27/11/08

ESCARBANDO...LQ somos.

La ideología del lenguaje
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La manipulación del lenguaje para hacerlo funcional a intereses ideológicos es viejo, pero en los últimos años, con la presencia omnipotente de los medios, se ha potenciado significativamente. Con la caída del Muro de Berlín y la hibernación de los sueños de una sociedad socialista, la potente palabra pueblo se reemplazó por la pasteurizada de gente. Pueblo es una clara categoría política. La palabra gente puede tener cierta equivalencia pero desde una mirada posicionada desde afuera de una concepción política. Había que castrar la potencialidad del sujeto de la historia que es el pueblo y entonces se la despolitizó con la expresión gente. Pero ahí no terminó la ofensiva descafeinada y era necesario quitarle toda pasión. Convertir el concepto ciudadano en el dietético vecino. Se reduce a un hombre con derechos, civiles, políticos, sociales en un simple consorcista que solo le interesa la administración de su edificio, perdón de su ciudad. En el mismo camino la ideología se trasmutó en gestión, como si un cuchillo podría independizarse de la mano que la maneja.

La visión sobre el huelguista

En el mismo proceso de alteración de significados, si durante décadas el huelguista era el sector damnificado y el empleador el explotador, con el neoliberalismo la víctima es el usuario, el perjudicado el empleador y el huelguista un egoísta que en la persecución de sus intereses perjudica al conjunto. Este cambio del ángulo de observación, hace recordar unos versos de Antonio Machado que decían: "Los ojos que ves/ no son ojos porque los ves/ Son ojos porque te ven"

"El campo"

El conflicto del gobierno con cuatro agrupaciones agropecuarias fue englobado bajo la denominación gobierno versus campo. Esta última es una expresión geográfica pero no política. Cuando se habla del paro en el campo, parece sugerirse que el trigo y la soja deciden no crecer, el gallo no cantar a la madrugada, las vacas cerrar sus ubres, los chanchos abominar del chiquero, las ovejas dejar de balar y las vacas negarse a los toros y a la inseminación artificial.

Cuando se dice genéricamente campo, los periodistas "puros e independientes" repiten en el mejor de los casos el discurso preparado desde una oficina de asesores publicitarios. Son tan loros como algunos oyentes radiales que creen que dan su opinión cuando sólo repiten las argumentaciones o clichés de su radio favorita. O como los economistas profesionales que ocultan su rol de gestores de negocios y solo traducen al castellano la voz del amo o disfrazan bajo una pretendida asepsia su rol de operadores económicos.

Si dicen paro o protesta del campo sugiero que cuando hay un paro de docentes, digan que hay una huelga de escuelas, que cuando los empleados del subte paran afirmen que las vías y los vagones están de brazos caídos o que si los médicos hacen una protesta, informen que la medicina está de huelga. También cuando hay una protesta en una fábrica de la Capital comuniquen que la ciudad para
El periodista Joaquín Morales Solá denomina reiteradamente a los encolumnados detrás de la Mesa de Enlace como campesinos. Cualquiera que llegue a la Argentina se podría imaginar, leyendo a este columnista, que se trata de un equivalente de los campesinos chinos de la larga marcha de Mao, o los que lucharon en Vietnam para expulsar a los norteamericanos, o los pequeños productores sin tierra o con pequeñas extensiones de Bolivia o Perú, o los sin tierra de Brasil. El periodista de la Nación engloba intencionadamente bajo la denominación campesino al pequeño productor, al rentista, al que integra un pool de siembra y hasta Gustavo Grobocopatel, el denominado rey de la soja. Vale recordar que un pequeño productor en la pampa húmeda puede tener un capital que va de 500.000 a 2.000.000 de dólares. A esos Morales Solá denomina intencionadamente campesinos. En su análisis nunca entran los reales campesinos como los del MOCASE. Escribe Miguel Bonasso, en Crítica 5-10-2008: "Una conjura de terratenientes sojeros, políticos sojeros como Emilio Rached (el senador del famoso empate por la 125), jueces que vienen de la dictadura militar, policías torturadores y paramilitares de las "guardias blancas", lanza una ofensiva brutal contra el Mocase-VC (Movimiento Campesino de Santiago del Estero-Vía Campesina), de la que nos informa día a día y hora a hora su líder, Ángel Strapazzón.

"Es terrible, hermano –dice Ángel–, entran en los ranchos de noche, en grupos de cuarenta tipos. Algunos de civil, otros uniformados, golpeando, apuntando con las armas largas, haciendo arrodillar a los changuitos para humillarlos delante de sus padres. Con acusaciones falsas de robarse un caballo o una vaca. Invocando las órdenes del juez de Monte Quemado Anselmo Juárez, un colaborador de Musa Azar y ex policía de la dictadura……. El dirigente del Mocase-VC…. es uno de los principales referentes de los campesinos pobres, que se oponen a ser expulsados por las topadoras sojeras y madereras, le ha significado cárcel, persecución y un atentado en el que estuvo a punto de morir acribillado."

Para Joaquín Morales Solá y franjas importantes de clase media, Alfredo De Ángeli es un campesino y Ángel Strapazzón es un marginal que impide que la Argentina sea respetada en el mundo.

"El estado paga en negro"

Otro manejo discrecional e intencionado o ignorante del lenguaje es decir que el Estado paga en negro. Este error es cometido por periodistas económicos bien intencionados, por otros que aborrecen al Estado y aún por sindicalistas que son trabajadores del Estado. Un trabajador está en negro cuando cobra sin un recibo oficial. Cuando no existe para las leyes laborales. No está registrado en el ANSES. No tiene cobertura de Obra Social, no se le hacen retenciones ni aportes. Cuando se dice que el Estado paga en negro se describe una situación diferente. El trabajador está registrado, tiene Obra Social, figura en el Libro de Sueldos. En su recibo oficial figura conceptos denominados Asignaciones no remunerativas sobre los cuales no se efectúan contribuciones ni aportes. Eso se implementó en momentos críticos y en muchos casos permanece y se continúa con esta modalidad. Se evitaba una retención entre el 7 y el 11% en concepto de jubilación y una contribución patronal o del Estado del 10,7%. Eso era observado en medio de la peor crisis económica con satisfacción por el trabajador que cobraba más y por el empleador que aportaba menos. El trabajador se perjudicaba, es cierto, en el cálculo del aguinaldo, y en su jubilación futura, pero la dureza de ese presente triunfaba sobre un futuro lejano. Es una situación que debe normalizarse, pero no debe inducir a un error conceptual sobre el concepto del trabajo en negro.

La ideología del lenguaje

El lenguaje. Lo que descubre y lo que oculta. Desvestirlo es una tarea interesante y necesaria.
Si se lo logra, se podrá observar a la verdadera pornografía. Que no es un bello cuerpo desnudo, sino como el poder tapa lo que debe verse y oculta lo que le resulta pernicioso.

O presenta las falacias como verdades y el conocimiento racional como superchería.

El escritor uruguayo en su libro Bocas del Tiempo relata lo siguiente bajo el título de Instrucciones para leer el diario:

"El general mejicano Francisco Serrano fumaba y leía, hundido en un sillón del casino militar de Sonora.
El general leía el diario. El diario estaba boca abajo. El presidente Álvaro Obregón, quiso saber:

¿UD siempre lee el diario al revés?

El general asintió

¿Y se puede saber por qué?
Por experiencia, presidente, por experiencia

Tal vez convenga hacer lo mismo entre otros muchos conceptos con las palabras
gente- campo- campesino- vecino- gestión- el estado paga en negro. Como Francisco Serrano con el diario boca abajo, o decodificando la voz o la imagen.
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LQSomos. Hugo Presman. Noviembre de 2008
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“El Tren”
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LQSomos/27/11/2008

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