El Salvador: 16-N, mártires de la UCA
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"... y siguen abiertas las venas de América Nativa."
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Ante un nuevo aniversario de los horrendos crímenes cometidos por el estado salvadoreño en los recintos de la Universidad Centroamericana UCA. ¿Debemos quedarnos con los brazos cruzados mientras el tiempo pasa sin que se haya hecho justicia en tantos crímenes cometidos por el ejército salvadoreños, los escuadrones de la muerte que no mismo pero es igual, amparados eso sí, por el gobierno salvadoreño de entonces?. Qué debemos hacer cuando la memoria de quienes sufrieron la represión del estado, eso si, y, para ser honestos, con la estrecha colaboración de los Estados Unidos. La “culpa” es de quienes instigaron los crímenes. Los que se prestaron para tales menesteres, y, de quienes ejecutaron tan horrendos crímenes. La memoria de la inmensa mayoría que sufrieron la represión y tales crímenes, ellos, insisto, la memoria les duele.
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A casi veinte años de la masacre cometida por el los asesinos del batallón Atlacalt a las órdenes del entonces presidente Cristiani, su gobierno, y todo el alto mando del ejército salvadoreño, que son en definitiva los verdaderos responsables, a ellos no se les juzgo; se juzgo al “último” eslabón de esa pequeña cadena: Los que instigaron(los gringos). Los que se prestaron a tales menesteres (Cristiani y su gobierno), y los últimos de la cadena (quienes ejecutaron los crímenes). Conocidos tristemente como los mártires de la UCA. A estos se los “juzgo”, y, solo, años después, puestos en libertad. A casi veinte años la vena del pulgarcito de América sigue abierta.
Sin embargo y después de tantos años surge una pregunta, ¿dónde está la justicia, quien la ejerce y a quién beneficia? Para no alargarme en el tema, todos sabemos que los maquillajes que necesita un estado, como el salvadoreño, para seguir ejerciendo, como antaño, la represión, ahora de forma silente, y, no nos damos cuenta, porque como decía monseñor Romero, ellos, la oligarquía – y los gringos, añado yo – quieren que nos acostumbremos a tanta muerte.
Mas o menos así denunciaba monseñor Romero la escalada de violencia que desató por aquéllos años la burguesía, su gobierno y los militares. Ahora tanto años después, la represión parece que continúa pero de forma silente. Ahora se empapa de delincuencia común. Inseguridad por las calles. Pandillas etc. mientras el ciudadano de a pie, no se acostumbra, continúa con la rutina diaria, de un día normal, lleno de inseguridades: de casa al trabajo, aquél que lo tiene, y viceversa. Se atisban cambios dicen muchos. Y la inmensa mayoría lo ansía y lo espera casi con la esperanza perdida y los brazos abiertos a tan ansiados cambios.
Ojala se lleve a cabo la demanda impuesta en el estado español contra Cristiani y sus asesinos. Porque, si no, pasarán setenta años o más, y, las heridas, que nunca se han cerrado en el pulgarcito de América, volverán a abrirse, o mejor dicho, seguirán abiertas, hasta que la inmensa mayoría de la población que sufrió los atentados más atroces de cuanto el ser humano puede padecer, hasta que no se haga justicia, ya no sólo con el caso de los jesuitas, si no con tantos y tantos casos como el que este día, 16 de Noviembre se celebra. Recordamos con dolor, con esperanza, con algo de amor y de rabia contenida a los mártires de la UCA. Celina y Alba Ramos. Segundo Montes. Ignacio Martín Baró. Juan Ramón Moreno. Amando López. Joaquín López y López. Ignacio Ellacuría.
Este mes también, se recordarán a los miembros del Frente Democrático Revolucionario; a Juan Chacón, Rodríguez Álvarez…el 27 de Noviembre, y volverán las preguntas que siempre nos estamos haciendo en este tipo de aniversario, y ¡los asesinos!, ¿Dónde están? Y, los que instigaron, y quienes se prestaron a tales menesteres, ¿dónde están?. También recordaremos al padre Neto Barrera, 28 de noviembre. Así día tras día de todo el año, los salvadoreños como en muchas partes de América Nativa, los pobres, los desheredados, los marginados para este modo de producción capitalista-neoliberal, no existe. Por eso creo necesario continuar con la demanda, y apoyarla con dignidad y justicia porque sólo así podemos, los salvadoreños, cerrar las heridas, y hacer Justicia.
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"... y siguen abiertas las venas de América Nativa."
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Ante un nuevo aniversario de los horrendos crímenes cometidos por el estado salvadoreño en los recintos de la Universidad Centroamericana UCA. ¿Debemos quedarnos con los brazos cruzados mientras el tiempo pasa sin que se haya hecho justicia en tantos crímenes cometidos por el ejército salvadoreños, los escuadrones de la muerte que no mismo pero es igual, amparados eso sí, por el gobierno salvadoreño de entonces?. Qué debemos hacer cuando la memoria de quienes sufrieron la represión del estado, eso si, y, para ser honestos, con la estrecha colaboración de los Estados Unidos. La “culpa” es de quienes instigaron los crímenes. Los que se prestaron para tales menesteres, y, de quienes ejecutaron tan horrendos crímenes. La memoria de la inmensa mayoría que sufrieron la represión y tales crímenes, ellos, insisto, la memoria les duele.
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A casi veinte años de la masacre cometida por el los asesinos del batallón Atlacalt a las órdenes del entonces presidente Cristiani, su gobierno, y todo el alto mando del ejército salvadoreño, que son en definitiva los verdaderos responsables, a ellos no se les juzgo; se juzgo al “último” eslabón de esa pequeña cadena: Los que instigaron(los gringos). Los que se prestaron a tales menesteres (Cristiani y su gobierno), y los últimos de la cadena (quienes ejecutaron los crímenes). Conocidos tristemente como los mártires de la UCA. A estos se los “juzgo”, y, solo, años después, puestos en libertad. A casi veinte años la vena del pulgarcito de América sigue abierta.
Sin embargo y después de tantos años surge una pregunta, ¿dónde está la justicia, quien la ejerce y a quién beneficia? Para no alargarme en el tema, todos sabemos que los maquillajes que necesita un estado, como el salvadoreño, para seguir ejerciendo, como antaño, la represión, ahora de forma silente, y, no nos damos cuenta, porque como decía monseñor Romero, ellos, la oligarquía – y los gringos, añado yo – quieren que nos acostumbremos a tanta muerte.
Mas o menos así denunciaba monseñor Romero la escalada de violencia que desató por aquéllos años la burguesía, su gobierno y los militares. Ahora tanto años después, la represión parece que continúa pero de forma silente. Ahora se empapa de delincuencia común. Inseguridad por las calles. Pandillas etc. mientras el ciudadano de a pie, no se acostumbra, continúa con la rutina diaria, de un día normal, lleno de inseguridades: de casa al trabajo, aquél que lo tiene, y viceversa. Se atisban cambios dicen muchos. Y la inmensa mayoría lo ansía y lo espera casi con la esperanza perdida y los brazos abiertos a tan ansiados cambios.
Ojala se lleve a cabo la demanda impuesta en el estado español contra Cristiani y sus asesinos. Porque, si no, pasarán setenta años o más, y, las heridas, que nunca se han cerrado en el pulgarcito de América, volverán a abrirse, o mejor dicho, seguirán abiertas, hasta que la inmensa mayoría de la población que sufrió los atentados más atroces de cuanto el ser humano puede padecer, hasta que no se haga justicia, ya no sólo con el caso de los jesuitas, si no con tantos y tantos casos como el que este día, 16 de Noviembre se celebra. Recordamos con dolor, con esperanza, con algo de amor y de rabia contenida a los mártires de la UCA. Celina y Alba Ramos. Segundo Montes. Ignacio Martín Baró. Juan Ramón Moreno. Amando López. Joaquín López y López. Ignacio Ellacuría.
Este mes también, se recordarán a los miembros del Frente Democrático Revolucionario; a Juan Chacón, Rodríguez Álvarez…el 27 de Noviembre, y volverán las preguntas que siempre nos estamos haciendo en este tipo de aniversario, y ¡los asesinos!, ¿Dónde están? Y, los que instigaron, y quienes se prestaron a tales menesteres, ¿dónde están?. También recordaremos al padre Neto Barrera, 28 de noviembre. Así día tras día de todo el año, los salvadoreños como en muchas partes de América Nativa, los pobres, los desheredados, los marginados para este modo de producción capitalista-neoliberal, no existe. Por eso creo necesario continuar con la demanda, y apoyarla con dignidad y justicia porque sólo así podemos, los salvadoreños, cerrar las heridas, y hacer Justicia.
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A Ellacuría y mártires de la UCA
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No logro atrapar las palabras
se escapa el tiempo entre mis manos
solo presiento un hálito cansino en esta historia.
Veo tus sueños que se esfuman como el humo
veo tu filosofía como algo que
debería de seguir existiendo.
Siento el calor solidario de tus palabras
veo rosas rojas en el jardín
veo algo parecido al misterio en tu muerte.
Hoy, no encuentro las palabras
para describir el misterio de tu silencio
no encuentro en estas cuatro paredes
los rostros de los otros que murieron contigo.
Las bestias deambulan como león rugiente
todavía, buscan a quién van a devorar.
de nada sirvieron tus denuncias, algo.
Caminamos, caminamos mientras
el recuerdo de sus cuerpos
en el césped de la UCA
golpean de continuo en mis retinas
cuando el mes de noviembre aparece
y me muestra tu figura inerte
cubierto de una sábana blanca.
No me salen otros versos,
no me salen otros versos
quiero escribir algo parecido a la poesía
para recordarte a ti y a tus compañeros
pero, esta vez, ese recuerdo me trae
más dolor que alegoría,
me trae más dolor que utopía
aunque subyace en ti y en tus escritos.
Ellacuría y compañeros benditos sean
en este otro aniversario
que se queda como otro más
en silencio y en estas cuatro paredes
lejos del mundanal espanto de mi utopía.
La poesía ha sido en este instante inasible
las musas no vienen a mi encuentro
no acercan sus versos a este papel
que deambula de mesa en mesa
sin dejarse acariciar por la poesía.
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No logro atrapar las palabras
se escapa el tiempo entre mis manos
solo presiento un hálito cansino en esta historia.
Veo tus sueños que se esfuman como el humo
veo tu filosofía como algo que
debería de seguir existiendo.
Siento el calor solidario de tus palabras
veo rosas rojas en el jardín
veo algo parecido al misterio en tu muerte.
Hoy, no encuentro las palabras
para describir el misterio de tu silencio
no encuentro en estas cuatro paredes
los rostros de los otros que murieron contigo.
Las bestias deambulan como león rugiente
todavía, buscan a quién van a devorar.
de nada sirvieron tus denuncias, algo.
Caminamos, caminamos mientras
el recuerdo de sus cuerpos
en el césped de la UCA
golpean de continuo en mis retinas
cuando el mes de noviembre aparece
y me muestra tu figura inerte
cubierto de una sábana blanca.
No me salen otros versos,
no me salen otros versos
quiero escribir algo parecido a la poesía
para recordarte a ti y a tus compañeros
pero, esta vez, ese recuerdo me trae
más dolor que alegoría,
me trae más dolor que utopía
aunque subyace en ti y en tus escritos.
Ellacuría y compañeros benditos sean
en este otro aniversario
que se queda como otro más
en silencio y en estas cuatro paredes
lejos del mundanal espanto de mi utopía.
La poesía ha sido en este instante inasible
las musas no vienen a mi encuentro
no acercan sus versos a este papel
que deambula de mesa en mesa
sin dejarse acariciar por la poesía.
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Txamba Payés
Txamba Payés
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LQSomos. Txamba Payés. Noviembre de 2008
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LQSomos/24/11/2008
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