilusiones? Los dos tipos de creyentes comparten una misma cosa: quieren creer tanto en su ilusión que se auto ilusiona pensando que son perfectamente racionales y razonables en la busca de sus alusiones, o que los ateos son irracionales en repudiarse ellos mimos. Aún tienen otros puntos en común: sus creencias les dan un sentido de poder y de superioridad. Alguna veces los llevan a destruir cualquier cosa que se les ponga por delante, o a lanzar bendiciones sobre las miserias del mundo, inclusive aquellas que ellos mismos causaran. Los creyentes del cristianismo en general creen tener el poder del conocimiento esotérico y sin olvidar algunas otras religiones más. No solamente temperan sus vidas: les dan un significado y un sentido que de otro modo no podrían vivir. Para muchos creyentes de las distintas ramas del cristianismo el creer en Dios es algo que creen tener garantizado la felicidad para toda la vida, sin olvidar a la otra en el paraíso. El creer les da órdenes y significados a sus vidas. Se reúnen en una comunidad y se dan confianza entre sí y por supuesto, a sus propias creencias ante el avance de las ciencias y sus razonamientos. El refuerzo en esas creencias son conseguidas mayormente por los responsables y estos llamados, en el catolicismo, papas, cardenales, obispos, curas; en el protestantismo, según las ramas, pastores, obispos, etc., ellos son inteligentes de espíritus, pues lo tienen que ser para poder tener a "las ovejas" en el redil. Esas personas pueden creer en Dios, o eso es lo que dicen, además de que algunos santos, científicos o Premios Nobel den también sus aprobaciones. Así mismo ellos se sienten más confortables en sus creencias y por lo tanto, están en buena compañía.
Conviene recordar de cuando nosotros éramos unos críos y durante muchos años crecimos en un "mundo de ángeles", confesiones, misas solemnes, comuniones, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo y Jesús el Divino Salvador sin olvidar a su Santísima Madre (y por cierto también nuestra…), y a todo eso y algo más a falta de lógica y racionalidad en aquellos momentos no la necesitábamos, eso vino después aunque para algunas otras personas nunca ha llegado. Parecía tan natural creer tanto en la transubstanciación como darle al interruptor de la luz. Aprendías matemática, gramática, geografía, ciencias naturales, al igual que el catecismo y evangelios con lo cual en aquellos momentos no percibíamos los absurdos de tales paralelos que no nos alcanzó hasta años posteriores. Cabe pensar que para muchas otras personases es tan natural el creer en hadas, brujas, dioses, etc., como creer que el fuego quema. Pero es irrelevante el llegar a esos extremos más aún en los tiempos que nos ha toca vivir.
Los creyentes consideran que sus vidas tienen más sentido si Dios existe, problema de ellos. Entonces, ¿por qué para nosotros los ateos todo tiene más sentido si no "interviene" ese Dios? ¿Por qué el universo nos parece más inteligible como un mecanismo no diseñado y sí gobernado apenas por las fuerzas inmutables de la naturaleza y estas impersonales?
El concepto de un ser magnificente responsable por todo pero que juega al escondite en un juego cósmico que nos lleva a preguntar: ¿Cómo un Dios puede ser tan frívolo? Resulta que esa idea de la creación, mandamientos, recompensas, castigos, etc., no esclarecen nada. Cuando éramos niñ@s, allá por los años 50-60 ya aprendimos, unos antes otros después, la respuesta a la cuestión: ¿Por qué es que Dios nos creó, y para qué? En aquellos momentos a nosotros nos parecía normal… Tenía, digamos que un "misterio" solemne pues era un ser que apenas se revelaba en ocasiones especiales y a personas seleccionadas. Estábamos seguros que cada uno de nosotros, en aquellos momentos, deseaba ser escogido para esa especial revelación. Pero ahora, a estas alturas de la vida con las experiencias vividas cuando escuchamos a personas que parecen inteligentes, decir que tienen visiones o escuchan voces que aseguran son divinas, o aquellas otras que practican actos mágicos, trances o curas milagrosas, nos preguntamos: ¿qué será lo más probable, que ese Dios hable con ellas o que estén engañadas o bajo todos los conceptos engañándonos? ¿Qué son más positivas las leyes que de la naturaleza hayan sido violadas por poderes especiales, o que haya habido fraude? Nunca han existido tales respuestas… Somos del parecer que cualquier persona, dentro de los principios básicos de la racionalidad, no se puede creer en visiones divinas, apariciones de deidades, voces o milagros con bases en testigos, mismo estos sean de primera mano, sin abandonar esos mismos principios.
El principio ateísta, ya que se puede probar por medio de la naturaleza, razón, ciencias, etc., Dios fue inventado no solamente una vez, han sido muchas y en muchísimas culturas; aún más, en la actualidad se sigue dándole diferentes formas según la situación del momento en cada país relacionando la secta que así lo necesite.
Eso nos lleva a que hay una semejanza dentro de esa invención con la naturaleza y experiencia con el pensamiento humano. Nacimiento, sexo, sufrimiento, muerte, etc., todo eso son hechos universales. Así pues, esas imágenes de Dios y las experiencias divinas, al igual que las utilidades de la propia invención, se reflejan en la universalidad de las experiencias compartidas.
Es bien sabido que para muchísimas personas el creer en ese o cualquier Dios, es creer que si él no "fuese real" estarían libres para cometer cualquier crimen. Ellos dicen que lo único que los detienen (que por otro lado es un engaño más ante la humanidad), es que fueron ordenados por el propio Dios el no "matar" y un largo etc. que no cumplen… Insisten en que sus vidas no tendrían sentido si no recibiesen las ordenes de ese Dios y lo que hay que hacer con ellas. Pero recapacitemos, ¿qué sentido tiene una vida en la que se basa apenas en obedecer ciegamente unas ordenes pre-establecidas y aún absurdas?
Es obvio, ya lo hemos visto y lo estamos viendo constantemente a lo largo de la historia universal protagonizada por los hombres "consagrados a Dios" los "maravillosos" efectos en esas y otras obediencias ciegas para que nosotros los no creyentes, como también otras personas con el concepto de los razonamientos humanos de que no han sido positivos y sí donde nos están llevando…, y con el agravante de insacular seculorum…
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LQSomos. Zerimar Ilosit. Mayo de 2008
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LQSomos/30/05/2008
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