23/7/08

SUDÁN: Acusación de genocidio contra el Presidente Omar al-Bashir

Era indudable que la petición de encarcelamiento para el Presidente de Sudán, Omar al-Bashir, por parte del Procurador general de la Corte Penal Internacional suscitaría gran polémica. Genocidio, crímenes contra la Humanidad, crímenes de guerra: son las duras acusaciones formuladas frente a la Corte de Aja, hacia el líder de Kartoum. La reacción de China y de Sudáfrica ha sido muy severa, declarando que existe una motivación política como base para la decisión. Existe el temor, en la comunidad internacional, de que el proceso contra al-Bashir pueda, en un futuro, reducir aún más las esperanzas de paz para Darfur.
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Sergio Porcu
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La acusación de genocidio de Omar al-Bashir y las diferentes reacciones de la comunidad internacional
El pasado 12 de julio, frente a los jueces de la Corte Penal Internacional, el Procurador general Louis Moreno Ocampo formalizó la acusación de genocidio, crímenes contra la Humanidad y crímenes de guerra, pidiendo a la vez la petición de una orden de captura contra el Presidente de Sudán, acusado del actual genocidio en Darfur, que ha causado hasta ahora, la muerte de 35000 personas, y de otras 100000 de forma indirecta, obligando a más de 2000 millones y medio de personas a huir a campos de refugiados en Chad y en la República Centro-africana. Casi de manera inmediata, el Parlamento sudanés ha declarado que la decisión tomada es de naturaleza política. Acusación que no ha alterado lo más mínimo al Procurador de Aja, que se ha declarado representante de la acusación y dispuesto a llevar a cabo su trabajo delante de la Corte. En las declaraciones vertidas durante su primera intervención, tras la petición de arresto, manifestó: “he mantenido mi independencia y no actúo como un órgano político”. Las organizaciones gubernativas que trabajan en el campo de los Derechos Humanos, han acogido esta noticia con entusiasmo, mientras el Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon ha expresado con cautela su optimismo, según él, la Corte Penal Internacional debería evaluar cada posible consecuencia y, encontrar un equilibrio entre la exigencia de justicia y la consecución de la paz. De todas formas, es paradójico que justo el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en 2005, pidiera a la Corte Penal Internacional, la indagación sobre los crímenes cometidos. En esta delicada fase del conflicto, con problemas debidos a la crisis humanitaria y a los enfrentamientos armados, el Secretario general de las Naciones Unidas parece inclinarse por el camino de la diplomacia para mantener abierta la puerta al diálogo con el hombre más fuerte de Khartoum: esto teniendo en cuenta que, a menudo, los medios de resolución pacífica logran obtener los resultados esperados en tiempos paradójicamente más breves respecto al uso de la fuerza. Después de la petición de encarcelamiento para Omar al-Bashir, y temiendo repercursiones, las Naciones Unidas han reforzado el nivel de seguridad, reduciendo notablemente el personal no indispensable por temor a represalias. No se puede descartar que las organizaciones internacionales se asocien al sistema judicial, y se consideren, en cierto modo, unidas a la iniciativa de la Corte Penal Internacional.El embajador de Sudán, mediante las Naciones Unidas, Abdalmahmoud Abdalhaleem, declaró que existen tratados con Rusia, China y otros países miembros de la Unión Africana y de la Liga Árabe para reclamar que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas inmovilice cada iniciativa judicial de la Corte Penal Internacional contra el Presidente sudanés. Es predecible que China actuará de este modo, considerando tanto el lazo de unión de Pekín con el país africano; como los intereses en juego: desde el comercio de armas, a la explotación de los yacimientos de petróleo que posee Sudán. China ha delcarado que el proceso judicial contra Omar al-Bashir, podría comprometer los esfuerzos para alcanzar la paz. Desde este punto de vista, existe unidad entre Pekín y el Palacio de Cristal: Ban ki-Moon parece estar de acuerdo con el Gobierno chino, que en más de una ocasión a vetado las resoluciones de condena del Gobierno de Khartoum. Muy crítico con la decisión de la Corte Penal Internacional por parte de la Liga Árabe; el Ministro de Asuntos Exteriores argelino, Mourad Medelci, habló de “peligrosos precedentes”, refiriéndose a la iniciativa judicial del Procurador General, Moreno Ocampo. El procurador ha sido acusado de haber tomado una posición sin tener en cuenta la responsabilidad de los movimientos de los rebeldes sudaneses. El dictador de Khartoum espera una toma de posición por parte de la Liga Árabe, en el urgente encuentro convocado para los próximos dias en Addis Abeba, en Etiopía. El Secretario General de la Liga Árabe, Amr Moussa, se entrevistó, el pasado 20 de julio, en Khartoum con Omar al-Bashir, que le presentó un plan de organización para la resolución del conflicto en Darfur: una conferencia internacional, que se celebraría en los próximos meses, y en la que deberían participar todas las fuerzas políticas y las partes de la acusación sudanesas, mas organizaciones internacionales y un número aún no precisado de Estados externos. El Ministro de Exteriores de Egipto, ha declarado que su país es favorable a una iniciativa de este tipo.
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La actitud del Presidente sudanés
Omar al-Bashir – que alcanzó el poder por un golpe de Estado en 1989 - es un hábil y experto hombre, que sabe como actuar en las situaciones difíciles, teniendo a sus espaldas casi veinte años de gestión del poder. El Presidente sudanés puede, de todas formas, obtener ventajas a la petición de arresto, formulada por el Procurador de la Corte Penal Internacional. Interlocutor imprescindible para la defensa de Darfur, es consciente de que la acusación de genocidio puede representar un elemento para unir el consenso del mundo árabe, y en efecto ha recibido la solidaridad de la Liga Árabe hacia el dictador de khartoum. Para evitar que se le considere como ha sido descrito por la Corte Penal Internacional, Omar al-Bashir expresó la voluntad de restablecer las relaciones diplomáticas con Chad, el incómodo vecino, que podría jugar un papel de primer orden en el proceso para restablecer la paz en Darfur.No será sencillo que el Presidente sudanés sea arrestado en los próximos meses, a menos que no decida expatriarse al exterior, hipótesis que parece más bien remota. El hombre que “por motivos políticos, utilizando la coartada de la insurreción y con un intento de genocidio” - usando las palabras de la acusación – apoya las milicias árabes de los Janjaweed (demonios a caballo) contra los grupos étnicos Fur, Masalit y Zaghawa, y al mismo tiempo imprescindible para poner fin al conflicto en la región de Darfur. En este momento, la contraofensiva del dictador sudanés, será de tipo diplomático: demostrar a la comunidad internacional el papel clave que podría desenvolver para resolver la crisis en su país. En resumen, Omar al-Bashir sería visto como interlocutor clave, más que como responsable del genocidio. Una actitud de este tipo, aun siendo como prueba jurídicamente circunstancial, introduciría a Sudán en el caos. Omar al-Bashir quiere hacer desaparecer estos temores, seguro de poder obtener una especie de protección diplomática por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Paralizar las acusaciones hacia su persona y retirar la orden de arresto, a cambio de su esfuerzo hacia el conflicto de Darfur: este acuerdo silencioso que podría ofrecer un “salvoconducto” provisional al hombre más fuerte de Khartoum, del que la comunidad internacional tendría necesidad, en esta fase tan delicada.
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Conclusiones
La petición de encarcelamiento, por parte del Procurador General de la Corte Penal Internacional, Moreno Ocampo, del Presidente sudanés, Omar al-Bashir, acusado de genocidio, de crímenes de guerra y de crímenes contra la Humanidad por el conflicto de Darfur, podría comprometer la paz para la castigada región del país africano. Optimistas por la noticia se han mostrado las organizaciones no gubernativas que se ocupan de la tutela de los derechos humanos. Más bien cauto, el Secretario de las Naciones Unidas, Ban ki-Moon, espera que se encuentre un punto de equilibrio entre las exigencias de justicia y la persecución de la paz. China, Rusia y la Liga Árbabe, están pensando en una iniciativa para incitar a que el Consejo de Seguridad inmovilice, al menos por un año, las acusaciones contra el hombre más fuerte de Khartoum. Se trata de un momento muy importante para intentar un acercamiento entre las diversas facciones en juego. Omar al-Bashir es consciente de que no se puede alcanzar ningún acuerdo sin su mediación política.Traducido por María del Carmen Martín González
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Equilibri.net - Italy/23/07/2008
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