Decadencia de la religión
-
Las diversas religiones, mejor decir, las diversas formas de engañar a los pueblos con sus mitos, leyendas, creencias sobrenaturales, religiones modernas, etc., así mismo ellas han cumplido diversos papeles en la sociedad donde se desenvolvieron y desenvuelven aún. Desde las tentativas toscas y absurdas y comprensiblemente limitadas de explicar los orígenes del mundo que nos rodea, hasta la organización y cimentación de grupos sociales, son muchos los que solamente encuentran ventajas en estos procesos religiosos para el desenvolvimiento social.
Aquí y ahora no queremos explotar los caminos fáciles de contar y argumentar estas ideas con ejemplos del como las religiones han sido y continúan siendo. Por otro lado tampoco nos referiremos a los obstáculos que han protagonizado contra el conocimiento, progreso o como también han sido los principales promotores de guerras y genocidios de la Historia.
Resumiremos que mismo con todo ese bagaje en el papel determinante y en la tentativa (por supuesto fallada) de entender las realidades de este mundo, es el por qué se inventó aquel otro.
A pesar de todo, por lo menos socialmente, la religión ya no cumple un papel de relieve en muchas sociedades modernas. Ella no tiene nada para ofrecer que no pueda ser encontrado en otras ofertas con más eficacia y calidad.
La comprensión de la realidad del mundo que nos rodea y nos es hoy ofrecida por la ciencia, la cual si no tuviese más virtudes, ella no busca el engaño con “verdades” absolutas, dogmas incuestionables, por lo que el apoyo social nos lo da un algo el estado y por organizaciones no lucrativas que llegan algunas a bastantes puntos del planeta, como aquellas otras empresas que tienen un nuevo papel a desempeñar y desenvolver en cuestiones de índole social.
El apoyo “espiritual” – para aquellos que lo necesitan – parece ser el único aspecto en que las religiones aún desempeñan algún papel, por más ilusorio que este pueda parecer. Mismo así, tiene una tendencia a ir disminuyendo a la medida que el conocimiento científico prolifera y las nuevas generaciones van siendo más bien educadas y formadas académicamente, aportando inclinaciones en la busca de confort en decisiones lógicas y sustentadas en la realidad.
Existe una línea de cientistas que buscan una razón genética para las religiones.
Básicamente, las razones de la predisposición para la religión, o mejor decir, para la creencia dogmática, tendrían una justificación evolutiva. El proceso consiste, explicado en pocas palabras, sería el siguiente. A lo largo de la evolución de millones de años que vendría a concluir en el homo sapiens moderno, sería que aquellos niñ@s que tentaban apartarse del grupo eran advertidos por los más viejos a que no lo hiciesen, pues posiblemente tendría un encuentro muy desagradable con los predadores. Los que creían en las palabras de los viejos, mismo sin llegar a ver los peligros, sentirlos o olerlos, esas criaturas tendría más oportunidad de sobre vivencia que aquellos otros que se arriesgasen y alejarse del grupo.
Esta aplicación como principio de selección natural tendría llevado a que los más jóvenes tuviesen genéticamente gravado la predisposición para que creyeran sin evidencias en las palabras de los padres y que más tarde, ya adultos, facilitaría las creencias religiosas y el deslumbramiento por lo sobrenatural.
No tenemos dudas que evolutivamente, es un hecho, que preferiblemente una criatura crea en los más viejos, presumiendo de las buenas intenciones de ellas. A pesar de todo, tenemos muchas dudas en relación a la predisposición genética para la creencia. Si las consecuencias del ejemplo citado tuviese quedado gravado en nuestros códigos genéticos, eso implicaría la eliminación, a lo largo de los tiempos, los mecanismos que nos hacen respondes a determinados estímulos con curiosidad, que por otro lado esa característica que no es exclusiva de los seres humanos.
Concluiremos, y por lo que parece ser que una vez apartados los condicionantes biológicos, y disolviéndose las motivaciones sociales por otras ilusiones que nuestra sociedad ofrece, quedamos con una religión que apenas servirá para aquellos que temen a la muerte como un pronunciamiento de algo más de lo que buscan en ella: la religión y la busca de la eternidad. Una vez desmitificada la muerte, la religión pasará a ser una curiosidad histórica como las pinturas rupestres, la mitología egipcia, griega, romana, etc. Por supuesto, infelizmente tardará mucho tiempo, pero no tanto como han durado.
Concretamente, la religión es una muleta psicológica, para esos ciegos que viven en la oscuridad de la ignorancia.
Es obvio, el hombre evolucionado no parece que quiera refugiarse en su soledad ni procurar abrigos en los brazos de una figura de padre divino que él mismo creó a su propia imagen y semejanza. Ocurre que ya una vez que el conocimiento, la razón, la libertad penetran en la mente de un hombre, contra este hombre ya no podrán los dioses…, ni sus sacerdotes.
-
LQSomos. Zerimar Ilosit. Octubre de 2008
Más artículos del autor
-
-
Las diversas religiones, mejor decir, las diversas formas de engañar a los pueblos con sus mitos, leyendas, creencias sobrenaturales, religiones modernas, etc., así mismo ellas han cumplido diversos papeles en la sociedad donde se desenvolvieron y desenvuelven aún. Desde las tentativas toscas y absurdas y comprensiblemente limitadas de explicar los orígenes del mundo que nos rodea, hasta la organización y cimentación de grupos sociales, son muchos los que solamente encuentran ventajas en estos procesos religiosos para el desenvolvimiento social.
Aquí y ahora no queremos explotar los caminos fáciles de contar y argumentar estas ideas con ejemplos del como las religiones han sido y continúan siendo. Por otro lado tampoco nos referiremos a los obstáculos que han protagonizado contra el conocimiento, progreso o como también han sido los principales promotores de guerras y genocidios de la Historia.
Resumiremos que mismo con todo ese bagaje en el papel determinante y en la tentativa (por supuesto fallada) de entender las realidades de este mundo, es el por qué se inventó aquel otro.
A pesar de todo, por lo menos socialmente, la religión ya no cumple un papel de relieve en muchas sociedades modernas. Ella no tiene nada para ofrecer que no pueda ser encontrado en otras ofertas con más eficacia y calidad.
La comprensión de la realidad del mundo que nos rodea y nos es hoy ofrecida por la ciencia, la cual si no tuviese más virtudes, ella no busca el engaño con “verdades” absolutas, dogmas incuestionables, por lo que el apoyo social nos lo da un algo el estado y por organizaciones no lucrativas que llegan algunas a bastantes puntos del planeta, como aquellas otras empresas que tienen un nuevo papel a desempeñar y desenvolver en cuestiones de índole social.
El apoyo “espiritual” – para aquellos que lo necesitan – parece ser el único aspecto en que las religiones aún desempeñan algún papel, por más ilusorio que este pueda parecer. Mismo así, tiene una tendencia a ir disminuyendo a la medida que el conocimiento científico prolifera y las nuevas generaciones van siendo más bien educadas y formadas académicamente, aportando inclinaciones en la busca de confort en decisiones lógicas y sustentadas en la realidad.
Existe una línea de cientistas que buscan una razón genética para las religiones.
Básicamente, las razones de la predisposición para la religión, o mejor decir, para la creencia dogmática, tendrían una justificación evolutiva. El proceso consiste, explicado en pocas palabras, sería el siguiente. A lo largo de la evolución de millones de años que vendría a concluir en el homo sapiens moderno, sería que aquellos niñ@s que tentaban apartarse del grupo eran advertidos por los más viejos a que no lo hiciesen, pues posiblemente tendría un encuentro muy desagradable con los predadores. Los que creían en las palabras de los viejos, mismo sin llegar a ver los peligros, sentirlos o olerlos, esas criaturas tendría más oportunidad de sobre vivencia que aquellos otros que se arriesgasen y alejarse del grupo.
Esta aplicación como principio de selección natural tendría llevado a que los más jóvenes tuviesen genéticamente gravado la predisposición para que creyeran sin evidencias en las palabras de los padres y que más tarde, ya adultos, facilitaría las creencias religiosas y el deslumbramiento por lo sobrenatural.
No tenemos dudas que evolutivamente, es un hecho, que preferiblemente una criatura crea en los más viejos, presumiendo de las buenas intenciones de ellas. A pesar de todo, tenemos muchas dudas en relación a la predisposición genética para la creencia. Si las consecuencias del ejemplo citado tuviese quedado gravado en nuestros códigos genéticos, eso implicaría la eliminación, a lo largo de los tiempos, los mecanismos que nos hacen respondes a determinados estímulos con curiosidad, que por otro lado esa característica que no es exclusiva de los seres humanos.
Concluiremos, y por lo que parece ser que una vez apartados los condicionantes biológicos, y disolviéndose las motivaciones sociales por otras ilusiones que nuestra sociedad ofrece, quedamos con una religión que apenas servirá para aquellos que temen a la muerte como un pronunciamiento de algo más de lo que buscan en ella: la religión y la busca de la eternidad. Una vez desmitificada la muerte, la religión pasará a ser una curiosidad histórica como las pinturas rupestres, la mitología egipcia, griega, romana, etc. Por supuesto, infelizmente tardará mucho tiempo, pero no tanto como han durado.
Concretamente, la religión es una muleta psicológica, para esos ciegos que viven en la oscuridad de la ignorancia.
Es obvio, el hombre evolucionado no parece que quiera refugiarse en su soledad ni procurar abrigos en los brazos de una figura de padre divino que él mismo creó a su propia imagen y semejanza. Ocurre que ya una vez que el conocimiento, la razón, la libertad penetran en la mente de un hombre, contra este hombre ya no podrán los dioses…, ni sus sacerdotes.
-
LQSomos. Zerimar Ilosit. Octubre de 2008
Más artículos del autor
-
LQSomos/30/10/2008
No hay comentarios:
Publicar un comentario