DENUNCIAN "ESPECULACIÓN"
-La ONU pidió medidas para restringir la compra de tierras por extranjeros.
-
El relator especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter, reclamó una regulación de esas operaciones "extremadamente peligrosas", para que no pongan en riesgo el abastecimiento alimentario de las poblaciones de países en vías de desarrollo.
El relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter, pidió hoy medidas para que los inversores extranjeros que compren tierras en un país en desarrollo no pongan en riesgo el abastecimiento alimentario de las poblaciones locales.
De Schutter destacó, en rueda de prensa, el creciente interés de las empresas por adquirir o arrendar terrenos agrícolas en naciones en desarrollo y más por la "especulación" tras la crisis alimentaria de 2008, que puso de manifiesto la escasez de materias primas.
Por esta razón, reclamó una regulación de esas operaciones, coincidiendo con la próxima cumbre de los líderes del G-8 en Italia, en julio, en la que podría entrar en la agenda una negociación sobre "inversiones responsables en la agricultura".
Según el relator de la ONU, en los últimos tres años entre 15 y 20 millones de hectáreas de tierras agrarias han sido objeto de transacciones que implican a compradores extranjeros, superficie similar al área agrícola de Francia y superior a la de España.
Entre los países más interesados en invertir figuran la India, China, Corea del Sur o Libia.
Los países a los que más acuden, dentro del África subsahariana, son Camerún, Etiopía, Congo, Madagascar, Mali, Somalia, Tanzania o Zambia.
De Schutter destacó que la compra de tierras en los países pobres puede ser "extremadamente peligrosa" e incrementar la dependencia de las poblaciones locales del mercado internacional.
No obstante, señaló que si se ejerciera de forma ética podría ser positiva, después de muchos años en los que hubo falta de interés en el mundo por invertir en la agricultura.
Entre las medidas propuestas, De Schutter señaló que es preferible que los inversores firmen contratos con las autoridades locales, en lugar de optar por comprar tierras.
En ellos, senaló, el inversor debería comprometerse a que una parte de la cosecha obtenida se venda en el país y que la producción agrícola no contribuya a encarecer el coste de los alimentos para las poblaciones más vulnerables.
Otra idea es garantizar apoyos específicos a los pequeños agricultores locales, condicionados a la situación de los precios.
De Schutter alertó sobre los problemas que supone que las empresas adquieran para dedicarlas a cultivos que se usarán como materias primas para biocarburantes, por las posibilidades de mercado que tienen "en la UE y de Estados Unidos".
La ONU insiste en que los Gobiernos y los inversores promuevan sistemas agrícolas que incrementen el empleo local -en lugar de otros mecanizados- y en dar prioridad a producciones más ecológicas, así como a la gestión sostenible del agua.
De Schutter ha admitido que en algunos de los países afectados los inversores deben cubrir el papel de algunos Gobiernos inestables, pero también ha citado casos como Senegal, donde se restringió la adquisición de tierras a compradores extranjeros.
El relator especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter, reclamó una regulación de esas operaciones "extremadamente peligrosas", para que no pongan en riesgo el abastecimiento alimentario de las poblaciones de países en vías de desarrollo.
El relator especial de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter, pidió hoy medidas para que los inversores extranjeros que compren tierras en un país en desarrollo no pongan en riesgo el abastecimiento alimentario de las poblaciones locales.
De Schutter destacó, en rueda de prensa, el creciente interés de las empresas por adquirir o arrendar terrenos agrícolas en naciones en desarrollo y más por la "especulación" tras la crisis alimentaria de 2008, que puso de manifiesto la escasez de materias primas.
Por esta razón, reclamó una regulación de esas operaciones, coincidiendo con la próxima cumbre de los líderes del G-8 en Italia, en julio, en la que podría entrar en la agenda una negociación sobre "inversiones responsables en la agricultura".
Según el relator de la ONU, en los últimos tres años entre 15 y 20 millones de hectáreas de tierras agrarias han sido objeto de transacciones que implican a compradores extranjeros, superficie similar al área agrícola de Francia y superior a la de España.
Entre los países más interesados en invertir figuran la India, China, Corea del Sur o Libia.
Los países a los que más acuden, dentro del África subsahariana, son Camerún, Etiopía, Congo, Madagascar, Mali, Somalia, Tanzania o Zambia.
De Schutter destacó que la compra de tierras en los países pobres puede ser "extremadamente peligrosa" e incrementar la dependencia de las poblaciones locales del mercado internacional.
No obstante, señaló que si se ejerciera de forma ética podría ser positiva, después de muchos años en los que hubo falta de interés en el mundo por invertir en la agricultura.
Entre las medidas propuestas, De Schutter señaló que es preferible que los inversores firmen contratos con las autoridades locales, en lugar de optar por comprar tierras.
En ellos, senaló, el inversor debería comprometerse a que una parte de la cosecha obtenida se venda en el país y que la producción agrícola no contribuya a encarecer el coste de los alimentos para las poblaciones más vulnerables.
Otra idea es garantizar apoyos específicos a los pequeños agricultores locales, condicionados a la situación de los precios.
De Schutter alertó sobre los problemas que supone que las empresas adquieran para dedicarlas a cultivos que se usarán como materias primas para biocarburantes, por las posibilidades de mercado que tienen "en la UE y de Estados Unidos".
La ONU insiste en que los Gobiernos y los inversores promuevan sistemas agrícolas que incrementen el empleo local -en lugar de otros mecanizados- y en dar prioridad a producciones más ecológicas, así como a la gestión sostenible del agua.
De Schutter ha admitido que en algunos de los países afectados los inversores deben cubrir el papel de algunos Gobiernos inestables, pero también ha citado casos como Senegal, donde se restringió la adquisición de tierras a compradores extranjeros.
-
El Argentino - Argentina/11/06/2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario