Washington, 11 nov (PL) Las señales de expansión del desempleo en Estados Unidos y el mundo son hoy cada vez más visibles, en sintonía con la creciente profundización de la actual crisis financiera nacida en este país.
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España ajusta posición para Cumbre sobre crisis financiera
Crece el comercio de China a pesar de la crisis global
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Como advirtió este martes en Roma el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, durante una visita que realiza a Italia, esa debacle monetaria ya contamina la economía real y genera desocupación en todo el orbe.
Es la fase más perversa de la globalización, añadía el dignatario, quien sentenció que la crisis nació de la anarquía generalizada de los mercados en las grandes metrópolis de occidente.
Precisamente, el desempleo será uno de los temas primordiales en la agenda de los líderes de las mayores potencias económicas y de los principales países emergentes del planeta, en la cumbre del G-8 y el G-20, que se realizará el sábado en Washington.
Actualmente en Estados Unidos, donde los despidos tienen lugar casi diariamente en estos tiempos de crisis financiera, la desocupación alcanza un 6,7 por ciento, uno de los más grandes del mundo, y en el plano interno es el mayor de los último 14 años.
Baste señalar que hasta finalizar octubre en este país se perdieron este año 1,18 millones de puestos de trabajo.
Tan solo en ese mes se esfumaron 240 mil plazas, superior a la pronosticada por analistas, quienes calcularon 200 mil, lo que evidencia que la dimensión del fenómeno es mayor que la estimada.
Si se examina el resultado en el trimestre agosto-septiembre y octubre, el número de empleos perdidos supera los 651 mil.
Este fenómeno se ha mantenido en espiral, en medio de estériles polémicas acerca de si el país está o no en recesión, o hasta donde está sumergido en ella.
Lo cierto es que más allá de definiciones convencionales, la legión de desempleados en esta nación sobrepasa holgadamente los 10 millones de personas, según confirmó recientemente el Ministerio de Trabajo.
Mientras el fenómeno del desempleo se agiganta en Estados Unidos, otras regiones del planeta se enfrentan al mal.
En Canadá, economía muy vinculada a la norteamericana, continuó el avance de ese flagelo, cuyos hechos más recientes en esta semana dan cuenta de que serán despedidos mil 300 trabajadores del fabricante de equipos de telecomunicaciones Nortel Networks Corp.
Según explicó el director ejecutivo de esa compañía, Mike Zafirovski, tal medida obedece al rápido deterioro de las condiciones económicas, menos demanda y mayor concurrencia de parte de los competidores.
Los despidos son también más frecuentes en el escenario europeo, al extremo que concitan la preocupación de no pocos gobernantes en ese continente.
Por ejemplo, este martes, la firma Volvo AB, el segundo mayor fabricante de camiones del mundo, anunció que eliminará 900 empleos en su división Power Train en Suecia, mientras busca ahorrar costos para encarar una profunda desaceleración en algunos de sus principales mercados.
La compañía sueca está eliminando miles de puestos de trabajo para adaptarse a una caída en la demanda en Europa, su mayor mercado, donde la crisis financiera global ha dejado a los operadores de flota sin crédito y temerosos de comprar nuevos camiones.
El vocero de la empresa, Jorgen Gustafsson, precisó que de los 900 puestos que desaparecerán, 200 corresponden a empleados administrativos y 700 a fabriles.
Entre tanto, hoy se informó que en la mayor economía europea, la alemana, el desempleo aumentará desde los 3,27 millones de personas de 2008 a 3,30 millones el venidero año.
No resulta ocioso recordar que a mediados de octubre, el ministro de Economía, Michael Glos, admitió que la economía germana se encuentra al borde de la recesión y pronosticó que en 2009 el Producto Interno Bruto del país sólo crecería un 0,2 por ciento.
Sin dudas, el flagelo de la desocupación, particularmente en Estados Unidos, absorberá buena parte de los análisis y debates el venidero sábado en la cubre del G-8 y del G-20. acl/rs/rcg PL-122
Como advirtió este martes en Roma el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, durante una visita que realiza a Italia, esa debacle monetaria ya contamina la economía real y genera desocupación en todo el orbe.
Es la fase más perversa de la globalización, añadía el dignatario, quien sentenció que la crisis nació de la anarquía generalizada de los mercados en las grandes metrópolis de occidente.
Precisamente, el desempleo será uno de los temas primordiales en la agenda de los líderes de las mayores potencias económicas y de los principales países emergentes del planeta, en la cumbre del G-8 y el G-20, que se realizará el sábado en Washington.
Actualmente en Estados Unidos, donde los despidos tienen lugar casi diariamente en estos tiempos de crisis financiera, la desocupación alcanza un 6,7 por ciento, uno de los más grandes del mundo, y en el plano interno es el mayor de los último 14 años.
Baste señalar que hasta finalizar octubre en este país se perdieron este año 1,18 millones de puestos de trabajo.
Tan solo en ese mes se esfumaron 240 mil plazas, superior a la pronosticada por analistas, quienes calcularon 200 mil, lo que evidencia que la dimensión del fenómeno es mayor que la estimada.
Si se examina el resultado en el trimestre agosto-septiembre y octubre, el número de empleos perdidos supera los 651 mil.
Este fenómeno se ha mantenido en espiral, en medio de estériles polémicas acerca de si el país está o no en recesión, o hasta donde está sumergido en ella.
Lo cierto es que más allá de definiciones convencionales, la legión de desempleados en esta nación sobrepasa holgadamente los 10 millones de personas, según confirmó recientemente el Ministerio de Trabajo.
Mientras el fenómeno del desempleo se agiganta en Estados Unidos, otras regiones del planeta se enfrentan al mal.
En Canadá, economía muy vinculada a la norteamericana, continuó el avance de ese flagelo, cuyos hechos más recientes en esta semana dan cuenta de que serán despedidos mil 300 trabajadores del fabricante de equipos de telecomunicaciones Nortel Networks Corp.
Según explicó el director ejecutivo de esa compañía, Mike Zafirovski, tal medida obedece al rápido deterioro de las condiciones económicas, menos demanda y mayor concurrencia de parte de los competidores.
Los despidos son también más frecuentes en el escenario europeo, al extremo que concitan la preocupación de no pocos gobernantes en ese continente.
Por ejemplo, este martes, la firma Volvo AB, el segundo mayor fabricante de camiones del mundo, anunció que eliminará 900 empleos en su división Power Train en Suecia, mientras busca ahorrar costos para encarar una profunda desaceleración en algunos de sus principales mercados.
La compañía sueca está eliminando miles de puestos de trabajo para adaptarse a una caída en la demanda en Europa, su mayor mercado, donde la crisis financiera global ha dejado a los operadores de flota sin crédito y temerosos de comprar nuevos camiones.
El vocero de la empresa, Jorgen Gustafsson, precisó que de los 900 puestos que desaparecerán, 200 corresponden a empleados administrativos y 700 a fabriles.
Entre tanto, hoy se informó que en la mayor economía europea, la alemana, el desempleo aumentará desde los 3,27 millones de personas de 2008 a 3,30 millones el venidero año.
No resulta ocioso recordar que a mediados de octubre, el ministro de Economía, Michael Glos, admitió que la economía germana se encuentra al borde de la recesión y pronosticó que en 2009 el Producto Interno Bruto del país sólo crecería un 0,2 por ciento.
Sin dudas, el flagelo de la desocupación, particularmente en Estados Unidos, absorberá buena parte de los análisis y debates el venidero sábado en la cubre del G-8 y del G-20. acl/rs/rcg PL-122
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Prensa Latina - Cuba/11/11/2008
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