3/8/09

TRADICIONES QUE SE INVENTAN, DISCURSOS QUE SE ROBAN

Leer a Eric Hobsbawm además de representar un placer, es esclarecedor no sólo en temas históricos sino en las formas.
Las tradiciones a veces parecen ser viejas, profundas, fundantes. Pero no lo son. Se las hace aparecer como tales pero son inventadas, construidas y burocráticamente instituidas, comunicadas y ejercitadas. Pero, ¿para qué inventar tradiciones sería la pregunta en este caso (porque puede haber muchas otras preguntas mas que podría plantear)?
Plantear, crear, instituir una tradición imlica una referencia en el tiempo y el espacio, un anclaje para fijar el motor -porque una tradición no excluye un cambio hasta ciero punto-; implica tambien la creación de un universo de simbolos, rituales, órdenes que se planifican, y otros que se agregan para dar sustento. ¿Para qué? para institucionalizar propósitos, para lograr cohesión social o de pertenencia a grupos, legitimarse y legitimar sistemas de valores.
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LAS TRADICIONES DE LOS GRUPOS.
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El sector cuya foto aparece al principio, especifica claramente mediante el universo simbólico que ronda la tradición que se ha inventado. Veamos:
- botas de cuero, ponchos,pañuelo al cuello, bombachas y sombreros "tipicos" de uso en zonas rurales por los "gauchos" (estereotipo que se muestra para la . Vamos, que en el barro se utilizan botas de goma, los jeans o la ropa de trabajo común reemplazan a una vestimenta que, ES parte de la tradición sólo porque en la ciudad nadie viste de ese modo.
- Presencia de la banda militar para la apertura: otro símbolo que carga de contenido a la noción de "campo" que tanto gusta a algunos medios. Fue la conquista del desierto una misión más que privada, estatal, en manos de la fuerza militar de un Estado funcional a los intereses de los ganaderos bonaerenses.
- Símbolos siempre presentes con el unívoco sentido de legitimar, cohesionar: desde el discurso -adecuadamente diseñado- la invocación a la Patria, pero desde las formas, entonar las estrofas del Himno Nacional y la bandera nacional.

Pero a la invención de esta tradición se sumó:
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- en un clarísimo acto político, en que Biolcatti (el mismo que "bromeaba" con el golpista del onganiato, Mariano Grondona, sobre la continuidad o no del gobierno de Cristina Fernandez; el mismo que entona un himno levantando el brazo derecho al mejor estilo fascista), remite a tiempos de José ALfredo Martínez de HOz (el descendiente de aquél que invocó hace pocos días atrás Llambías, otro que también levanta el brazo derecho para sus entonaciones) cuando afirma que quejándo de un "Estado predador e insaciable".

- Amenaza, en ese mismo acto: "A los que cultivan el maltrato al campo y sus productores, y a continuación desliza partes de la tradición inventada desde los tiempos de la "conquista del desierto: "les decimos que el campo argentino ha dejado de ser la mansa vaca lechera que se deja ordeñar para cubrir el costo de la ineficiencia y las políticas equivocadas". Las políticas que se alejaron del modelo capitalista. Las que llevaron al mundo a la crisis actual. La que les llenaba los bolsillos y no les pedía retenciones (como cuando Menem cerraba ramales de los ferrocarriles dejando a miles sin trabajo, pero eliminaba las retenciones al agro -CLARIN 17 de marzo de 1991).

- Se suman, porque forman parte del universo de la "tradición rural", dirigentes cuya afinidad ideológica es clara y, por momentos, van mostrando "la hilacha" del país que quieren. Estaban presentes el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, y el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá. Tambien Ricardo Lopez Murphy, Patricia Bullrich... entre otros "notables". No estuvo, pero envió un mensaje Julio Cobos, en el que el vicepresidente tildó de "justos" a los reclamos del sector agropecuario.

- Y el titular de la Rural agregó a la tradición inventada, un nuevo recurso que ha robado a los grupos progresistas, a los gobiernos peronistas, al pueblo, es decir: a todo lo que ellos combatieron sistemáticamente apoyando golpes de Estado y dictaduras. Biolcatti intenta apropiarse de un discurso social recordando "a los patriotas que murieron en la pobreza sin tener que presentar declaraciones juradas" (¿qué es patriota en el universo biolcatti?).

Pero decir que "no hay patria sin equidad, sin justicia, sin seguridad", hablar del trabajo y la pobreza ninguneando la cantidad que el Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores declara casi 1,3 millón de personas ocupadas en el campo de los que apenas un cuarto de ese total, alrededor de 325 mil, tiene salarios en blanco; que se les paga con comida y viviendas precarias en el área de la producción; que la mano de obra rural es la peor paga, la que enfrenta pésimas condiciones laborales y la más explotada en uno de los mejores períodos históricos de la actividad agropecuaria. Esto es parte de la tradición inventada anterior: una bien arraigada hipocresía patricia, con un acompañamiento para nada ingenuo de la mayoría de los medios de comunicación de raíz conservadora.
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