El presidente estadounidense, Barack Obama, saluda al viceprimer ministro, Wang Qishan, y al consejero de Estado chino, Dai Bingguo
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha dicho hoy que que las relaciones entre su país y China "moldearán el siglo XXI", por lo que ha abogado por una cooperación más profunda en materia económica, cambio climático y seguridad. El mandatario ha inaugurado en Washington el primer foro oficial entre ambos países desde que asumió el cargo, en el que se ha referido también a los derechos humanos, un asunto sensible por la represión de Pekín a las minorías étnicas de su territorio. "Ambos países creemos que la religión y la cultura de los pueblos deben ser respetadas. Eso incluye a las minorías étnicas y religiosas en China, tanto como a las minorías de los Estados Unidos", ha dicho Obama.
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Barack Obama
A FONDO
Nacimiento:
04-08-1961
Lugar:
Honolulu
La reunión, que se denomina Diálogo Estratégico y Económico entre EE UU y China, se celebrará hoy y mañana y estará liderada por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, y el secretario del Tesoro, Timothy Geithner, y del lado chino por el consejero de Estado Dai Bingguo y el viceprimer ministro, Wang Qishan. "La crisis actual ha servido para demostrar que las decisiones que tomamos en nuestras fronteras tienen su repercusión para la economía mundial -y esto es verdad no sólo para Nueva York y Seattle, sino también para Shanghai y Shenzhen", ha dicho Obama. "Por ello debemos comprometernos a reforzar la coordinación bilateral y multilateral".
Obama ha enfatizado en la necesidad de reforzar las relaciones económicas entre EE UU y China y en cómo los dos gigantes económicos deben trabajar juntos para ayudar a restaurar el crecimiento económico global. Ha dicho que EE UU y China pueden promover la estabilidad financiera a través de reformas que aporten mayor transparencia y supervisión, que respeten un comercio libre y justo y que busquen la conclusión de "una Ronda de Doha ambiciosa y equilibrada", en referencia a las conversaciones de liberación del comercio internacional.
"Ya que los estadounidenses ahorran más y los chinos pueden gastar más, podemos sentar las bases de un crecimiento común, porque al igual que China se ha beneficiado de las inversiones exteriores y de sus exportaciones, China puede ser un enorme mercado para los bienes de consumo estadounidenses".
En la reunión se espera que Washington presione a Pekín para que estimule el consumo doméstico y dependa menos de sus exportaciones. Los empresarios estadounidenses se quejan de falta de limpieza en la competición con sus competidores chinos. Otro asunto económico sensible es la queja de que Pekín devalúa deliberadamente su moneda para aminorar el precio de sus exportaciones. Al Gobierno chino le preocupa la depreciación del dólar ya que posee más de 800.000 millones de dólares en deuda pública estadounidense -562.000 millones de euros-. Pekín teme que el plan de estímulo de Obama avivará la inflación en EE UU, erosionando el valor del dólar y rebajando el valor de sus títulos estadounidenses.
Obama también ha trazado una agenda común para responder a la negativa de Corea del Norte de abandonar sus ensayos atómicos. "Estados Unidos y China deben continuar su colaboración para alcanzar la desnuclearización de la península coreana y dejarle claro a Corea del Norte que el camino hacia la seguridad y el respeto puede recorrerse mediante el cumplimiento de sus obligaciones".
El Pais - España/27/07/2009
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