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Los grandes bancos hacen un festín con los dos billones (trillions) que les han dado, como adictos que vuelven al juego y de nuevo suben las apuestas; pero es que el dinero que no proviene de una actividad productiva es justo la causa del problema. Dar más dinero ilusionista aplaca el ansia, pero agrava el problema de colocarlo y genera más burbujas. Mientras, la tensión crece entre los muy ricos y quienes no tienen empleo, ni casa, ni ahorros. El problema es que el sistema dólar no tiene una economía real, para todos, que lo respalde.
¿Quien mueve la economía mundial ahora?
Hace años que la economía de Estados Unidos está estancada y que las manufacturas son cada vez menores en la estructura de su PIB. Peor aún, hay un Déficit Profundo en su clasificación industrial, porque son extranjeros casi todos los insumos de los productos norteamericanos finales[1]. Estados Unidos se des-industrializa y también los europeos y japoneses en algunos sectores (textiles, automotores, informática) en que ya no compiten.
La situación económica mundial esta cambiando y ya algunos habían anunciado la crisis presente como el inicio de un nuevo equilibrio[2]. Es un fenómeno anticipado por el crónico déficit fiscal y comercial de Estados Unidos, que continúa andando a crédito, gracias a su condición de principal mercado de exportación de casi todos los países. Emmanuel Todd, dice de eso que es “comportamiento talmente mágico que algunos economistas han deducido que el rol económico mundial de Estados Unidos no es más el de producir, como las otras naciones, bienes, sino moneda.”[3]
La dependencia mundial de los Estados Unidos como comprador esta cambiando y es lo más trascendente que sucede en las relaciones económicas internacionales. China remplazó este año a Estados Unidos como el principal mercado de países importantes, como Brasil. En otros – como Rusia- el euro, el oro y el yuan van remplazando al dólar en sus reservas.
Ahora se culpa a China por el déficit comercial norteamericano y sus consecuencias, pero no es cierto. Es verdad que la participación china en las importaciones estadounidenses crece, pero no es que desplace a una producción norteamericana; lo que ahora Estados Unidos importa de China, lo importaba antes de otros países. Es un déficit comercial estructural que viene desde el siglo XIX y no disminuirá con la crisis: en abril 2009 fue de 29, 2 millardos.
El ocaso de Estados Unidos y su modelo
La política básica en las grandes empresas de Estados Unidos es como la matriz de la globalización: a) maximizar las ganancias con fábricas en el extranjero o importar partes para evitar el costo de empleados y proveedores nacionales. b) bajar aranceles para no gravar las ganancias de las empresas que importan sus propios productos. c) estimular sin descanso el consumo inmediato – adentro y afuera- para vender más y ganar más. d) apoyar y subsidiar esas políticas en todo el mundo. Son políticas que no toman en cuenta el ingreso del consumidor y se ocupan sólo de la ganancia de empresas que ya son apátridas.
Esa política destruyó el ahorro, redujo la infraestructura industrial y provocó una desocupación. Esos desempleados dejaron su área de competencia y fueron absorbidos, en condiciones precarias, por empresas de servicios. Se hablo entonces de una sociedad post-industrial como si fuera un progreso; total, los servicios son intangibles y algo nebulosos, muchos no requieren conocimientos, basta poder vender algo, como “productos” financieros.
La crisis real no son los millones de millones (trillions) en valores que se hicieron humo. Esas eran cifras aparentes: cotizaciones en bolsa, trampas contables o pirámides financieras, que son las ganancias típicas del sistema. La crisis real es el creciente desempleo y el empleo precario; la del norteamericano abrumado por deudas, que ya no puede comprar más y perderá su casa. Los ricos estafadores de Wall Street y Londres están bien y todo el mundo político se ocupa de su prosperidad, pero los ricos no bastan para mantener el nivel de consumo.
La baja del consumo implica disminución de importaciones. El gran mercado de Estados Unidos, cuyo encanto sedujo con TLCs a los gobernantes de algunos países latinoamericanos y a otros tontos más lejanos, no existe más; se perdió apostándole a la “Economía de la Oferta”, en el Casino Financiero de Wall Street.
Convivencia y transición
Los grandes bancos hacen un festín con los dos billones (trillions) que les han dado, como adictos que vuelven al juego y de nuevo suben las apuestas; pero es que el dinero que no proviene de una actividad productiva es justo la causa del problema. Dar más dinero ilusionista aplaca el ansia, pero agrava el problema de colocarlo y genera más burbujas. Mientras, la tensión crece entre los muy ricos y quienes no tienen empleo, ni casa, ni ahorros. El problema es que el sistema dólar no tiene una economía real, para todos, que lo respalde.
¿Quien mueve la economía mundial ahora?
Hace años que la economía de Estados Unidos está estancada y que las manufacturas son cada vez menores en la estructura de su PIB. Peor aún, hay un Déficit Profundo en su clasificación industrial, porque son extranjeros casi todos los insumos de los productos norteamericanos finales[1]. Estados Unidos se des-industrializa y también los europeos y japoneses en algunos sectores (textiles, automotores, informática) en que ya no compiten.
La situación económica mundial esta cambiando y ya algunos habían anunciado la crisis presente como el inicio de un nuevo equilibrio[2]. Es un fenómeno anticipado por el crónico déficit fiscal y comercial de Estados Unidos, que continúa andando a crédito, gracias a su condición de principal mercado de exportación de casi todos los países. Emmanuel Todd, dice de eso que es “comportamiento talmente mágico que algunos economistas han deducido que el rol económico mundial de Estados Unidos no es más el de producir, como las otras naciones, bienes, sino moneda.”[3]
La dependencia mundial de los Estados Unidos como comprador esta cambiando y es lo más trascendente que sucede en las relaciones económicas internacionales. China remplazó este año a Estados Unidos como el principal mercado de países importantes, como Brasil. En otros – como Rusia- el euro, el oro y el yuan van remplazando al dólar en sus reservas.
Ahora se culpa a China por el déficit comercial norteamericano y sus consecuencias, pero no es cierto. Es verdad que la participación china en las importaciones estadounidenses crece, pero no es que desplace a una producción norteamericana; lo que ahora Estados Unidos importa de China, lo importaba antes de otros países. Es un déficit comercial estructural que viene desde el siglo XIX y no disminuirá con la crisis: en abril 2009 fue de 29, 2 millardos.
El ocaso de Estados Unidos y su modelo
La política básica en las grandes empresas de Estados Unidos es como la matriz de la globalización: a) maximizar las ganancias con fábricas en el extranjero o importar partes para evitar el costo de empleados y proveedores nacionales. b) bajar aranceles para no gravar las ganancias de las empresas que importan sus propios productos. c) estimular sin descanso el consumo inmediato – adentro y afuera- para vender más y ganar más. d) apoyar y subsidiar esas políticas en todo el mundo. Son políticas que no toman en cuenta el ingreso del consumidor y se ocupan sólo de la ganancia de empresas que ya son apátridas.
Esa política destruyó el ahorro, redujo la infraestructura industrial y provocó una desocupación. Esos desempleados dejaron su área de competencia y fueron absorbidos, en condiciones precarias, por empresas de servicios. Se hablo entonces de una sociedad post-industrial como si fuera un progreso; total, los servicios son intangibles y algo nebulosos, muchos no requieren conocimientos, basta poder vender algo, como “productos” financieros.
La crisis real no son los millones de millones (trillions) en valores que se hicieron humo. Esas eran cifras aparentes: cotizaciones en bolsa, trampas contables o pirámides financieras, que son las ganancias típicas del sistema. La crisis real es el creciente desempleo y el empleo precario; la del norteamericano abrumado por deudas, que ya no puede comprar más y perderá su casa. Los ricos estafadores de Wall Street y Londres están bien y todo el mundo político se ocupa de su prosperidad, pero los ricos no bastan para mantener el nivel de consumo.
La baja del consumo implica disminución de importaciones. El gran mercado de Estados Unidos, cuyo encanto sedujo con TLCs a los gobernantes de algunos países latinoamericanos y a otros tontos más lejanos, no existe más; se perdió apostándole a la “Economía de la Oferta”, en el Casino Financiero de Wall Street.
Convivencia y transición
Uno, es el llamado Sistema Dólar, personificado por el G-7. Sus rasgos distintivos son: a) colocaciones financieras riesgosas; b) alto porcentaje deuda pública con respecto al PIB, que contrae la economía; c) reservas decrecientes por desequilibrios en la balanza de pagos; d) exportación de actividades productivas, lo que crea desocupación e inestabilidad laboral; e) servicios como eje principal de su economía; f) agricultura subsidiada. Su gran ventaja es que los años de prosperidad desarrollaron una excelente infraestructura física y tecnológica; eso hace posible que un vuelco hacia políticas de empleo y seguridad social impulse una recuperación económica.
El otro mundo son las llamadas economías emergentes. Países que, con la experiencia de los años 80 y de las recetas austeras del FMI y el Banco Mundial, son cautos con sus finanzas. Sus rasgos son: a) bajo porcentaje de deuda pública con respecto al PIB; b) crecimiento económico interno y una competitividad exportadora; c) aumento de reservas; d) importación de empleo; e) industria manufacturera como base económica; f) agricultura eficiente. Su nivel tecnológico es bueno y tiende a ser mejor, la infraestructura es menos desarrollada y hay grandes diferencias entre ellos, los salarios son bajos y desiguales. Su gran ventaja es demográfica.
Los nuevos protagonistas
En 2007, antes de la crisis, los países desarrollados crecieron muy poco: en promedio, 1.8%. Quienes crecían eran los países en desarrollo o emergentes: Argentina 8,5%, China 11,4%, India 9,4%, Rusia 8.1% y ninguna de esos países se rige por las predicas del FMI, del banco Mundial o por los difusos papeles que se escriban en Washington o Londres.
En enero 2009, en el tradicional “Foro Económico Mundial” de Davos hubo nuevos actores y señales claras de lo que está por venir. El Primer Ministro chino Wen Jiabao y el Primer Ministro ruso Vladimir Putin mostraron que sus dos países deben ser tomados muy en cuenta. Putin se burlo de los representantes de Estados Unidos, que el año pasado, allí mismo, se jactaron de la “estabilidad fundamental y prospectos sin nubes” de su economía y señalo que “los bancos de inversión, orgullo de Wall Street, han cesado virtualmente de existir”. Wan critico las políticas macroeconómicas de “algunos países” y dijo que era insostenible un modelo económico “caracterizado por una prolongada baja del ahorro y el alto consumo” y por la “ciega persecución de la ganancia y la falta de autodisciplina”.
El FMI presento una revisión a la baja de sus predicciones, donde China tenía un crecimiento del 6%. Wan corrigió esa cifra y afirmó que China estimaba que, trabajando, podía tener un crecimiento del 8%, en 2009. Las cifras de junio 2009 confirman la predicción de Wan.
El Presidente ruso Dmitry Medvedev, criticó el rescate económico del Presidente Obama que mantendría un déficit de un billón (trillion) de dólares. Eso significa – dijo- que la liquidez mundial sería absorbida con Bonos del Tesoro de Estados Unidos. Es algo muy egoísta y un modo de proteccionismo, dijo su asistente Igor Yurgens. No parece que Rusia o China estén inclinados a comprar muchos más bonos del inexistente tesoro americano.
El 15 de junio, 2009, se reunió la Organización de Shanghai para la Cooperación, en Yekaterimburgo. El grupo Shanghai tiene declarados objetivos económicos pero también elementos de defensa, lo integran Russia, China y cuatro vecinos de Asia Central: Kazakhstan, Kyrgyzstan, Tajikistan y Uzbekistan. Como observadores participan Irán, India, Belorusia y Siri Lanka. China ofreció 10 millardos a cada uno para que amortigüen la crisis e invertirá el equivalente a $550 millardos en obras internas de infraestructura, para compensar la merma de sus exportaciones y movilizar los recursos de la región.
Un rasgo muy destacado es que durante la reunión del grupo Shanghai hubo otra paralela de los presidentes de los países apodados BRIC, que son las iniciales de Brasil, Rusia, India y China. Lo tratado por los del BRIC en Yekaterimburgo fue discreto y negaron a Estados Unidos el acceso como observador, pero se sabe que estudiaron como prescindir del dólar en sus intercambios comerciales.
El FMI presento una revisión a la baja de sus predicciones, donde China tenía un crecimiento del 6%. Wan corrigió esa cifra y afirmó que China estimaba que, trabajando, podía tener un crecimiento del 8%, en 2009. Las cifras de junio 2009 confirman la predicción de Wan.
El Presidente ruso Dmitry Medvedev, criticó el rescate económico del Presidente Obama que mantendría un déficit de un billón (trillion) de dólares. Eso significa – dijo- que la liquidez mundial sería absorbida con Bonos del Tesoro de Estados Unidos. Es algo muy egoísta y un modo de proteccionismo, dijo su asistente Igor Yurgens. No parece que Rusia o China estén inclinados a comprar muchos más bonos del inexistente tesoro americano.
El 15 de junio, 2009, se reunió la Organización de Shanghai para la Cooperación, en Yekaterimburgo. El grupo Shanghai tiene declarados objetivos económicos pero también elementos de defensa, lo integran Russia, China y cuatro vecinos de Asia Central: Kazakhstan, Kyrgyzstan, Tajikistan y Uzbekistan. Como observadores participan Irán, India, Belorusia y Siri Lanka. China ofreció 10 millardos a cada uno para que amortigüen la crisis e invertirá el equivalente a $550 millardos en obras internas de infraestructura, para compensar la merma de sus exportaciones y movilizar los recursos de la región.
Un rasgo muy destacado es que durante la reunión del grupo Shanghai hubo otra paralela de los presidentes de los países apodados BRIC, que son las iniciales de Brasil, Rusia, India y China. Lo tratado por los del BRIC en Yekaterimburgo fue discreto y negaron a Estados Unidos el acceso como observador, pero se sabe que estudiaron como prescindir del dólar en sus intercambios comerciales.
El nombre de BRICS se lo dio un reporte de Goldman Sachs, en 2001, sobre los países de gran crecimiento económico. El reporte les asignó un gran papel en la economía mundial para el año 2050. China e India serían los productores de bienes y Brasil y Rusia la fuente de materias primas. Una percepción que no confirman los hechos.
Las cosas pasan más rápido y menos coloniales. Brasil y Rusia son ya dos potencias industriales y tecnológicas, aunque en áreas distintas. La importancia mundial de los cuatro es obvia. El aporte de China al Producto Mundial Bruto – PMB- subió de 3.5% en 1999 al 8.8% en 2009. Se estima que, en 2009,los otros aportarían: Brasil 2,3%; Rusia 2,1%; India 2,2%. Son cifras del Financial Times y una base mínima, pero el aporte verdadero de los países a la economía mundial debe tomar en cuenta otros factores.
En primer lugar, un PMB enunciado en dólares lo refiere al costo de vida en Estados Unidos, sin lugar para la paridad con el costo de vida en otros países. El aporte debe calcularse en base a productos y prestaciones, no al valor de cambio. Una vaca cuesta más en Alemania que en Argentina, así, un mismo número de vacas idénticas aportara más al PIB de Alemania que al de Argentina, pero los argentinos comen mejor. El actual cálculo del PMB da más peso a los países con más inflación. Otro asunto es que con la baja del aporte de unos, aumenta el aporte participativo de otros. Estados Unidos sumó al PIB ganancias en bolsa y servicios financieros hechas humo. ¿ Es que se van a restar? ¿Es que la dádiva de 2 billones (trillions) a los bancos se suma a su PIB y al PMB? ¡La única supremacía indudable de Estados Unidos es militar!
…¿Afganistán, Irak? … Napoleón dijo “El dinero hace la guerra”; con menos dinero seguro que habrá más paz.
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*Umberto Mazzei es doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Florencia. Ha sido profesor en temas económicos internacionales en universidades de Colombia, Venezuela y Guatemala. Es Director del Instituto de Relaciones Económicas Internacionales en Ginebra. http://www.ventanaglobal.info/
Las cosas pasan más rápido y menos coloniales. Brasil y Rusia son ya dos potencias industriales y tecnológicas, aunque en áreas distintas. La importancia mundial de los cuatro es obvia. El aporte de China al Producto Mundial Bruto – PMB- subió de 3.5% en 1999 al 8.8% en 2009. Se estima que, en 2009,los otros aportarían: Brasil 2,3%; Rusia 2,1%; India 2,2%. Son cifras del Financial Times y una base mínima, pero el aporte verdadero de los países a la economía mundial debe tomar en cuenta otros factores.
En primer lugar, un PMB enunciado en dólares lo refiere al costo de vida en Estados Unidos, sin lugar para la paridad con el costo de vida en otros países. El aporte debe calcularse en base a productos y prestaciones, no al valor de cambio. Una vaca cuesta más en Alemania que en Argentina, así, un mismo número de vacas idénticas aportara más al PIB de Alemania que al de Argentina, pero los argentinos comen mejor. El actual cálculo del PMB da más peso a los países con más inflación. Otro asunto es que con la baja del aporte de unos, aumenta el aporte participativo de otros. Estados Unidos sumó al PIB ganancias en bolsa y servicios financieros hechas humo. ¿ Es que se van a restar? ¿Es que la dádiva de 2 billones (trillions) a los bancos se suma a su PIB y al PMB? ¡La única supremacía indudable de Estados Unidos es militar!
…¿Afganistán, Irak? … Napoleón dijo “El dinero hace la guerra”; con menos dinero seguro que habrá más paz.
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*Umberto Mazzei es doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Florencia. Ha sido profesor en temas económicos internacionales en universidades de Colombia, Venezuela y Guatemala. Es Director del Instituto de Relaciones Económicas Internacionales en Ginebra. http://www.ventanaglobal.info/
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[1] Alan Tonelson: Frightening Tales of the Deep Deficit, 14/09/2005
[2] Chalmers Johnson, Clyde Prestowitz, Emmanuel Todd, Ellen Hodgson, James Petras, Henry Veltmeyer, Michael Mann, Michael Ruppert, Roger Lowenstein, son algunos. Todd anticipó también la implosión de la Unión Soviética.
[3] Emmanuel Todd : Après l’Empire, Gallimard, pag. 106
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[2] Chalmers Johnson, Clyde Prestowitz, Emmanuel Todd, Ellen Hodgson, James Petras, Henry Veltmeyer, Michael Mann, Michael Ruppert, Roger Lowenstein, son algunos. Todd anticipó también la implosión de la Unión Soviética.
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ALAI/31/07/2009
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