-
El primer ministro, Biniamín Netanyahu, cree que el presidente de los EEUU, Barack Obama, quiere una confrontación con Israel, basándose en el discurso de Obama en El Cairo la semana pasada, comentaron fuentes cercanas al jefe del gobierno.
En su opinión, los norteamericanos creen que una polémica abierta con Israel permitiría a la administración de Obama lograr su principal objetivo, el de mejorar las relaciones de los EEUU con el mundo árabe, dicen sus ayudantes.
En su discurso, Obama pidió un "nuevo comienzo" en las relaciones entre Estados Unidos y el Islam, y habló largo y tendido sobre el conflicto árabe-israelí.
Exigió que Israel reconozca el derecho de los palestinos a un Estado y congelar la construcción en los asentamientos en Cisjordania.
Netanyahu se opone a una suspensión total de la construcción más allá de la Línea Verde y se trata del principal punto de desacuerdo con Washington.
El presidente de Likud sabe que Obama espera presentar su plan para la paz en el Oriente Medio el mes próximo. Teme que el presidente presentará posiciones que no serán fáciles de aceptar por parte de Israel, como una demanda para retirarse a las líneas del 4 de junio de 1967.
Estas líneas, antes de la Guerra de los Seis Días, se encuentran en la base tanto de la iniciativa de paz árabe y los anteriores intentos de presidentes norteamericanos.
Netanyahu informó a Obama de su intención de dar un discurso clave el próximo domingo, en el que esbozará su política para lograr la paz y la seguridad.
Obama se comprometió a seguir de cerca el mismo, y los dos "acordaron mantener un contacto continuo y abierto", destacó la Oficina del Primer Ministro.
Fuentes cercanas a Netanyahu comentaron que el jefe de la Casa Blanca, Rahm Emmanuel, y el asesor político, David Axelrod, están detrás de la política de conflicto entre Israel y la administración.
Israel dependió históricamente de la Casa Blanca para equilibrar el consenso de los funcionarios en los departamentos de Estado y Defensa, que por lo general se inclina hacia el lado árabe.
Funcionarios israelíes dicen que, en virtud de Obama, la Casa Blanca se ha convertido en el principal problema en las relaciones.
Jerusalén también está teniendo dificultades para recabar el apoyo del Congreso y la comunidad judía norteamericana en su demanda para continuar la ampliación de los asentamientos.
El ministro de Defensa, Ehud Barak, quien visitó Washington la semana pasada, detalló que la administración estadounidense no tiene ningún problema personal con Netanyahu y que los estadounidenses no tratan de socavar la coalición de Israel y derrocar al gobierno.
Barak declaró que la posición de Obama se guía por consideraciones estratégicas ya que se comprometió a retirarse de Irak, se está esforzando para poner fin a la guerra en Afganistán y apoya a los Estados árabes moderados
El primer ministro, Biniamín Netanyahu, cree que el presidente de los EEUU, Barack Obama, quiere una confrontación con Israel, basándose en el discurso de Obama en El Cairo la semana pasada, comentaron fuentes cercanas al jefe del gobierno.
En su opinión, los norteamericanos creen que una polémica abierta con Israel permitiría a la administración de Obama lograr su principal objetivo, el de mejorar las relaciones de los EEUU con el mundo árabe, dicen sus ayudantes.
En su discurso, Obama pidió un "nuevo comienzo" en las relaciones entre Estados Unidos y el Islam, y habló largo y tendido sobre el conflicto árabe-israelí.
Exigió que Israel reconozca el derecho de los palestinos a un Estado y congelar la construcción en los asentamientos en Cisjordania.
Netanyahu se opone a una suspensión total de la construcción más allá de la Línea Verde y se trata del principal punto de desacuerdo con Washington.
El presidente de Likud sabe que Obama espera presentar su plan para la paz en el Oriente Medio el mes próximo. Teme que el presidente presentará posiciones que no serán fáciles de aceptar por parte de Israel, como una demanda para retirarse a las líneas del 4 de junio de 1967.
Estas líneas, antes de la Guerra de los Seis Días, se encuentran en la base tanto de la iniciativa de paz árabe y los anteriores intentos de presidentes norteamericanos.
Netanyahu informó a Obama de su intención de dar un discurso clave el próximo domingo, en el que esbozará su política para lograr la paz y la seguridad.
Obama se comprometió a seguir de cerca el mismo, y los dos "acordaron mantener un contacto continuo y abierto", destacó la Oficina del Primer Ministro.
Fuentes cercanas a Netanyahu comentaron que el jefe de la Casa Blanca, Rahm Emmanuel, y el asesor político, David Axelrod, están detrás de la política de conflicto entre Israel y la administración.
Israel dependió históricamente de la Casa Blanca para equilibrar el consenso de los funcionarios en los departamentos de Estado y Defensa, que por lo general se inclina hacia el lado árabe.
Funcionarios israelíes dicen que, en virtud de Obama, la Casa Blanca se ha convertido en el principal problema en las relaciones.
Jerusalén también está teniendo dificultades para recabar el apoyo del Congreso y la comunidad judía norteamericana en su demanda para continuar la ampliación de los asentamientos.
El ministro de Defensa, Ehud Barak, quien visitó Washington la semana pasada, detalló que la administración estadounidense no tiene ningún problema personal con Netanyahu y que los estadounidenses no tratan de socavar la coalición de Israel y derrocar al gobierno.
Barak declaró que la posición de Obama se guía por consideraciones estratégicas ya que se comprometió a retirarse de Irak, se está esforzando para poner fin a la guerra en Afganistán y apoya a los Estados árabes moderados
-
Aurora - Israel/09/06/2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario