La Policía israelí cree que Olmert aceptó sobornos millonarios
El primer ministro israelí admite que tendrá que dimitir si es procesado
El primer ministro israelí admite que tendrá que dimitir si es procesado
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EUGENIO GARCIA GASCÓN
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Jerusalén - El caso de corrupción que investiga la policía israelí podría conducir a la próxima dimisión del primer ministro israelí, según reconoció anoche el propio Ehud Olmert en una declaración de cinco minutos con la que pretendía atajar los intensos rumores que circulan por el país desde hace una semana.
En su inesperada declaración, pasadas las once de la noche, una acción que sorprendió a todos, Olmert anunció que dimitirá si el fiscal general del Estado, Menahem Mazuz, decide procesarlo, algo que al día de hoy parece inevitable. "Espero que no llegue el momento en que tenga dimitir", agregó el primer ministro.
Olmert reconoció que desde 1993, cuando accedió a la alcaldía de Jerusalén en representación del Likud, recibió en numerosas ocasiones ayudas económicas del multimillonario judío americano Maurice Talansky, aunque, recalcó, "nunca cogí una agorá (un céntimo) para mi bolsillo".
Olmert admitió que las "ayudas" de Talansky fueron continuas y sistemáticas en prácticamente todas las elecciones a las que se presentó, e incluso al margen de las campañas, pero insistió en que jamás fue "sobornado" por Talansky, quien tiene numerosos negocios en Israel.
Sin embargo, anoche se supo que la policía israelí ha llegado a la conclusión de que sí que existió soborno, y recomendará a la fiscalía que procese a Olmert por ese cargo. El soborno está castigado en Israel con una pena de hasta siete años de cárcel.
Instantes antes de la declaración, un juez levantó la censura que pesaba sobre este caso, lo que permitió que los israelíes se enteraran de una vez de las informaciones que sólo habían reproducido hasta anoche medios de comunicación extranjeros.
La grave situación institucional que se abre ahora puede terminar en la convocatoria de elecciones anticipadas si es que la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, no consigue el apoyo de la mayoría de la Kneset para relevar a Olmert, en el caso de que éste se vea obligado a dimitir.
En su inesperada declaración, pasadas las once de la noche, una acción que sorprendió a todos, Olmert anunció que dimitirá si el fiscal general del Estado, Menahem Mazuz, decide procesarlo, algo que al día de hoy parece inevitable. "Espero que no llegue el momento en que tenga dimitir", agregó el primer ministro.
Olmert reconoció que desde 1993, cuando accedió a la alcaldía de Jerusalén en representación del Likud, recibió en numerosas ocasiones ayudas económicas del multimillonario judío americano Maurice Talansky, aunque, recalcó, "nunca cogí una agorá (un céntimo) para mi bolsillo".
Olmert admitió que las "ayudas" de Talansky fueron continuas y sistemáticas en prácticamente todas las elecciones a las que se presentó, e incluso al margen de las campañas, pero insistió en que jamás fue "sobornado" por Talansky, quien tiene numerosos negocios en Israel.
Sin embargo, anoche se supo que la policía israelí ha llegado a la conclusión de que sí que existió soborno, y recomendará a la fiscalía que procese a Olmert por ese cargo. El soborno está castigado en Israel con una pena de hasta siete años de cárcel.
Instantes antes de la declaración, un juez levantó la censura que pesaba sobre este caso, lo que permitió que los israelíes se enteraran de una vez de las informaciones que sólo habían reproducido hasta anoche medios de comunicación extranjeros.
La grave situación institucional que se abre ahora puede terminar en la convocatoria de elecciones anticipadas si es que la ministra de Exteriores, Tzipi Livni, no consigue el apoyo de la mayoría de la Kneset para relevar a Olmert, en el caso de que éste se vea obligado a dimitir.
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Público.es - España/09/05/2008
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