La lucha por una democracia de nuevo tipo y la superación del sectarismo |
- Los marxistas somos anticapitalistas. Luchamos, pues, por realizar el socialismo y el comunismo. Pero la liquidación definitiva del capitalismo no es un objetivo al alcance de la mano en la presente coyuntura. Por otra parte hay otras fuerzas sociales, además de la clase obrera y las restantes clases trabajadoras, interesadas en mayor o menor grado en poner fin al poder detentado por la burguesía monopolista española y en acabar con las injerencias imperialistas. Esto nos puede permitir luchar por una democracia de nuevo tipo que materialice los intereses comunes del proletariado con todas las demás clases sociales y capas sociales opuestas al actual dominio de la burguesía monopolista y a las intromisiones del imperialismo y de las grandes potencias. Los mayores problemas que afectan al pueblo en todas las nacionalidades del Estado español sólo pueden resolverse bajo este nuevo poder que representará a la inmensa mayoría de la población. Esta democracia de nuevo tipo es, asimismo, la única vía para realizar una serie de transformaciones profundas con los mínimos costes económicos y sociales y para avanzar paulatinamente hacia el socialismo. La lucha por conquistar esa democracia recorrerá previsiblemente un camino complicado, en donde pueden sucederse situaciones como la de hoy en día, de democracia burguesa, con otras de represión y violencia abierta contra el pueblo y de agresión exterior. Sea como sea, la primera condición para que esta lucha desemboque en un cambio real de poder reside en que la clase obrera llegue a desempeñar un papel dirigente y vaya consiguiendo victorias parciales sobre los mayores enemigos del pueblo, tanto si se dan situaciones pacíficas como violentas. La presente democracia sólo ha dado satisfacción parcial a las demandas democráticas, debido a que el poder fundamental del Estado segue en las mismas manos que lo tenían bajo el franquismo, o sea, en las de la burguesía monopolista. Dadas estas circunstancias, las siguientes tareas, relacionadas entre sí, concretan hoy la lucha por una democracia de nuevo tipo. *Luchar por unas mejores condiciones de vida para las clase obrera y las otras clases trabajadoras. *Defender y ampliar las libertades, así como los derechos de las nacionalidades minoritarias, frente a los reaccionarios. *Oponerse a la dependencia de España respecto de los EE.UU. y prevenir los manejos de otras grandes potencias aquí. *Cooperar con las fuerzas obreras y progresistas del resto del mundo y contribuir a la defensa de la paz mundial. En estos momentos, la debilidad del movimiento obrero y el retroceso de la influencia del marxismo en España son problemas muy serios que debilitan las conquistas democráticas, perjudican una defensa eficaz de las deterioradas condiciones de vida de las clases trabajadoras e impiden que exista una cooperación estable entre las diferentes fuerzas progresistas. Por ellos, es necesaria la más estrecha colaboración entre las organizaciones políticas y sindicales de la clase obrera en defensa de sus intereses económico-sociales más inmediatos y de los demás objetivos antes señalados, así como la unidad de acción que se pueda dar entre estas organizaciones y otras fuerzas progresistas alrededor de tales objetivos políticos. La acción conjunta de los marxistas es indispensable para agrupar a todas las organizaciones y sectores activos de la clase obrera y lograr eventuales alianzas con otras fuerzas progresistas. Además, esa acción conjunta a partir de los problemas más candentes para el pueblo, puede ser la base de una labor amplia, encaminada a mejorar la influencia del marxismo en la sociedad española y despejar las dificultades existentes para avanzar con garantías hacia la unidad política y organizativa del proletariado. Las actitudes sectarias que han predominado en varios momentos entre los marxistas en España, son, en la presente situación, doblemente nefastas. Practicando la unidad de acción, las divergencias ideológicas y políticas existentes pueden superarse paulatinamente si se persiste en poner el acento en los puntos de coincidencia, desarrollar el espíritu autocrítico y valorar por el rasero de la práctica los resultados de las distintas políticas y concepciones. - LQSomos/27/10/2009 |
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