Por:Jorge Lewinger
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La Paz, 8 de noviembre (Télam)El consenso logrado por el gobierno de Bolivia con legisladores opositores sobre la nueva Constitución el 21 de octubre último produjo algunos desgarros suturados con premura en el oficialismo, pero pulverizó la unidad de los sectores que enfrentan al presidente Evo Morales.Esa implosión se extendió de los ya anémicos partidos opositores con representación parlamentaria a los hasta ahora poderosos prefectos (gobernadores) de las provincias de la llamada "Media luna" (Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando) y, por último, impactó también en los movimientos cívicos que los sustentaban.La matanza de por lo menos 15 campesinos y tres estudiantes, sumados a decenas de heridos y desaparecidos en la localidad de Porvenir, en Pando, fue la sangrienta culminación de violentos intentos opositores de desestabilizar al gobierno de La Paz entre agosto y septiembre, con toma de oficinas públicas y aeropuertos.Pero esa "masacre", como la definió la comisión investigadora de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), desató en Bolivia la movilización campesina e indígena y produjo la detención del prefecto pandino, Lepoldo Fernández, acusado por el gobierno de instigarla y abandonado a su suerte por los demás jefes departamentales de la oposición."Costas 'decepcionó' a Marinkovic; Tuto no es bienvenido en Santa Cruz", tituló una nota la agencia Bolpress a principios de noviembre, en alusión al distanciamiento del líder cívico, Branko Marinkovic del prefecto Rubén Costas, ambos cruceños, y a la hostilidad de esa región hacia el jefe del opositor Poder Democrático y Social (Podemos), Jorge "Tuto" Quiroga.El diario paceño La Razón destacó que el 4 de noviembre fracasó por discrepancias internas una reunión del opositor Consejo Nacional Democrático (Conalde) que debía organizar un unificado Frente Amplio para enfrentar al mandatario indígena en el referendo constitucional del 25 de enero y en la elección presidencial y legislativa de diciembre del 2009.John Cava, dirigente cívico de Chuquisaca, decidió no concurrir a esa reunión porque en ese movimiento "no había consenso sobre la relación con el Poder Ejecutivo".La oposición de Pando vive una situación difícil con una dirigencia autonómica desaparecida (debería decirse fugada, tras la detención de 25 dirigentes acusados de la matanza), según el periódico.Agregaba, para mostrar la ruptura de otro departamento con la Conalde, que "la mayoría opositora -parlamentarios, cívicos y autoridades municipales- de Tarija, decidió ir por el 'Sí' a la nueva Constitución consensuada por el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) con los partidos de la oposición".El Conalde, pretendido estado mayor de la oposición, se transformó en el "Consejo Nacional de Difuntos, Conaldi", ironizó el ministro de Gobierno, Alfredo Rada. Y la región del oriente y sur bolivianos, gobernada por la oposición, ahora es "la media luna menguante", según otra frase con sorna, esta vez del vicepresidente Alvaro García Linera.Es cierto, por otra parte, que el espaldarazo de la Unasur al gobierno de Morales, tanto en la cumbre de Santiago de Chile del 15 de septiembre, como una semana después en Nueva York, en la apertura de la Asamblea General de la ONU, también aisló internacionalmente a los sectores separatistas y más radicalizados del movimiento autonomista."No tengo que pedir autorización (a los cívicos y prefectos) para tomar decisiones", rezongó "Tuto" Quiroga en un reportaje a la prensa paceña, en el que apoyó a los legisladores que acordaron con el gobierno, pero fracturaron la bancada de su partido.En tanto, el senador podemista Carlos Borth, uno de los gestores del "gran acuerdo", precisó: "Para no agraviar a nadie, podríamos decir que la bancada de Podemos se ha separado en dos bloques, más o menos iguales". Al menos 11 legisladores de ese partido rechazaron aquel acuerdo.En realidad, Podemos empezó a fracturarse y Quiroga a ser acusado de "traición" por los prefectos opositores, cuando sus legisladores habilitaron el referendo revocatorio del 10 de agosto, que robusteció a Morales al sumar el 67,4 por ciento de los votos, cuando había sido elegido, casi tres años antes, por el 53,7."No es la Constitución que yo hubiera querido, pero ya no es la totalitaria (que aprobó la Asamblea Constituyente) de Oruro", dijo Quiroga en defensa del acuerdo, pero aclaró que no llamará a votar "Sí" en el referendo constitucional, sino que dejará en libertad de acción a sus simpatizantes.Consultado el prefecto cruceño sobre el "gran acuerdo nacional" por el periódico digital Erbol, Costas afirmó, en un diplomático cuestionamiento, que "ese tema debe ser evaluado jurídicamente para ver si corresponde o no que el Parlamento se convierta en Constituyente".Curiosamente, el mismo argumento enarbolado inicialmente y luego abandonado por la presidenta oficialista de la Constituyente, Silvia Lazarte, y el jefe de la bancada del MAS en ese foro, Román Loayza, para cuestionar los "ajustes" introducidos por el Legislativo al texto constitucional.
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El Patagonico - Argentina/08/11/2008
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