Cuatro reflexiones sobre la situación internacional
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De 2004 hasta ahora resaltan los hechos siguientes: la actual crisis financiera, la tendencia hacia un nuevo orden económico internacional, el enquistamiento de las guerras y los conflictos del Próximo Oriente y la expansión de la OTAN hacia el este.
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La actual crisis financiera
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En 2007, el estallido de la burbuja inmobiliaria a los EE.UU. hace tambalear toda la banca, y un sistema financiero sin control amplifica y transmite la crisis a todo el mundo. En Europa, se produce una situación relativamente parecida con el estallido de burbujas inmobiliarias en Irlanda, Gran Bretaña y España. La afectación de unos recursos que suben alrededor del 20% del PIB de la UE, aprobada por los gobiernos europeos, por nacionalizar una parte de la banca o avalar los préstamos interbancarios y la emisión de deuda, señalan la dimensión del problema.
Esta crisis pone de manifiesto, entre otras lecciones, que:
- la importante socialización de la propiedad practicada durante los últimos tres decenios en el mundo occidental (millones de pequeños accionistas directos, o bien indirectos por la vía de fondos de pensiones) ha permitido superar la situación de estancamiento e inflación de la segunda mitad de los años setenta, pero la privatización de una gran parte del sector público y la desregulación del mercado financiero, tanto dentro de cada Estado como en plan internacional, no permiten atenuar los efectos de las crisis cíclicas.
- incluso una cierta regulación del mercado financiero (exigencia de reservas más altas, condiciones más restrictivas para los créditos y hipotecas), sin instrumentos públicos más sólidos (banca, propiedad del suelo), no puede impedir que la inversión inmobiliaria se oriente a la especulación, en vez de hacerlo a las necesidades de la población. Esta es una lección específica del caso español.
De otra banda, hay tres factores negativos más, conectados en un sentido u otro con la crisis financiera: la tendencia a la recesión; el encarecimiento de las primeras materias, los hidrocarburos y los alimentos; y la aparición de un nuevo estorbo para el comercio mundial.
En proporciones muy diferentes en cada uno de los principales países occidentales, la subida de los interés de las hipotecas y de otros créditos de interés variable, la congelación de crédito nuevo a personas y empresas, el hundimiento del sector inmobiliario y, en un primer momento, el encarecimiento de las primeras materias, hidrocarburos y alimentos, han disminuido el consumo, cosa que ha tendido también a frenar o disminuir los beneficios empresariales y a hacer deslizar el mundo occidental hacia la recesión.
Los encarecimientos de las primeras materias, los hidrocarburos y los alimentos ha tenido al menos tres causas. Una de positiva para muchos países del Sur exportadores de estos productos: la demanda creciente, sobre todo de China. Y dos de negativas: el uso de una parte de los cereales, sobre todo a los EE.UU., por producir biocombustibles; y el desembarco de capital especulativo en los mercados de futuros basados en la estimación del precio de las materias primeras de aquí a un cierto tiempo. Ahora, la tendencia a la recesión ha hecho bajar la demanda de estos productos y también los precios, cosa que, de una banda, frena la inflación, por ejemplo a la UE, y de la otra, perjudica a los países exportadores del Sur.
Acaba de fracasar la denominada ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio, es decir, las negociaciones mantenidas de hace años por incrementar el comercio internacional, a partir de acuerdos multilaterales por reducir subvenciones, aranceles y otros obstáculos. La causa principal es la resistencia de los EE.UU. y la UE a poner fin escalonadamente a las subvenciones masivas de sus exportaciones agroalimentarias, que han arruinado muchos agricultores de África y América Latina. En un momento como por ejemplo, este fracaso continúa obstruyendo el desarrollo agrario de muchos países del Sur, favoreciendo la emigración de supervivencia hacia los países del Norte, y, frenando la expansión del comercio mundial, también dificulta la salida de la crisis para los países del Norte.
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Hacia un nuevo orden económico internacional
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El hecho positivo más importante de estos años es el intenso desarrollo económico de los países del Sur con más población, como por ejemplo China, India o Brasil, y de algún otro como Rusia, que ha hecho salir de la pobreza centenares de millones de personas, gracias a combinaciones muy diferentes en algunos de estos países de propiedad pública, colectiva, privada e individual, de planificación indicativa y mercado, y de recursos propios e inversión extranjera.
Los efectos del desarrollo chino e indio, principalmente, han estado:
- el aumento de la demanda de primeras materias, hidrocarburos y alimentos, que, como hemos dicho antes, ha mantenido o elevado el precio de estos productos y ha ayudado al progreso económico experimentado sobre todo por muchos países de América Latina.
- la aparición significativa de un eje Sur-Sur: acuerdos comerciales e inversiones importantes y crecientes entre la China e India y una serie de países americanos y africanos.
- la formación por primer golpe de emprendidas multinacionales basadas en el Sur que absorben grandes empresas europeas o americanas. La gran siderurgia india Mittal es el ejemplo más espectacular.
- unas grandes reservas de divisas, que han financiado el endeudamiento creciente de los EE.UU.,y que junto con el potencial de demanda exterior que comportará el desarrollo progresivo de las áreas rurales de India y China, son ya ahora un factor de estabilidad financiera y pueden cumplir pronto una función reguladora anticrisis al plan mundial.
Por el momento, tal y como señala la presencia de China, India y Brasil, entre otras, a la reunión cumbre sobre finanzas del 15 de noviembre en Washington, los principales países del sur ya no pueden ser marginados cuando las potencias occidentales deben tomar decisiones de envergadura. Bien pronto, el peso económico de este grupo de países superará el de los occidentales, y las reglas del juego de la globalización basada en la ley del más fuerte, como a hemos conocido a partir de la descolonización, empezarán a cambiar.
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El enquistamiento de las guerras y los conflictos del Próximo Oriente
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Se trata principalmente de:
- la continuación de las guerras de ocupación de Iraq y Afganistán, de la colonización de Cisjordania y la consolidación de la Franja de Gaza como un inmenso ghetto.
- la ocupación militar de corta duración del sur del Líbano por Israel.
- la amenaza de guerra contra Irán, definida en estos momentos como la posibilidad de “raids” israelíes contra instalaciones nucleares o militares, parecidas al bombardeo israelí de hace tiempo contra un reactor nuclear de Iraq.
Con respecto a la implicación europea en esta región, las novedades consisten en esto:
- sin dejar de estar presentes en Iraq, las tropas de muchos países europeos tienen un peso cada vez más importante en Afganistán.
- la UE se alinea con los EE.UU. e Israel en el tratamiento de Hamas como grupo “terrorista” y también es responsable pues del castigo colectivo impuesto contra el millón de personas que malviven en la Franja de Gaza.
- durante la ocupación del sur del Líbano, tres de los cuatro representantes de países de la UE al Consejo de Seguridad de la ONU votan no o se abstienen respeto a la exigencia de alto el fuego en Israel.
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La expansión de la OTAN hacia el este
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En los años noventa los gobiernos de los Estados implicados en la OTAN aseguraron que no había ningún propósito de expandir esta alianza, en particular hacia los nuevos Estados que habían formado parte de la URSS.
Al final de la última guerra balcánica, con la ocupación de Kosovo, la OTAN formalizó lo que acababa de poner en práctica, es decir, una intervención fuera del ámbito territorial de sus miembros, no motivada paso por una amenaza de agresión sino basada en el denominado “derecho de injerencia humanitaria”. En aquel momento, la aplicación de este “derecho” por la OTAN se limitó esencialmente al espacio europeo, mientras que los EE.UU. se atribuían la aplicación de este mismo “derecho” al Próximo Oriente.
El 1999 se produjo la primera ampliación de esta alianza militar con la entrada de tres Estados del antiguo Pacto de Varsovia; de los siete países que van entrar en 2004, tres habían formado parte de la URSS (Estonia, Letonia, Lituania); y de los cinco candidatos a entrar que hay en este momento, dos también habían formado parte (Georgia y Ucrania). De los otros tres, dos son el resultado de las anteriores guerras balcánicas (Croacia y Macedonia). Entonces, ahora que la Guerra Fría ya es historia y que la OTAN agrupa 26 países y tiene cinco candidatos a miembros ¿cuales son sus funciones?
La primera, por orden cronológico, ha consistido a ocupar el vacío que había habido entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, aprovechando los conflictos internos de la ex Yugoslavia. Aquí conviene añadir que, de estos conflictos, aparte de tres nuevos miembros de la OTAN, han salido como mínimo dos Estados inviables: Bosnia Y Kosovo, estructurados sobre bases étnicas más que países, supeditados a la aportación financiera de la UE y a la presencia militar europea o americana; de hecho, dos protectorados.
La segunda, el uso de tropas europeas como “contratistas” cuando las fuerzas americanas se encuentran sin efectivos disponibles, o cuando necesitan la cobertura de una “alianza internacional” para legitimar las intervenciones en el Próximo Oriente.
La tercera, empezar a establecer cercamiento militar de Rusia, como medida preventiva, ante el proceso de recuperación económica de este país.
Esta última función se ha ido haciendo visible progresivamente:
- el acuerdo de Polonia y Chequia a la instalación de un sistema de misiles en estos dos países, orientado a interceptar “misiles provenientes de Irán”.
- la aplicación de un sistema de doble medida en los conflictos de los Balcanes y del Cáucaso: mientras que la OTAN considera que Abjasia y Osetia de Sur son simples territorios autónomos de Georgia, ha atribuido en Kosovo el derecho a la independencia, aunque en los documentos firmados por la UE y la OTAN al final de la guerra contra Serbia haya el compromiso formal de encontrar una solución en Kosovo dentro el marco de la soberanía de Serbia.
- la aventura militar del gobierno Georgia de este agosto pasado, mirando de cambiar con un “raid” fulminante el estatus quo de los dos territorios autónomos, separados de hecho por las fuerzas rusas de pacificación, y neutralizada por una reacción contundente de Moscú.
La aventura georgiana, preparada meticulosamente con el transporte de tropas georgianas de ocupación de Iraq y que ha contado también con la ayuda de Israel, parece más bien un tanteo indirecto de la capacidad de respuesta rusa, antes de acabar de absorber las ex repúblicas soviéticas de Georgia y Ucrania dentro la Alianza Atlántica.
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LQSomos. Ferran Fullá. Noviembre de 2008
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Ilustración de Adolfo Payés
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De 2004 hasta ahora resaltan los hechos siguientes: la actual crisis financiera, la tendencia hacia un nuevo orden económico internacional, el enquistamiento de las guerras y los conflictos del Próximo Oriente y la expansión de la OTAN hacia el este.
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La actual crisis financiera
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En 2007, el estallido de la burbuja inmobiliaria a los EE.UU. hace tambalear toda la banca, y un sistema financiero sin control amplifica y transmite la crisis a todo el mundo. En Europa, se produce una situación relativamente parecida con el estallido de burbujas inmobiliarias en Irlanda, Gran Bretaña y España. La afectación de unos recursos que suben alrededor del 20% del PIB de la UE, aprobada por los gobiernos europeos, por nacionalizar una parte de la banca o avalar los préstamos interbancarios y la emisión de deuda, señalan la dimensión del problema.
Esta crisis pone de manifiesto, entre otras lecciones, que:
- la importante socialización de la propiedad practicada durante los últimos tres decenios en el mundo occidental (millones de pequeños accionistas directos, o bien indirectos por la vía de fondos de pensiones) ha permitido superar la situación de estancamiento e inflación de la segunda mitad de los años setenta, pero la privatización de una gran parte del sector público y la desregulación del mercado financiero, tanto dentro de cada Estado como en plan internacional, no permiten atenuar los efectos de las crisis cíclicas.
- incluso una cierta regulación del mercado financiero (exigencia de reservas más altas, condiciones más restrictivas para los créditos y hipotecas), sin instrumentos públicos más sólidos (banca, propiedad del suelo), no puede impedir que la inversión inmobiliaria se oriente a la especulación, en vez de hacerlo a las necesidades de la población. Esta es una lección específica del caso español.
De otra banda, hay tres factores negativos más, conectados en un sentido u otro con la crisis financiera: la tendencia a la recesión; el encarecimiento de las primeras materias, los hidrocarburos y los alimentos; y la aparición de un nuevo estorbo para el comercio mundial.
En proporciones muy diferentes en cada uno de los principales países occidentales, la subida de los interés de las hipotecas y de otros créditos de interés variable, la congelación de crédito nuevo a personas y empresas, el hundimiento del sector inmobiliario y, en un primer momento, el encarecimiento de las primeras materias, hidrocarburos y alimentos, han disminuido el consumo, cosa que ha tendido también a frenar o disminuir los beneficios empresariales y a hacer deslizar el mundo occidental hacia la recesión.
Los encarecimientos de las primeras materias, los hidrocarburos y los alimentos ha tenido al menos tres causas. Una de positiva para muchos países del Sur exportadores de estos productos: la demanda creciente, sobre todo de China. Y dos de negativas: el uso de una parte de los cereales, sobre todo a los EE.UU., por producir biocombustibles; y el desembarco de capital especulativo en los mercados de futuros basados en la estimación del precio de las materias primeras de aquí a un cierto tiempo. Ahora, la tendencia a la recesión ha hecho bajar la demanda de estos productos y también los precios, cosa que, de una banda, frena la inflación, por ejemplo a la UE, y de la otra, perjudica a los países exportadores del Sur.
Acaba de fracasar la denominada ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio, es decir, las negociaciones mantenidas de hace años por incrementar el comercio internacional, a partir de acuerdos multilaterales por reducir subvenciones, aranceles y otros obstáculos. La causa principal es la resistencia de los EE.UU. y la UE a poner fin escalonadamente a las subvenciones masivas de sus exportaciones agroalimentarias, que han arruinado muchos agricultores de África y América Latina. En un momento como por ejemplo, este fracaso continúa obstruyendo el desarrollo agrario de muchos países del Sur, favoreciendo la emigración de supervivencia hacia los países del Norte, y, frenando la expansión del comercio mundial, también dificulta la salida de la crisis para los países del Norte.
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Hacia un nuevo orden económico internacional
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El hecho positivo más importante de estos años es el intenso desarrollo económico de los países del Sur con más población, como por ejemplo China, India o Brasil, y de algún otro como Rusia, que ha hecho salir de la pobreza centenares de millones de personas, gracias a combinaciones muy diferentes en algunos de estos países de propiedad pública, colectiva, privada e individual, de planificación indicativa y mercado, y de recursos propios e inversión extranjera.
Los efectos del desarrollo chino e indio, principalmente, han estado:
- el aumento de la demanda de primeras materias, hidrocarburos y alimentos, que, como hemos dicho antes, ha mantenido o elevado el precio de estos productos y ha ayudado al progreso económico experimentado sobre todo por muchos países de América Latina.
- la aparición significativa de un eje Sur-Sur: acuerdos comerciales e inversiones importantes y crecientes entre la China e India y una serie de países americanos y africanos.
- la formación por primer golpe de emprendidas multinacionales basadas en el Sur que absorben grandes empresas europeas o americanas. La gran siderurgia india Mittal es el ejemplo más espectacular.
- unas grandes reservas de divisas, que han financiado el endeudamiento creciente de los EE.UU.,y que junto con el potencial de demanda exterior que comportará el desarrollo progresivo de las áreas rurales de India y China, son ya ahora un factor de estabilidad financiera y pueden cumplir pronto una función reguladora anticrisis al plan mundial.
Por el momento, tal y como señala la presencia de China, India y Brasil, entre otras, a la reunión cumbre sobre finanzas del 15 de noviembre en Washington, los principales países del sur ya no pueden ser marginados cuando las potencias occidentales deben tomar decisiones de envergadura. Bien pronto, el peso económico de este grupo de países superará el de los occidentales, y las reglas del juego de la globalización basada en la ley del más fuerte, como a hemos conocido a partir de la descolonización, empezarán a cambiar.
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El enquistamiento de las guerras y los conflictos del Próximo Oriente
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Se trata principalmente de:
- la continuación de las guerras de ocupación de Iraq y Afganistán, de la colonización de Cisjordania y la consolidación de la Franja de Gaza como un inmenso ghetto.
- la ocupación militar de corta duración del sur del Líbano por Israel.
- la amenaza de guerra contra Irán, definida en estos momentos como la posibilidad de “raids” israelíes contra instalaciones nucleares o militares, parecidas al bombardeo israelí de hace tiempo contra un reactor nuclear de Iraq.
Con respecto a la implicación europea en esta región, las novedades consisten en esto:
- sin dejar de estar presentes en Iraq, las tropas de muchos países europeos tienen un peso cada vez más importante en Afganistán.
- la UE se alinea con los EE.UU. e Israel en el tratamiento de Hamas como grupo “terrorista” y también es responsable pues del castigo colectivo impuesto contra el millón de personas que malviven en la Franja de Gaza.
- durante la ocupación del sur del Líbano, tres de los cuatro representantes de países de la UE al Consejo de Seguridad de la ONU votan no o se abstienen respeto a la exigencia de alto el fuego en Israel.
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La expansión de la OTAN hacia el este
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En los años noventa los gobiernos de los Estados implicados en la OTAN aseguraron que no había ningún propósito de expandir esta alianza, en particular hacia los nuevos Estados que habían formado parte de la URSS.
Al final de la última guerra balcánica, con la ocupación de Kosovo, la OTAN formalizó lo que acababa de poner en práctica, es decir, una intervención fuera del ámbito territorial de sus miembros, no motivada paso por una amenaza de agresión sino basada en el denominado “derecho de injerencia humanitaria”. En aquel momento, la aplicación de este “derecho” por la OTAN se limitó esencialmente al espacio europeo, mientras que los EE.UU. se atribuían la aplicación de este mismo “derecho” al Próximo Oriente.
El 1999 se produjo la primera ampliación de esta alianza militar con la entrada de tres Estados del antiguo Pacto de Varsovia; de los siete países que van entrar en 2004, tres habían formado parte de la URSS (Estonia, Letonia, Lituania); y de los cinco candidatos a entrar que hay en este momento, dos también habían formado parte (Georgia y Ucrania). De los otros tres, dos son el resultado de las anteriores guerras balcánicas (Croacia y Macedonia). Entonces, ahora que la Guerra Fría ya es historia y que la OTAN agrupa 26 países y tiene cinco candidatos a miembros ¿cuales son sus funciones?
La primera, por orden cronológico, ha consistido a ocupar el vacío que había habido entre la OTAN y el Pacto de Varsovia, aprovechando los conflictos internos de la ex Yugoslavia. Aquí conviene añadir que, de estos conflictos, aparte de tres nuevos miembros de la OTAN, han salido como mínimo dos Estados inviables: Bosnia Y Kosovo, estructurados sobre bases étnicas más que países, supeditados a la aportación financiera de la UE y a la presencia militar europea o americana; de hecho, dos protectorados.
La segunda, el uso de tropas europeas como “contratistas” cuando las fuerzas americanas se encuentran sin efectivos disponibles, o cuando necesitan la cobertura de una “alianza internacional” para legitimar las intervenciones en el Próximo Oriente.
La tercera, empezar a establecer cercamiento militar de Rusia, como medida preventiva, ante el proceso de recuperación económica de este país.
Esta última función se ha ido haciendo visible progresivamente:
- el acuerdo de Polonia y Chequia a la instalación de un sistema de misiles en estos dos países, orientado a interceptar “misiles provenientes de Irán”.
- la aplicación de un sistema de doble medida en los conflictos de los Balcanes y del Cáucaso: mientras que la OTAN considera que Abjasia y Osetia de Sur son simples territorios autónomos de Georgia, ha atribuido en Kosovo el derecho a la independencia, aunque en los documentos firmados por la UE y la OTAN al final de la guerra contra Serbia haya el compromiso formal de encontrar una solución en Kosovo dentro el marco de la soberanía de Serbia.
- la aventura militar del gobierno Georgia de este agosto pasado, mirando de cambiar con un “raid” fulminante el estatus quo de los dos territorios autónomos, separados de hecho por las fuerzas rusas de pacificación, y neutralizada por una reacción contundente de Moscú.
La aventura georgiana, preparada meticulosamente con el transporte de tropas georgianas de ocupación de Iraq y que ha contado también con la ayuda de Israel, parece más bien un tanteo indirecto de la capacidad de respuesta rusa, antes de acabar de absorber las ex repúblicas soviéticas de Georgia y Ucrania dentro la Alianza Atlántica.
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LQSomos. Ferran Fullá. Noviembre de 2008
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LQSomos/09/11/2008
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