El crimen de ser violada
“Qué no diera uno por ese distanciamiento, esa ausencia de énfasis que hacen al texto más creíble, como en la literatura situada bajo la advocación de Franz Kafka, pongamos por caso. Pero como uno es un simple mortal, lleno de tics, rictus mentales y hasta de cierta neurosis, a veces encabritada, no atina más que a implicarse en lo que escribe, con el riesgo de que se descubra incluso que uno ha llorado. Uno ha llorado, verdad que asordinada, parcamente, por Asha Ibrahim Dhuhulow, somalí de 14 años lapidada en público, a fines de 2008(…)”.
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inSurGente/29/08/2009
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