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PEKÍN (AFP) — En medio del pánico mundial desatado por la crisis financiera, China vive una calma imperial y asegura que es capaz de hacer frente al huracán al tiempo que ofrece ayuda.
Los dirigentes chinos pronunciaron palabras tranquilizadoras en los últimos días, mientras el gigante asiático se dispone a celebrar el 30 aniversario de las reformas económicas que le permitieron alcanzar un crecimiento anual de más del 9%.
"Cuando un gran país con una población de 1.300 millones de personas es capaz de garantizar de forma sostenible un desarrollo económico estable y rápido, ésta es su mayor contribución al mundo", afirmó el domingo el primer ministro Wen Jiabao, afirmando tener "plena confianza en el desarrollo económico y la estabilidad financiera de China".
El sábado, al tiempo que saludaba la aprobación del plan Paulson la víspera en Estados Unidos, el Banco Central subrayó la voluntad de China, uno de los mayores poseedores de bonos del Tesoro norteamericano en el mundo, de cooperar con los otros países.
Unos mercados financieros todavía poco abiertos han permitido a la cuarta economía mundial escapar al huracán financiero, como ya ocurrió en 1997 en el momento de la crisis asiática, subrayan los analistas.
"En 1997, fue porque su moneda no era convertible, ahora se van a quedar fuera de esta crisis porque tienen un sistema financiero aún en desarrollo", subraya Jean-François Huchet, director del Centro de Estudios Francés sobre la China Contemporánea. "El sistema chino tiene la suerte, a su pesar, de haber operado en muy gran medida en un sistema cerrado y como consecuencia las autoridades conservan un control muy importante tanto por la regulación como porque los bancos chinos están menos expuestos a nivel internacional", agrega.
Para Wang Tao, economista de UBS Securities en Pekín, el gigante asiático, cuyas exportaciones alimentan su fuerte crecimiento, tiene los medios de compensar una reducción de la demanda en Estados Unidos y en Europa. "China está muy bien situada para estimular la demanda interior para compensar parcialmente el impacto negativo de la recesión mundial", considera.
Además, señala Huchet, el país ha amasado "reservas fiscales muy importantes en los últimos dos o tres años". "Más que en 1997 y 1998, puede utilizar esas reservas para pasar un ejercicio presupuestario, e incluso dos, gastando dinero para reactivar los programas de infraestructuras", afirmó.
Pero pese a que algunos analistas ven en el gigante asiático una de las posible soluciones a la crisis, debido en particular a su liquidez, otros consideran que el mundo no debe esperar demasiado de Pekín. "Los que piensan que China y los otros países asiáticos jugarán el papel del próximo Wall Street no son realistas", afirma He Jun, economista de Anbound Group.
Los dirigentes chinos pronunciaron palabras tranquilizadoras en los últimos días, mientras el gigante asiático se dispone a celebrar el 30 aniversario de las reformas económicas que le permitieron alcanzar un crecimiento anual de más del 9%.
"Cuando un gran país con una población de 1.300 millones de personas es capaz de garantizar de forma sostenible un desarrollo económico estable y rápido, ésta es su mayor contribución al mundo", afirmó el domingo el primer ministro Wen Jiabao, afirmando tener "plena confianza en el desarrollo económico y la estabilidad financiera de China".
El sábado, al tiempo que saludaba la aprobación del plan Paulson la víspera en Estados Unidos, el Banco Central subrayó la voluntad de China, uno de los mayores poseedores de bonos del Tesoro norteamericano en el mundo, de cooperar con los otros países.
Unos mercados financieros todavía poco abiertos han permitido a la cuarta economía mundial escapar al huracán financiero, como ya ocurrió en 1997 en el momento de la crisis asiática, subrayan los analistas.
"En 1997, fue porque su moneda no era convertible, ahora se van a quedar fuera de esta crisis porque tienen un sistema financiero aún en desarrollo", subraya Jean-François Huchet, director del Centro de Estudios Francés sobre la China Contemporánea. "El sistema chino tiene la suerte, a su pesar, de haber operado en muy gran medida en un sistema cerrado y como consecuencia las autoridades conservan un control muy importante tanto por la regulación como porque los bancos chinos están menos expuestos a nivel internacional", agrega.
Para Wang Tao, economista de UBS Securities en Pekín, el gigante asiático, cuyas exportaciones alimentan su fuerte crecimiento, tiene los medios de compensar una reducción de la demanda en Estados Unidos y en Europa. "China está muy bien situada para estimular la demanda interior para compensar parcialmente el impacto negativo de la recesión mundial", considera.
Además, señala Huchet, el país ha amasado "reservas fiscales muy importantes en los últimos dos o tres años". "Más que en 1997 y 1998, puede utilizar esas reservas para pasar un ejercicio presupuestario, e incluso dos, gastando dinero para reactivar los programas de infraestructuras", afirmó.
Pero pese a que algunos analistas ven en el gigante asiático una de las posible soluciones a la crisis, debido en particular a su liquidez, otros consideran que el mundo no debe esperar demasiado de Pekín. "Los que piensan que China y los otros países asiáticos jugarán el papel del próximo Wall Street no son realistas", afirma He Jun, economista de Anbound Group.
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AFP/07/10/2008
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