Por Miriam Mannak
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CIUDAD DEL CABO, Sudáfrica (IPS) - La pregunta del millón acerca de la crisis financiera internacional en curso es si será suficientemente grave como para que "las grandes economías tomen conciencia de que se debe controlar más el mercado", dijo el economista sudafricano Sampie Terreblanche.
Para este profesor emérito de la Universidad de Stellenbosch, "la filosofía del 'laissez-faire' (dejar hacer, en francés), simplemente, no funciona".
Terreblanche, autor del libro "A History of Inequality in South Africa 1652-2002'', ("Historia de la desigualdad en Sudáfrica 1652-2002"), consideró que la crisis mundial "es muy grave y se prolongará un par de años".
"Como consecuencia del laissez-faire, la inequidad dentro de las naciones y entre los países ricos del Norte y los del Sur en desarrollo se ha incrementado. La economía debe ser regulada y no dejada para que actúe sin control", aseguró.
Según esta teoría, la economía funciona más "eficientemente" si no hay ninguna interferencia del Estado.
Aunque existe preocupación acerca de la estabilidad financiera y la inflación, parece hasta el momento que los países africanos podrán capear el temporal mejor que los de otras regiones.
Se prevé que el continente crezca, en promedio, seis por ciento en 2009. Pero la crisis afectará a las economías que más dependen de las exportaciones de materias primas y recursos naturales.
"En los últimos años y hasta hace poco, productores de petróleo como Angola y Nigeria se beneficiaron por el aumento de precios", dijo Jorge Maia, de Desarrollo Industrial y Cooperación, institución estatal sudafricana que brinda financiamiento a empresas y apuesta por el crecimiento económico sustentable.
Pero eso fue sólo "hasta hace poco", a causa de la caída de los precios provocada por el caos financiero internacional. El costo del crudo se contrajo 60 por ciento en el tercer trimestre de este año, de 147 dólares por barril en julio a alrededor de 60 dólares en octubre.
"Países que dependen de sus exportaciones de petróleo, como Nigeria y Angola, ahora notan los efectos de esa reducción en sus ingresos", agregó Maia.
Con una producción de 1,9 millones de barriles por día, Angola reemplazó a Nigeria como mayor productor africano de petróleo. Desde 2006, la producción nigeriana se contrajo 25 por ciento respecto de su anterior nivel de 2,5 millones de barriles diarios, entre otros factores por los ataques de grupos insurgentes.
Maia declaró a IPS que Sudáfrica, la economía más poderosa del continente, también depende fuertemente de sus exportaciones de productos básicos, por lo que sentirá el impacto de la crisis financiera internacional.
El sector más afectado será el minero, que aporta seis por ciento del producto interno bruto (PIB). Las principales exportaciones del país son mineral de hierro, carbón, platino y oro.
"Los cuatro representan 75 por ciento de la canasta exportadora del sector minero y el precio, excepto en el caso del mineral de hierro, se redujo, especialmente el del platino", agregó Maia.
El platino se abarató 21 por ciento en octubre. Desde marzo de 2008, cuando llegó a 2.308,80 dólares la onza, la reducción fue de 65 por ciento. Esto es un problema para Sudáfrica, que posee 80 por ciento de las reservas mundiales de ese metal.
Maia señaló que la crisis financiera no es el único factor que explica la desaceleración del sector minero. Las compañías se vieron forzadas a reducir la producción en el primer semestre por la crisis energética, pues la oferta actual no puede cubrir la creciente demanda.
Asimismo, la construcción, la industria manufacturera y el comercio minorista se ven afectados por la crisis, al igual que la moneda sudafricana, el rand.
"Es muy vulnerable en este momento. La sudafricana es la moneda que más se ha devaluado, además de la corona islandesa, desde que comenzó la crisis", afirmó Maia.
Esto, combinado con el creciente pesimismo sobre las perspectivas económicas, puede desacelerar el crecimiento. Se espera que el PIB aumente 3,4 por ciento en 2008, frente a estimaciones previas que pronosticaban una expansión de cinco por ciento.
En 2009, el crecimiento del PIB se ubicará en torno a 2,5 por ciento, según Maia. La contracción de la mayor economía africana impactará en los otros países del continente, advirtió.
Pero, a pesar de la severidad de la crisis, algunas naciones se beneficiarán por la caída en el precio de las materias primas. "Aunque los exportadores sufrirán, las regiones que importan recursos naturales, como el petróleo, se verán favorecidas", dijo Maia.
África no aparece en mala posición, comparada con América del Norte y Europa, pues recibe inversiones chinas. Según el Banco Mundial, ascendían a 1.180 millones de dólares a mediados de 2006.
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CIUDAD DEL CABO, Sudáfrica (IPS) - La pregunta del millón acerca de la crisis financiera internacional en curso es si será suficientemente grave como para que "las grandes economías tomen conciencia de que se debe controlar más el mercado", dijo el economista sudafricano Sampie Terreblanche.
Para este profesor emérito de la Universidad de Stellenbosch, "la filosofía del 'laissez-faire' (dejar hacer, en francés), simplemente, no funciona".
Terreblanche, autor del libro "A History of Inequality in South Africa 1652-2002'', ("Historia de la desigualdad en Sudáfrica 1652-2002"), consideró que la crisis mundial "es muy grave y se prolongará un par de años".
"Como consecuencia del laissez-faire, la inequidad dentro de las naciones y entre los países ricos del Norte y los del Sur en desarrollo se ha incrementado. La economía debe ser regulada y no dejada para que actúe sin control", aseguró.
Según esta teoría, la economía funciona más "eficientemente" si no hay ninguna interferencia del Estado.
Aunque existe preocupación acerca de la estabilidad financiera y la inflación, parece hasta el momento que los países africanos podrán capear el temporal mejor que los de otras regiones.
Se prevé que el continente crezca, en promedio, seis por ciento en 2009. Pero la crisis afectará a las economías que más dependen de las exportaciones de materias primas y recursos naturales.
"En los últimos años y hasta hace poco, productores de petróleo como Angola y Nigeria se beneficiaron por el aumento de precios", dijo Jorge Maia, de Desarrollo Industrial y Cooperación, institución estatal sudafricana que brinda financiamiento a empresas y apuesta por el crecimiento económico sustentable.
Pero eso fue sólo "hasta hace poco", a causa de la caída de los precios provocada por el caos financiero internacional. El costo del crudo se contrajo 60 por ciento en el tercer trimestre de este año, de 147 dólares por barril en julio a alrededor de 60 dólares en octubre.
"Países que dependen de sus exportaciones de petróleo, como Nigeria y Angola, ahora notan los efectos de esa reducción en sus ingresos", agregó Maia.
Con una producción de 1,9 millones de barriles por día, Angola reemplazó a Nigeria como mayor productor africano de petróleo. Desde 2006, la producción nigeriana se contrajo 25 por ciento respecto de su anterior nivel de 2,5 millones de barriles diarios, entre otros factores por los ataques de grupos insurgentes.
Maia declaró a IPS que Sudáfrica, la economía más poderosa del continente, también depende fuertemente de sus exportaciones de productos básicos, por lo que sentirá el impacto de la crisis financiera internacional.
El sector más afectado será el minero, que aporta seis por ciento del producto interno bruto (PIB). Las principales exportaciones del país son mineral de hierro, carbón, platino y oro.
"Los cuatro representan 75 por ciento de la canasta exportadora del sector minero y el precio, excepto en el caso del mineral de hierro, se redujo, especialmente el del platino", agregó Maia.
El platino se abarató 21 por ciento en octubre. Desde marzo de 2008, cuando llegó a 2.308,80 dólares la onza, la reducción fue de 65 por ciento. Esto es un problema para Sudáfrica, que posee 80 por ciento de las reservas mundiales de ese metal.
Maia señaló que la crisis financiera no es el único factor que explica la desaceleración del sector minero. Las compañías se vieron forzadas a reducir la producción en el primer semestre por la crisis energética, pues la oferta actual no puede cubrir la creciente demanda.
Asimismo, la construcción, la industria manufacturera y el comercio minorista se ven afectados por la crisis, al igual que la moneda sudafricana, el rand.
"Es muy vulnerable en este momento. La sudafricana es la moneda que más se ha devaluado, además de la corona islandesa, desde que comenzó la crisis", afirmó Maia.
Esto, combinado con el creciente pesimismo sobre las perspectivas económicas, puede desacelerar el crecimiento. Se espera que el PIB aumente 3,4 por ciento en 2008, frente a estimaciones previas que pronosticaban una expansión de cinco por ciento.
En 2009, el crecimiento del PIB se ubicará en torno a 2,5 por ciento, según Maia. La contracción de la mayor economía africana impactará en los otros países del continente, advirtió.
Pero, a pesar de la severidad de la crisis, algunas naciones se beneficiarán por la caída en el precio de las materias primas. "Aunque los exportadores sufrirán, las regiones que importan recursos naturales, como el petróleo, se verán favorecidas", dijo Maia.
África no aparece en mala posición, comparada con América del Norte y Europa, pues recibe inversiones chinas. Según el Banco Mundial, ascendían a 1.180 millones de dólares a mediados de 2006.
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IPS - Uruguay/03/11/2008
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