En este artículo dos reputados historiadores económicos muestran que la economía mundial se está desplomando de modo muy parecido a como lo hiciera en la Gran Depresión. |
Más allá de la valoración política que hacen los autores sobre la calidad de las respuestas que están dando a la crisis los países del norte, la comparación estadística con la crisis del 30 aporta elementos muy importantes. (Nota de la Redacción de L. del S.)
Se compara a menudo –con la mirada puesta solamente en los EEUU— la Gran Depresión con la crisis actual, sosteniendo que la presente es más suave que la Gran Depresión. En este articulito, dos reputados historiadores económicos muestran, en cambio, que la economía mundial se está desplomando de modo harto parecido a como lo hiciera en la Gran Depresión. En realidad, la producción industrial mundial, el comercio y los mercados de valores se están hundiendo a una velocidad mayor que en 1929-30. Único aspecto positivo: la respuesta política dada hasta ahora a la crisis, y cuyos resultados están por ver, parece hasta ahora más contundente.
Los paralelos entre la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado y la presente Gran Recesión han sido ampliamente destacados. Paul Krugman ha comparado la caída de la producción industrial estadounidense en los puntos culminantes de mediados de 1929 y de finales de 2007, mostrando que esta vez ha sido más suave. Fundándose en eso, y con su característico humor negro, se refiere a la presente como una "Gran Depresión a medias". El gráfico de los "Four Bad Bears", que compara el índice Dow en 1929-30 con el S&P 500 en 2008-9 ha gozado también de amplia circulación (Short, 2009). Lo que muestra es que el mercado de valores está cayendo desde fines de 2007 tan rápidamente como en 1929-30.
Hay que comparar la Gran Depresión con el mundo entero de ahora, no sólo con los EEUU. Éste y otros comentarios que contrastan los dos episodios lo que hacen es comparar los EEUU de entonces con los de ahora. Sin embargo, eso arroja una imagen confundente. La Gran Depresión fue un fenómeno global. Aun si, en cierto sentido, se originó en los EEUU, se transmitió internacionalmente a través de los flujos comerciales, los flujos de capital y los precios de las mercancías. Dicho esto, se puede observar que afectó de forma distinta a los distintos países. Los EEUU no son una muestra representativa de las diversas experiencias.
Nuestra Gran Recesión es de todo punto global, a despecho de las primeras esperanzas de lograr el desacoplamiento de Asia y Europa. Hay consciencia creciente de que los acontecimientos se precipitan por derroteros cada vez peores fuera de los EEUU, con caídas cada vez más grandes de la producción manufacturera, de las exportaciones y de los precios de las acciones. En efecto, cuando miramos globalmente, como en el Cuadro 1, el declive de la producción industrial en los últimos nueve meses ha sido al menos tan grave como en los nueve meses que siguieron al pico de 1929. (Todos los gráficos incorporados a este artículo perfilan el comportamiento de las variables luego de los picos en la producción industrial mundial, que se dieron en junio de 1929 y en abril de 2008.) He aquí, pues, una primera ilustración de que una imagen global proporciona una perspectiva muy distinta y, ciertamente, más preocupante que la perspectiva centrada en el caso de los EEUU ofrecida por Krugman, la cual, según se observó antes, muestra un declive de la producción manufacturera que es hoy más pequeño que entonces
Cuadro 1: El output industrial mundial, entonces y ahora
Fuente: Eichengreen y O’Rourke (2009).
Análogamente, mientras que la caída del mercado de valores en los EEUU marcó 1929, los mercados de valores globales están cayendo ahora más rápidamente que en la Gran Depresión (Cuadro 2). También eso contradice a quienes, fundando sus comparaciones exclusivamente en el comportamiento del mercado estadounidense, sugieren que el actual crac no es más serio que el de 1929-30.
Cuadro 2. Los mercados de valores mundiales, entonces y ahora
Fuente: Global Financial Database.
Otro ámbito en el que estamos "rebasando" a nuestros ancestros es el de la destrucción del comercio. El comercio mundial está cayendo mucho más rápidamente ahora que en 1929-30 (Cuadro 3). Eso resulta muy alarmante, dada la importancia que la historiografía concede a la destrucción del comercio como uno de los ingredientes de la Gran Depresión.
Cuadro 3: El volumen del comercio mundial, entonces y ahora
Fuentes: League of Nations Monthly Bulletin of Statistics, http://www.cpb.nl/eng/research/sector2/data/trademonitor.html
No cabe duda: se trata de una Depresión
Resumiendo: globalmente, estamos en situación análoga, si no peor, que en la Gran Depresión, tanto si la métrica es la producción industrial, como si son las exportaciones o los valores de las acciones. Centrarse únicamente en los EEUU lleva a minimizar ese hecho alarmante. El rótulo de "Gran Recesión" podría terminar resultando demasiado optimista. Estamos ante un acontecimiento que tiene todas las dimensiones de una Depresión. Dicho esto, sólo llevamos un año inmersos en la presente crisis, mientras que luego de 1929 el mundo siguió encogiendo durante tres año seguidos más. Lo que importa ahora es que los encargados de tomar decisiones políticas logren frenar el declive. Vayamos, pues, a las respuestas políticas.
Las respuestas políticas: entonces y ahora
El Cuadro 4 muestra un promedio –ponderado con el PIB— de los tipos de interés de los bancos centrales de 7 países. Como puede verse, en ambas crisis transcurrió un lapso de cinco o seis meses antes de que los tipos de interés respondieran tras registrarse y quedar atrás el pico máximo, aun cuando en la presente crisis los tipos se han recortado más rápidamente y partiendo ya de niveles más bajos. Hay más cosas aquí que la diferencia entre George Harrison y Ben Bernanke. La respuesta de los bancos centrales ha diferido globalmente.
Cuadro 4: Tipos de interés de los bancos centrales, entonces y ahora (promedio de 7 países)
Fuentes: Bernanke y Mihov (2000); Banco de Inglaterra, Banco Central Europeo, Banco de Japón, St. Louis Fed, Banco Nacional de Polonia, Banco Central de Suecia.
El Cuadro 5 muestra la oferta monetaria para un promedio (ponderado con el PIB) de 19 países que representaban más de la mitad del PIB mundial en 2004. Claramente, la expansión monetaria fue más rápida en los preámbulos de la crisis de 2008 que en 1925-29, lo cual nos recuerda que los acontecimientos desencadenantes no fueron los mismos en los dos casos. Además, la oferta monetaria mundial siguió creciendo rápidamente en 2008, a diferencia de lo que ocurrió en 1929, en que se estancó, para luego experimentar un catastrófico encogimiento.
Cuadro 5: La oferta monetaria en 19 países, entonces y ahora
Fuentes: Bordo et al. (2001), IMF International Financial Statistics, OECD Monthly Economic Indicators.
El Cuadro 6 es una imagen análoga que representa la política fiscal, en este caso, de 24 países. La medida de entreguerras es el excedente fiscal como porcentaje del PIB. Los datos actuales incluyen los pronósticos del FMI (World Economic Outlook Update) para 2009 y 2010. Como puede apreciarse, los déficits fiscales se expandieron luego de 1929, pero sólo modestamente. Claramente, la actual disposición a aceptar déficits es considerablemente mayor.
Cuadro 6: Los excedentes en el presupuesto público, entonces y ahora
Fuentes: Bordo et al. (2001), IMF World Economic Outlook, Enero 2009.
Conclusión
En suma: el mundo está experimentando actualmente un shock de unas dimensiones de todo punto análogas a las del shock de 1929-30 experimentado durante la Gran Depresión. Limitarse a la observación de los EEUU es privarse de ver las alarmantes proporciones cobradas por la situación presente, incluso en comparación con 1929-30. La buena nueva, evidentemente, es que la respuesta política es muy distinta. La cuestión ahora es si esa respuesta política funcionará. Para la respuesta, estén atentos a la publicación de nuestro próximo artículo
Sin Permiso - Argentina/16/04/2009
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