Copenhague.- Los países desarrollados bloquean posibles caminos de implementación de la Convención Marco de Cambio Climático de Naciones Unidas y el Protocolo de Kioto durante la primera semana de negociaciones que se realizan en la Conferencia de las Partes, COP15 en el centro de convenciones Belle Center en Copenhague, la capital danesa.
Los países en desarrollo buscan a toda costa que las negociaciones se mantengan por dos vías (two track) claramente diferenciadas, y ese el resultado que esperan. Una vía es la negociación del segundo período de compromisos del Protocolo de Kyoto aprobado en 1997 e implementado en 2005. La otra es la negociación para incrementar la implementación de la Convención Marco de Naciones Unidas de Cambio Climático, este proceso es conocido como el Plan de Acción de Bali. La negociación se enfoca en 5 áreas de cooperación a largo plazo en los cuales se esperan compromisos: mitigación, adaptación, financiamiento, tecnología y fortalecimiento de las capacidades.
Los países desarrollados tienen una posición común: salir de Copenhague con un acuerdo legalmente obligatorio, dejando en nada los acuerdos de Kioto. Las delegaciones de los países del Sur, reunidas dos veces al día en el G77 más China, han presentado su protesta por los intentos de los países desarrollados por negarse al cumplimiento del Protocolo de Kioto, aun cuando este fuera negociado de forma limitada.
El principal tema de las negociaciones, es decir la reducción de los gases invernaderos para detener el cambio climático, tiene varios aspectos: quienes deben reducir las emisiones; qué gases se deben incluir; cuánto se debe reducir y en qué marco de tiempo.
Según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, los países desarrollados (que constan en el Anexo 1) deben reducir sus emisiones entre 25 y 40% para el año 2020, comparado a los niveles de 1990 si se quiere estabilizar en 2 grados centígrados. Sin embargo, los compromisos actuales de los países desarrollados no son suficientes y llegarán a 11-16% en el 2020.
Los países desarrollados están obligados a proporcionar financiamiento y tecnología a los países en desarrollo para ayudar en la mitigación y en la adaptación al cambio climático. Sin embargo, es precisamente estos costos lo que intentan evadir y más bien proponen textos para que los costos sean compartidos por los países en desarrollo, evadiendo así la deuda ecológica y su responsabilidad histórica. Y muchos de los países desarrollados ven en el cambio climático una buena oportunidad para el business. De allí que se discuten las compensaciones por el carbono que van a seguir emitiendo, sin cambiar su forma de vida.
En muchas de las reuniones de negociación sobre temas específicos se evidencia con claridad las diferencias. La Unión Europea representada por Suecia y el G77 más China por Sudán, expone cada uno su posición, que es ratificada por los países integrantes de cada uno de estos grupos. Cabe señalar que las plenarias del G77 más China, con la presencia de 132 países, se convierten en la verdadera Conferencia. Sin embargo, existen diferencias y los países aglutinados en la Organización de Estados Islas mantiene posiciones para llamar más atención sobre la urgencia de su situación. Esto puede ser aprovechado por los países desarrollados para intentar eliminar los países considerados vulnerables al cambio climático y a las medidas de respuesta de mitigación que pueden afectar las economías de los países desarrollados.
Con un documento borrador presentado por la Presidencia danesa de la Conferencia antes de iniciar las sesiones, reflejando casi exclusivamente la posición de los países desarrollados, los países en desarrollo expresaron su voz de protesta, recogida en conjunto por el G77 mas China. En estos días se discute una nueva propuesta, que intenta recoger criterios de los países en desarrollo, aunque tampoco hubo consultada previa. Como se evidencia, poco se discuten las consecuencias del cambio climático y ha sido la representación de Bolivia la que continuamente recuerda a la Pacha Mama y la deuda ecológica de los países desarrollados, así como las responsabilidades comunes pero diferenciadas que establecido en el Protocolo de Kioto.
Esta situación, sumada al tremendo frío que deben soportar los delegados y delegadas oficiales y de ONGs esperando pasar los estrictos controles establecidos para ingresar al Belle Center (similares a los aeropuertos), mantienen un clima tenso y difícil para la llegada de los ministros y jefes de para la llegada de los ministros y jefes de Estado la próxima semana.
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ALAI/14/12/2009
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