12/11/09

ESCARBANDO en LQ Somos

El Salvador, Mauricio Funes y la izquierda reformista del FMLN



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De una cosa sí estoy seguro que “todo punto de vista es la vista de un punto” de ahí parte esta breve reseña histórica sobre el movimiento popular y revolucionario salvadoreño.

Todos sabemos que en el salvador hubo elecciones y que estas las ganó el Sr. Mauricio Funes, este Sr. de profesión periodista que ganó popularidad en la sociedad salvadoreña por un programa de televisión. En dicho programa parecía hacer ácidas críticas a los políticos en general, a los de la derecha como a los miembros de la izquierda reformista. Apuntando muchas veces más a los primeros, críticas más agudas y concisas que a veces, llegaba a desenmascarar a los corruptos en su programa, con una evidencia clara que no había más que, asentar con la cabeza lo que en Mauricio Funes les decía, ese periodista, pues, es ahora el presidente.
Fue así como se hizo con la popularidad en el país. Mauricio Funes ha sabido manejar los tiempos políticos y su profesión con la inteligencia de alguien que conoce los medios. Una cosa es, sin embargo, su profesión y otra la de político; en la primera no hay dudas de que ejerció el principio deontológico que su oficio le obligaba. Con la segunda, sin embargo, el de político, parece tener más compinches en la parte de la burguesía salvadoreña, en un pequeño grupo quizá pero poderoso, es el que le aupó para llevarle al poder. Esta burguesía descontenta quizá del férreo control el que ejercieran las familias de la oligarquía que años atrás llevaban – y todavía llevan – las riendas del país y controlan una parte importante de los miembros del ejército, no olvidemos que las fuerzas armadas como los cuerpos represivos fueron en la época del conflicto armado el niño mimado del imperialismo y también de la oligarquía que no cesa en su empeño por querer seguir controlando la economía del país. Las divisiones internas que está sufriendo la extrema derecha salvadoreña es muestra de que dentro de ella hay un cansancio hegemónico de estas familias, las divisiones siempre, en el seno de estas familias, han sido – y son - viscerales.

Un grupo reducido de esta burguesía, plutócratas, han estado al margen de esas disputas, estos son a resultas, los que ahora van de la mano de Mauricio Funes en el Gobierno y que tras bambalinas dirigen al presidente, y quienes de alguna forma y otra utilizaron al FMLN para llegar al poder. Mientras que el partido que le llevó el FMLN, fue (sólo) el medio – necesario – e imprescindible para tales menesteres. El gobierno que Mauricio Funes, es el reflejo de esa contradicción tanto de la derecha salvadoreña y de la descomposición ideológica que ha venido sufriendo el FMLN.

Las preguntas surgen de inmediato ¿Qué queda de aquélla organización guerrillera que fue capaz de hacer temblar los cimientos de un estado burgués - y dependiente - del Imperio? ¿Dónde está ese pozo ideológico que en algunos movimientos revolucionarios permanecen y no en el FMLN? Para responder a estas preguntas es necesario volver la vista atrás y hacer memoria de cómo se ha venido produciendo ese cambio ideológico en quienes hoy por hoy dirigen el frente. Sólo así, quizás, podamos atisbar y entender qué pasa con el frente y porqué no es capaz de, desde la práctica política y militante, cuestionar al sistema capitalista burgués y corrupto que sigue enquistado, tanto en algunos miembros del gobierno que ha diseñado Mauricio Funes como en el de los anteriores cuando estaba el partido fascista y de extrema derecha ARENA.

¿Cuándo surge en el país esas organizaciones que deciden combinar todos los medios de lucha y en qué momento se inicia realmente el proceso revolucionario en el país?. Y ¿cómo influyó en los partidos de izquierdas ya existentes el surgimiento de esas organizaciones revolucionarias o de nuevo tipo como se les dio en llamar en su momento?. Y una última pregunta no por ello menos importante… ¿Porqué el partido comunista salvadoreño no fue capaz de combinar todos los métodos de lucha?. Tal vez ahí están las respuestas que buscamos para entender las posturas políticas del frente en estos momentos y porqué va a la deriva en el plano político e ideológico sin poder concretar una lista de carácter electorero y que no dependiera de foráneos al partido para que ganara las elecciones. Las elecciones, de momento es a lo que se aferran cómo la única vía posible para llegar al poder.

Nadie propugna en este momento el volver a tomar las armas para la llegar al poder, y nadie lo hace, porque a estas alturas de la historia, sería ridículo, como dicen algunos intelectuales concienzudos y eficaces en sus análisis al espetar con contundencia mística que, ese momento ya pasó. Sin embargo como ya he escrito antes, quienes sí optan por la vía de la represión y el asesinato, es siempre la extrema derecha. La izquierda no busca ni buscó la toma del poder sólo por la vía armada. La lucha revolucionaria no depende de si se opta o no para poder llegar a ella, desde el punto de vista marxista, se tienen que cumplir algunos factores históricos. Huelga decir que ésta vía, es para un revolucionario, la última de las opciones. Ahora en el país se está apostando por el proceso electoral y no está mal, siempre y cuando la derecha jugase bien sus cartas en su proyecto electorero burgués. Si es necesario apuntar, sin embargo, algunas de las que considero, son claves para comprender lo que en este momento le pasa a la izquierda salvadoreña, el porqué y cómo es que ha llegado a esta situación.

De entrada digamos como algo ya zanjado y que ya no supone debate alguno y es que desde hace años, la izquierda salvadoreña – el FMLN - ya no es un movimiento revolucionario, y entiéndase este concepto en el sentido más amplio y riguroso de la palabra. ¿Ahora es un partido político más de “izquierdas”?, puede ser, si pensamos que hay muchos que creen que la social democracia europea es de izquierdas. Un ejemplo claro es el PSOE en el estado español que predica posturas dice que de izquierdas y en la práctica hace una clara política neoliberal.

El FMLN, es quien ha dado un paso atrás en sus convicciones de este tipo. De ser un movimiento revolucionario pasó a ser un partido parecido, para que se me entienda, al Partido Socialista Obrero Español y en el caso no tan extremo a Izquierda Unida. Son ellos en definitiva quienes se han lanzado a los brazos de la social democracia, mejor aún es la dirigencia quienes han olvidado y dejado atrás los principios con los que nacieron los movimientos revolucionarios en el Salvador y en América latina.

Se podrá argüir sin embargo, que tanto el discursos y las políticas de la izquierdas revolucionarias tiene que cambiar si se quiere ir de la mano de la historia, se tenemos en cuenta los cambios que se han producido en estos 20 años en el mundo; para que dejemos atrás los argumentos “trasnochados” y románticos de la izquierda revolucionaria, y dejarlos donde tienen que estar, en el “olvido”. En el olvido de una historia que se empecina en recordarnos que la realidad sigue siendo la misma, a pesar de que la izquierda revolucionaria salvadoreña haya dejado en el cajón del “olvido” los principios revolucionario. Mientras la derecha, la extrema derecha, no sólo de El Salvador, la derecha en general. Esa, no ha cambiado ni un ápice sus discursos y sus planteamientos políticos ni económicos ni ideológicos. Es más parece que ellos siguen viviendo en las antípodas de la historia. Siempre son los partidos que se dicen de izquierdas los que optan por dejar a un lado las luchas sociales. La historia y la realidad, sin embargo, es tozuda y nos recuerda que la miseria y la pobreza, hoy es más evidente y profunda que hace 20 años.

Si la dirigencia del FMLN ha abrazado los planteamientos políticos de la social democracia, podemos entender por tanto porque en el país, si alguien de ese partido político de izquierdas dice que es comunista, nadie les cree, y no les creen no porque la derecha piensa que no lo sean, si lo son, participando de un sistema electoral burgués. Un sistema que los necesita o se necesitan ambos. La izquierda para apoltronarse en ese juego democrático burgués y, el sistema burgués, para argumentar - entre otras cosas - que en el país los antiguos guerrilleros ahora hacen política y, por tanto, hay democracia. Esa es la necesidad mutua, esa que se pierde entre los principios de unos y los interés egoístas de los otros para seguir explotando a los de siempre, con la venia democrática de los que se dicen de izquierdas.

Hagamos pues, una breve reseña de cómo se ha venido gestando esos cambios dentro de la izquierda salvadoreña para que podamos ver, desde mi punto de vista, lo que le sucede a la izquierda reformista salvadoreña.
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LQSomos. Txanba Payés. Noviembre de 2009.
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LQSomos/12/11/2009

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