El movimiento revolucionario salvadoreño
-
En la década de los sesenta el secretario general del PCS renuncia a la secretaría porque entendió que para llevar a cabo la lucha revolucionaria en el país, con los comunistas, sería imposible. Se había dado cuenta que las propuestas políticas que hacía el PCS eran solamente reformas y negociaciones con la burguesía. Evitaban a toda costa el “enfrentamiento” político y social de clase, la dialéctica para ellos era solamente una palabra, pero sin contenido, y eso lo entendió muy bien. El Partido Comunista de Salvadoreño de entonces, entendía y consideraba que la lucha política electoral era el único camino para la toma del poder. Pese a que la oligarquía, la burguesía y los militares reprimían al pueblo organizado que exigía sus derechos, todos, sin excepción. Por ello el secretario general y otros miembros de comité central de ese partido deciden abandonar - la secretaría y otros sus cargos - el partido.
El 1 de abril 1970 se dio a conocer en el país una nueva organización con carácter revolucionario, las Fuerzas Populares de Liberación, FPL. Nacían con el convencimiento de que en las circunstancias que vivía El Salvador se debía y se podían combinar todos las formas de lucha; las sindicales, sociales, políticas pero también la revolucionaria. El que fuera secretario general del partido comunista salvadoreño Salvador Cayetano Carpio fue uno de los fundadores de dicha organización revolucionaria. Con ella quería demostrar que la lucha revolucionaria era la única vía en ese momento de la historia, para que el pueblo y sus expresiones de lucha, todas, para la toma del poder.
Cinco años después de que hace su aparición las FPL las contradicciones de clase eran mucho más evidentes, los obreros, los campesinos, estudiantes, etc. van tomando conciencia de clase de la realidad de país. Es así que el 31 de Julio de 1975 - y en respuesta a una masacre de estudiantes universitarios llevada a cabo por la entonces policía nacional - en catedral hace su aparición el Bloque Popular Revolucionario, empezaba así a hacer presencia política el pueblo organizado, es ese pueblo y sus organizaciones las que van a determinar el rumbo de la historia del país que no era más que, acelerar los cambios de unas estructuras injustas que se sostenían con la represión, las masacres y la desaparición forzada a los militantes. Eso, debía de cambiar, por y para ello nacía el BPR. Desde la aparición de este Bloque Popular surgen del pueblo más organizaciones que dicen luchar por lo mismo. El ERP, la RN, PRTC. Este surgimiento de movimientos que se dicen revolucionarios deja solo al PCS en su discurso electorero y reconciliador con la burguesía. Más adelante el PCS se ve obligado a crear también su movimiento popular.
A finales de los setenta estas organizaciones que venían luchando por y con todos los medios de lucha posibles para construir el socialismo en el país, se ven en la necesidad histórica de unir sus fuerzas, primero en el ámbito político social de masas, el 22 de enero nace la Coordinadora Revolucionaria de Masas(CRM). Meses Más tarde el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Encabezado y dirigido por la organización que había mostrado diez años atrás que sí era posible una lucha revolucionaria, las FPL, con Salvador Cayetano Carpio.
El FMLN estaba compuesta por cinco organizaciones y cada una tenía su proyecto político y “revolucionario”. Ellas, también hicieron su proceso de debate interno para determinar que en las circunstancias históricas del país, la única vía posible era la lucha revolucionaria. Abrazar esta tesis suponía confirmar lo que las FPL propuso en su análisis de la situación pre revolucionaria del país, las FPL lo planteó desde su aparición el 1 de abril de 1970.
No olvidemos, sin embargo, que el PCS, fue el último en apuntarse a esta lucha, la dirigencia de este partido seguía creyendo que la solución a la situación, no era la vía armada. Seguían apostando, pues, por la vía de las elecciones y, como siempre, aprovechando a intelectuales pequeños burgueses que se habían comprometido con las clases más humildes y pobres del país, eran por así decirlo, amigos necesarios para el proyecto de negociación con la burguesía.
En los años ochenta el FMLN ya era un ejército muy bien organizado que sabía cómo combinar su estrategia revolucionaria en la lucha guerrillera. Los debates internos en la dirigencia continuaban. Unos apostaban por seguir en la lucha armada y otros, como el PCS que, debía de prevalecer el diálogo y la negociación con la burguesía y el ejército. A estas posturas poco a poco se irán sumando algun@s dirigentes de las otras organizaciones del frente, incluyendo a miembros importantes de las FPL.
Salvador Cayetano Carpio consideraba sin embargo, que para el país, la única vía debía de ser el de la lucha armada con el único fin de la toma del poder. El sabía que la burguesía y los militares como los gringos, no iban a ceder ni un centímetro en su modo de producción/explotación y, la represión iba a continuar. Que no se olvide que, si el pueblo y sus organizaciones revolucionarias tomaron las armas fue precisamente porque la burguesía, los militares y los gringos, habían cerrado todos los espacios legales burgueses posibles para que el pueblo, por medio de las elecciones llegara al poder. La respuesta del estado salvadoreño fue siempre la represión, el asesinato, y la desaparición.
Es también para inicios de los ochenta que se hacen ya públicos las dos tesis, en los debates del FMLN, a saber: La primera, en clara minoría, la del diálogo y la negociación para acabar con el conflicto, haciéndole pequeñas reformas al sistema burgués salvadoreño y, la segunda, en clara mayoría - tanto a nivel interno como externo - que era la de; la toma del poder por medio de la lucha revolucionaria. Unos proponían que se debía dialogar y negociar las cuotas de poder con la oligarquía. Los otros, la mayoría , que lo único que se debía de dialogar y negociar no era el poder sino más bien el esclarecimiento de los desaparecidos, la libertad de todos los presos políticos, juicio y castigo a los militares responsables de masacres y asesinatos entre otras cosas. Estos eran - y tenían que ser - previos para una mesa de negociación. La discusión y la lucha ideológica no fue bien recibida por aquellos que pretendían dialogar sin condiciones con el gobierno fascista.
En Abril de 1983 en Nicaragua es asesinada la segunda responsable del FMLN, Ana María. Y una semana después es asesinado en un “suicidio”, asesinato-suicidio, el primer responsable Salvador Cayetano Carpio. En estos dos asesinatos, sin embargo, se estaba jugando el rumbo que iba a tomar el FMLN desde el punto de vista estratégico. Ana María, supuestamente fue asesinada por órdenes de Salvador Cayetano Carpio, que al haberse descubierto su plan, se suicidó. Esta es la versión oficial de la dirigencia del FMLN y, es la que va tomar las riendas del movimiento popular y revolucionario, que hasta el día de hoy algunos ostentan. Nada se dijo del juicio que se llevó a cabo en Managua donde se exonera a Salvador Cayetano Carpio de las acusaciones. Las dos vías estaban representadas en estos dos máximos dirigentes, la primera, Ana María se supone que defendía la tesis del PCS - en clara minoría - que era la vía del diálogo y la negociación para un Gobierno Compartido pero ¿con quién? Se entiende a resultas, con la burguesía. Mientras que la tesis de Salvador Cayetano Carpio que seguía siendo mayoría en las bases, militante y combatientes; la toma del poder por la vía de lucha revolucionaria y la instauración de un Gobierno Democrático Revolucionario, sin concesiones a la burguesía.
El resultado a estas dos muertes y con el debate interno ya zanjado, se fortalece la línea política que otrora mantenía el PCS y ahora sus organizaciones adláteres, que no es más que el diálogo y la negociación para compartir un Gobierno Provisional de Amplia Participación. Es esa línea política a la que apostó, siempre, el PCS.
Si al principio de este escrito se mencionó porqué renuncia de la dirección Salvador Cayetano Carpio es porque, éste es el quid de lo que ha venido hacer el proceso revolucionario salvadoreño, la tesis que él denunció y desenmascaró con la salida del PCS, es la que al final de su vida, se impone, y de qué manera en el FMLN. Después de los trágicos sucesos de abril en Managua, a quien fue el artífice de la lucha revolucionaria, que con su capacidad de análisis y de entrega demostró que; sí se podía y se debían combinar todos los medios de lucha posible sin descartar la lucha revolucionaria, social, política y popular. Ahora y al final de su vida, es presentado como un “traidor” a la lucha revolucionaria, y como un dirigente que había traicionado sus principios, y no se le presentaba como el revolucionario que fue.
Los diálogos empiezan en agosto de 1984. Se sientan en esa mesa representantes de la burguesía salvadoreña y del ejército. Y del FMLN varios miembros del Frente Democrático Revolucionario que salió de la CRM. Sin embargo, y con los años, al interior del FMLN, seguirán existiendo las diferencias ideológicas internas. Y más adelante a finales de los años ochenta van a prevalecer dos discursos; uno, que era el que conocían y manejaban la dirigencia en la mesa de negociación y el segundo; el de los combatientes que seguían creyendo que la lucha revolucionaria era el único camino para la toma del poder, y que el diálogo es sólo un instrumento de la guerra. Estos discursos se evidencian en la ofensiva final del FMLN en San Salvador en Noviembre de 1989. Si la dirigencia decía que dicha ofensiva era una muestra de que el frente tenía fuerza y además, decían, que era para presionar al Gobierno para que se sentara a negociar. Los combatientes sin embargo, decían que la ofensiva era para la toma del poder.
Terminada la guerra. El FMLN entra a formar parte ya del quehacer político burgués del país. Participan de las elecciones con fiascos en sus primeras participaciones electoreras. Empero se evidencia que sigue siendo un poder “real” del país, que tiene una fuerza social importante. Sale fortalecido como segunda fuerza política. En las municipales empieza a ganar alcaldías. También, se hacen evidentes al interior del nuevo partido político, las diferencias internas que vienen arrastrando desde el inicio. En los noventa, se salen varios dirigentes que jugaron un papel importante en las mesas de negociación, y empiezan a colaborar y trabajar con los partidos burgueses, de derechas y fascista. Es más algunos hasta llegaron a formar parte del ministerio del interior del país. Otros se van a trabajar de asesores con los gobiernos de Colombia, Uribe contrata unos cuantos. Esto en cierta medida debilita al frente. Fortaleciéndose eso sí, la postura y la dirigencia del PCS al interior del FMLN. Y así llegamos a estas últimas elecciones en que el frente tuvo apostar, no por un miembro y militante del partido, si no con un foráneo, Mauricio Funes, y estamos en el principio de este escrito.
A estas alturas de la historia, el tema de las dos muertes no está zanjado, no está cerrado pero porque sigue sin explicar lo que realmente pasó en Managua en Abril de 1983. Creo que el pueblo salvadoreño y sus antiguos militantes y combatientes del frente merece una explicación de lo sucedido. Este es uno de los sucesos más trágico que ha vivido la historia del movimiento revolucionario salvadoreño. Es además un caso importante porque es el que determinó el rumbo ideológico que ha tomado el FLMN.
-
LQSomos. Txanba Payés. Noviembre de 2009.
-
LQSomos/10/11/2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario