5/10/09

ESCARBANDO en LQ Somos

Presupuestos: exprimir a los trabajadores para engordar a los bancos y a los grandes capitalistas
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portada_026_2009En el proyecto de Presupuestos Generales del Estado presentados por el gobierno español, Zapatero se quita definitivamente la máscara “social” y “progresista” y desvela definitivamente su alma de defensor a ultranza de los intereses de la oligarquía financiera española. Aún reconociendo que un gobierno del PP podría suponer medidas aún más duras, como el despido libre gratis y arbitrario, poca diferencia hay entre unos y otros.

Tras haber llevado las arcas públicas a un endeudamiento del 53,4% del Producto Interior Bruto (PIB) previsto para finales de 2009 (en 2008 fue del 37% ), con un déficit público del 10%, y ante las presiones monetaristas de la Unión Europea, al gobierno español le han entrado las ansias recaudatorias.

Lo que no se dice es que esa deuda se debe fundamentalmente a las enormes cantidades destinadas a sanear los bancos, que rondan los 340.000 millones de euros. Este salvaje saqueo de las arcas públicas, en creciente aumento, no se cuestiona por nadie, aunque lleve el endeudamiento del Estado al 62,5% del PIB, tal y como prevén los Presupuestos presentados.
Unos presupuestos cuyo objetivo reconocido es ingresar 10.950 millones de euros más en impuestos, apenas un 1% del PIB. De esa cantidad, solo 6.500 millones se recaudarán en 2010, puesto que la subida se aplicará a partir del 1 julio, “cuando la recuperación económica ya haya comenzado”, en palabras de la ministra Salgado. Sin razones objetivas para tal derroche de optimismo, la profecía (más bien los deseos) del gobierno Zapatero es que la economía comience a crecer a partir del segundo trimestre de 2010.

Pero difícilmente va a crecer la economía en el Estado español cuando el propio gobierno boicotea el consumo, cuyo retraimiento está en la base de la recesión. Estos Presupuestos suponen retraerlo aún más.

Junto a la supresión del recorte de 400 euros en la base imponible del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), lo que supone 5.700 millones de euros, que fue una promesa electoralista de los comicios de 2008, los impuestos indirectos (que pagamos independientemente de nuestro nivel de ingresos) se incrementarán un 11%. El tipo general del IVA, que está en el 16%, pasa al 18%. El reducido del 7% sube al 8%, mientras que el superreducido, que grava algunos productos básicos, se mantiene en el 4%.

Falta saber como afectará esta subida al IGIC canario (equivalente en la colonia al IVA europeo), y hasta que punto el gobierno de la Comunidad Autónoma Canaria (CAC) seguirá el ejemplo del gobierno de la metrópoli.

Lo que no se toca es el IRPF. Ni se disminuye a los salarios más bajos, ni se incrementa a las rentas más altas. Y eso que los impuestos directos como éste suponen cierto grado de proporcionalidad entre lo que se gana y lo que se paga al Estado. Miente el gobierno Zapatero cuando se presenta como “justiciero” haciendo pagar más a los que más tienen.

Y miente aún más cuando dice que el incremento de impuestos va dirigido a mantener el gasto social. En primer lugar porque, como hemos señalado, se trata de cubrir fundamentalmente el agujero destinado a que los bancos sigan repartiendo fabulosos beneficios. Y en segundo lugar porque ellos mismos presupuestan para 2010 un recorte del gasto social del 3,9%.

En lo que se refiere a las “rentas del capital” (en realidad, las rentas del ahorro), los intereses por el dinero que tengamos en los bancos y cajas sufrirán un incremento en la tributación de un 1%. La subida será algo más pronunciada (3%), para quienes declaren rendimientos superiores a los 6.000 euros. Con ello, el Gobierno prevé recaudar 5.100 millones más, de los que sólo 430 procederán de quienes obtengan réditos de capital superiores a 90.000.

Lo que no se tocan son las disparatadas ventajas fiscales que gozan las llamadas Sociedades de Inversión Mobiliaria de Capital Variable (Sicav), que gozan de una ventajosa tributación del 1%. Es en estas Sicav donde se refugian las grandes fortunas del capitalismo español, a las que no hay que “molestar”.

En los últimos cinco años, las 3.369 empresas de ese tipo pagaron apenas 56,6 millones de euros por el Impuesto de Sociedades, después de haber obtenido 8.068,6 millones de beneficios y de acumular un patrimonio medio por encima de los 26.000 millones.

Sólo en 2008, y en plena crisis, obtuvieron unas ganancias de 190 millones de euros (datos del tercer trimestre), por los que pagaron 1,7 millones. En ese periodo las rentas de trabajo, que suponen el 80% del IRPF, aportaron a las arcas públicas 71.341 millones de euros. Las empresas no Sicav abonaron 27.301 millones, mientras que los impuestos sobre el consumo -IVA y especiales- alcanzaron los 67.591 millones.

Las Sicav fueron un invento del primer gobierno de Felipe González en 1985, con Miguel Boyer de ministro de Economía, con la excusa de que se hacía para que los grandes capitalistas españoles no buscaran otros refugios en el exterior. Igualmente se crearon unos pagarés opacos al portador, los “afros”, para que esos grandes oligarcas pudieran blanquear dinero con toda impunidad. En 1992, con Solchaga de ministro de economía, se regularizó este dinero negro con otra amnistía fiscal. Ni Aznar ni Zapatero han querido tocar lo más mínimo los privilegios cuasi feudales de las Sicav.

En definitiva, unos Presupuestos del Estado diseñados para que los trabajadores, que no hemos provocado la recesión económica ni nos habíamos beneficiado de los fabulosos beneficios previos a la crisis, seamos los que paguemos de nuestros escasos salarios el nivel de beneficios y el tren de vida de los capitalistas. Eso sí, Zapatero tiene la desfachatez de seguir llamándose “socialista” y “defensor de los débiles”.

Frente a esta creciente agresión a los trabajadores, es inaplazable la puesta en funcionamiento de una amplia Plataforma contra la Crisis y el Paro, que genere los cauces para la movilización popular. No nos cansaremos en insistir en este punto.
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LQSomos/05/10/2009

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