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Por Ángel Guerra Cabrera
El derramamiento de sangre y los sufrimientos que los gorilas hacen caer sobre los hondureños podrían haberse ahorrado si Estados Unidos no hubiese adoptado una actitud ambigua y cada vez más complaciente ante el golpe de Estado. Obama reitera en Moscú que reconoce a Zelaya como único presidente legítimo y proclama que la potencia no toma en cuenta las diferencias políticas cuando los gobernantes han sido electos pero horas después, en abierta contradicción con el dicho de su jefe la Secretaria de Estado Clinton cantinflea ante la prensa con tal de no calificar el golpe por su nombre, habla por teléfono con el presidente gorila -un tácito reconocimiento-, anuncia el nombramiento como mediador de alguien de tan dudosa credibilidad como el presidente de Costa Rica Oscar Arias y menciona que este conducirá una negociación “entre las partes”. Mientras el presidente Manuel Zelaya puntualiza que no hay nada que negociar con los golpistas pues sería traicionar a sus principios y al pueblo que lo eligió y que el único objetivo de la mediación es planificar su salida del poder. "Leer más:..."
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inSurGente/Cuba Debate/10/07/2009
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