José Saramago
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El día 22 de Julio de 2005, un ciudadano brasileño, Jean Charles de Menezes, de profesión electricista, fue asesinado en Londres, en una estación de metro, por agentes de la policía metropolitana que lo confundieron, dicen, con un terrorista. Entró en un vagón, se sentó tranquilamente, parece que incluso llegó a abrir el periódico gratuito que había recogido en la estación, cuando los policías irrumpieron y lo arrastraron hasta el andén. No lo detuvieron, no lo prendieron, lo derrumbaron violentamente y le dispararon diez balas, siete de ellas en la cabeza. Desde el primer día, Scotland Yard no hizo otra cosa que ponerle obstáculos a la investigación. No hube juicio. La fiscalía impidió que los policías fuesen incriminados y el juez le prohibió al jurado que pronunciara una sentencia condenatoria. Ya saben, si algún día se les presenta por delante una peluca blanca, de esas que aparecen en las películas, díganle al portador lo que las personas honestas piensan de estas justicias.
El día 22 de Julio de 2005, un ciudadano brasileño, Jean Charles de Menezes, de profesión electricista, fue asesinado en Londres, en una estación de metro, por agentes de la policía metropolitana que lo confundieron, dicen, con un terrorista. Entró en un vagón, se sentó tranquilamente, parece que incluso llegó a abrir el periódico gratuito que había recogido en la estación, cuando los policías irrumpieron y lo arrastraron hasta el andén. No lo detuvieron, no lo prendieron, lo derrumbaron violentamente y le dispararon diez balas, siete de ellas en la cabeza. Desde el primer día, Scotland Yard no hizo otra cosa que ponerle obstáculos a la investigación. No hube juicio. La fiscalía impidió que los policías fuesen incriminados y el juez le prohibió al jurado que pronunciara una sentencia condenatoria. Ya saben, si algún día se les presenta por delante una peluca blanca, de esas que aparecen en las películas, díganle al portador lo que las personas honestas piensan de estas justicias.
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El cuaderno de Saramago/26/02/2009
El cuaderno de Saramago/26/02/2009
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