Un comunista llamado Ernesto Ché Guevara
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Este 9 de octubre se cumplen 41 años del asesinato de Ernesto Ché Guevara en La Higuera (Bolivia). Frente a la banalización de su figura, reducida a posters, estampados en camisetas y otro merchandising, habrá que recordar que el Ché era, ante todo, un revolucionario marxista-leninista, un comunista convencido y consecuente que nunca escondió sus ideas.
Este 9 de octubre se cumplen 41 años del asesinato de Ernesto Ché Guevara en La Higuera (Bolivia). Frente a la banalización de su figura, reducida a posters, estampados en camisetas y otro merchandising, habrá que recordar que el Ché era, ante todo, un revolucionario marxista-leninista, un comunista convencido y consecuente que nunca escondió sus ideas.
Es fácil asumirlo como un romántico, como si fuera un “iluminado”, un soñador utópico, del que hay que reclamar el “espíritu” pero no su ejemplo. Pero Ernesto Guevara era todo lo contrario de un iluso romántico. Era un comunista con un gran sentido práctico y con un compromiso firme que le costó la propia vida.
Que los socialdemócratas, ecopijos y otros reivindiquen su figura no es algo en sí negativo. Que lo hagan descafeinándola, escondiendo el principal impulso vital de su lucha, es decir, la consecución del socialismo y del comunismo, sí que no es de recibo. Porque lo que esconde esa ocultación no es sino el rechazo del marxismo, el anticomunismo disfrazado de “más rojo que yo nadie”, pero con un comodísimo “eso ya está anticuado” o “aquí no se dan las condiciones”.
El Ché, que supo enfrentarse a los modos y maneras estalinistas, nunca quiso honores, reconocimientos, liderazgos ni aplausos. Lo dijo claro: “Las vanguardias tienen su vista puesta en el futuro y en su recompensa, pero ésta no se vislumbra como algo individual; el premio es la nueva sociedad donde los hombres tendrán características distintas: la sociedad del hombre comunista”.
Para nosotros, militantes comunistas, el ejemplo del Ché nos empuja en una dura senda de trabajo, de estudio, de autosuperación, de sacrificio y de lucha revolucionaria de largo recorrido. Eso es lo que nos lega el camarada Ernesto Guevara: el compromiso con el futuro del género humano, con la causa del comunismo.
Que los socialdemócratas, ecopijos y otros reivindiquen su figura no es algo en sí negativo. Que lo hagan descafeinándola, escondiendo el principal impulso vital de su lucha, es decir, la consecución del socialismo y del comunismo, sí que no es de recibo. Porque lo que esconde esa ocultación no es sino el rechazo del marxismo, el anticomunismo disfrazado de “más rojo que yo nadie”, pero con un comodísimo “eso ya está anticuado” o “aquí no se dan las condiciones”.
El Ché, que supo enfrentarse a los modos y maneras estalinistas, nunca quiso honores, reconocimientos, liderazgos ni aplausos. Lo dijo claro: “Las vanguardias tienen su vista puesta en el futuro y en su recompensa, pero ésta no se vislumbra como algo individual; el premio es la nueva sociedad donde los hombres tendrán características distintas: la sociedad del hombre comunista”.
Para nosotros, militantes comunistas, el ejemplo del Ché nos empuja en una dura senda de trabajo, de estudio, de autosuperación, de sacrificio y de lucha revolucionaria de largo recorrido. Eso es lo que nos lega el camarada Ernesto Guevara: el compromiso con el futuro del género humano, con la causa del comunismo.
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LQSomos. Artemi Semidán (*). Octubre de 2008
LQSomos. Artemi Semidán (*). Octubre de 2008
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LQSomos/09/10/2008
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