25/5/09

AGENCIA PERIODISTICA DEL MERCOSUR

Artilugios discursivos del “progresismo” chileno
El disfraz de las miserias
El bastión neoliberal de la región es el preferido de las agencias calificadoras y organismos internacionales. La realidad social de Chile reafirma el carácter espurio de las apariencias del modelo.
Por Sebastián Pellegrino
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EN FOCO
La posibilidad de que Álvaro Uribe y Lula da Silva accedan a un tercer mandato, expresa una deuda pendiente en Sudamérica: sostener los procesos políticos más allá de los actores centrales.
Leonardo Montero
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Tango, recuerdos y melodías
Luis Alfredo Mariani es el último luthiers de bandoneones y acordeones de Argentina. El legado de un oficio que comenzó en Italia y luego se hizo parte de la identidad porteña.
Por Jesica Salvatierra
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El Congreso aprobó una nueva reelección presidencial
El referendo aprobado desató la polémica en Colombia. La oposición llamó a la “abstención”, para así detener la “dictadura que busca instaurar Álvaro Uribe”.
Por Matías Mongan
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La sucesión presidencial brasileña
Dada la importancia regional de Brasil, la aparente carencia de un líder de reemplazo del mandatario hace necesaria una reflexión acerca de la dependencia individual de los movimientos pos neoliberales de América del Sur.
Por Diego Ghersi
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Carlos Ponce de León
La Justicia argentina reactivó la causa por el “accidente” en el que murió el obispo de San Nicolás en 1977. De su auto desapareció una carpeta con documentación sobre obreros desaparecidos.
Por Margarita Torres
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Una profesión de extremo riesgo
Los comunicadores se encuentran atrapados bajo la violencia y la impunidad del gobierno y los narcos. Un informe de la CIDH afirma que, entre 1995-2008, 37 periodistas fueron asesinados en el país.
Por Verónica Benaim
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La resistencia del pueblo palestino
La juventud lleva la voz cantante de la protesta palestina. El poder de los símbolos y la música como expresiones de lucha y entereza en la Franja de Gaza y Cisjordania, ocupadas por Israel.
Por Diego Restrepo (*)
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Un país con un destino incierto
Entre las injerencias de Estados Unidos, el rechazo de los vecinos y la militarización, la isla caribeña afronta el gran reto de recuperar su identidad y solucionar sus problemáticas más angustiantes.
Por Alfonsina Silvestri (*)
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apm/25/05/2009

Las apuestas y los riesgos de Lula

El presidente Lula da Silva, la última reserva.
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Un año antes de las cruciales elecciones presidenciales, Brasil se debate entre una maraña de candidatos virtuales. La elegida por Lula para sucederlo viene subiendo en las encuestas, a pesar de que reveló que sufre de un linfoma. Pero nadie sabe si llegará con fuerzas a la campaña electoral y por eso, a pesar de las calculadas desmentidas, sigue abierta la posibilidad de una reforma constitucional que permita otro mandato del presidente más popular del siglo.
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Por Eric Nepomuceno *
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Lo que ocurre en Brasil, a poco más de un año del inicio de la campaña electoral para la sucesión de Lula da Silva, es un proceso singular. Su partido, el PT, es el mejor articulado y controla el mayor contingente de militantes, pero dispone de un solo nombre, el de la ministra de Gobierno, Dilma Rousseff, de viabilidad electoral relativa. El principal aliado del gobierno, el PMDB (Partido del Movimiento Democrático Brasileño), no dispone de ningún nombre, a pesar de tener el mayor número de alcaldías y las mayores bancadas en la Cámara de Diputados y en el Senado. A pesar de ello, será el fiel de la balanza. La principal fuerza de oposición, el PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña), ya dispone de dos nombres de peso, los gobernadores de San Pablo, José Serra; y de Minas Gerais, Aecio Neves, pero carece de militancia.

Frente a ese escenario, Lula da Silva –un hombre que calcula sus jugadas, pero no se intimida frente al riesgo– lanzó su apuesta: una mujer sin ninguna experiencia electoral, sin carisma y desconocida para el gran público, aunque administradora competente. Ex militante de organizaciones armadas, presa y torturada a lo largo de tres años, Dilma Rousseff parecía tener todas las características necesarias para transformarse en un verdadero fiasco en 2010. Sin embargo, viene creciendo en los sondeos de opinión pública de manera vertiginosa y ya pasó del 10 por ciento en enero al 22 por ciento en mayo.

Del otro lado, José Serra militó en la izquierda antes del golpe militar de 1964 y luego enfrentó quince años de exilio. Derrotado por Lula da Silva en 2002, fue elegido alcalde de San Pablo y luego gobernador de la provincia más rica y poderosa de Brasil. Su administración cuenta con índices de aprobación popular del 63 por ciento y es conocido en todo el país. El otro postulante del PSDB es Aecio Neves, gobernador del segundo colegio electoral y tercera economía del país. Sus posibilidades son pequeñas: no es tan conocido fuera de sus comarcas y José Serra aparece como franco favorito en los sondeos electorales (alrededor del 41% de los electores dice que votaría por él).

Fiel de la balanza, el PMDB es tan confiable como un billete de tres pesos. Principal aliado de Lula en el Congreso, actúa dividido. A cambio de cada apoyo transa alguna contraprestación, y a cada pedido no contemplado amenaza con rebelarse. Veterano en negociaciones duras, Lula da Silva aceptó ese tira y afloja. Sabe que sin el respaldo de una parte sustancial del PMDB, ninguna candidatura tendrá posibilidades.

Desde que la candidata de Lula anunció que padecía de un linfoma, los medios de comunicación, que se oponen no sólo a su nombre sino a la permanencia del PT en el poder en general, tratan de manera descarada de especular sobre la enfermedad y sus consecuencias. Opositores y aliados, cada uno por su lado, giran alrededor de dos preguntas: ¿logrará Dilma llevar una campaña kilométrica y desgastante con la salud afectada? ¿Logrará convencer a los electores de que podrá superar los daños de su enfermedad? Esas dos preguntas conducen, de manera inevitable, a una tercera: si Dilma no logra recuperarse para esa guerra, ¿cuál sería la alternativa de Lula da Silva?

Y la verdad es que no hay alternativa, ni tiempo para construir una. La suerte de Lula es que, dentro del PSDB, José Serra y Aecio Neves se devoran, gracias a la terquedad del gobernador de Minas Gerais en no desistir de ser candidato. Y mientras la oposición no sacralice el nombre de su candidato, le queda a Lula tiempo suficiente para ver cómo se da la recuperación de Dilma Rousseff.

Cada tanto aparece alguien para sacudir el fantasma de la re-reelección, lo que despierta la furia de los medios de comunicación y de las clases medias conservadoras. A su manera, a Lula le conviene seguir desmintiendo esa hipótesis. Ahora mismo midió cuidadosamente la forma de rechazar esa idea: “Primero, no existe tercer mandato. Y segundo, Dilma está bien”, dijo. Primero: el tercer mandato no existe, pero puede existir. Y segundo: Dilma parece estar bien, pero hay que contar con la posibilidad de que sus actividades sufran fuertes restricciones.

Cambiar la Constitución sería algo difícil, desgastante en términos políticos, pero posible. Lula es el presidente brasileño más popular en más de medio siglo y, aunque ésa sea una apuesta riesgosa, no está totalmente fuera del horizonte político. En principio no le convendría un tercer mandato consecutivo, entre otras cosas porque no se sabe qué pasará con la economía en el período 2011-2014. Su perspectiva más viable es presentarse otra vez en 2014, luego de un período de intervalo que podría ser ocupado por Dilma Rousseff o por José Serra.

Pero para su partido la perspectiva de no presentar ningún nombre con posibilidades en 2010 significa una especie de suicidio político. Y por más que Lula sea, hoy, mucho más que el PT, para volver en 2014 necesitará de su estructura. Así, el horizonte sigue nebuloso, y cualquier apuesta en el corto plazo sería de alto riesgo.
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* Periodista y escritor brasileño.
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Página/12 Web - Argentina/25/05/2009

¿Los derechos humanos son de verdad universales?

RAMÓN SÁEZ*
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Varios procesos penales tramitados de manera simultánea en nuestros tribunales por crímenes internacionales han provocado –porque afectaban a poderosos estados del planeta– una reforma legal urgente que limita y desactiva la jurisdicción universal, para evitar, se dice, conflictos diplomáticos y que España se convierta en un gendarme mundial. Ante esa iniciativa es necesario recordar que los derechos humanos son universales, sea quien fuere la persona o el poder que los violente y la condición de la víctima.

La competencia extendida de las jurisdicciones nacionales para la persecución de los delitos internacionales –genocidio, crímenes de guerra, delitos de lesa humanidad– es una conquista reciente, aunque el derecho internacional imponía esa obligación desde hacía tiempo, así en 1949 para los crímenes de guerra. Por ese principio, cualquier Estado puede ejercer su jurisdicción ante ofensas graves a los intereses de la comunidad internacional, al margen del lugar de ejecución y de la nacionalidad del autor o de la víctima. Se intentaba reducir la inmensa impunidad de los crímenes de derecho internacional, los más graves, por su carácter sistemático y masivo, que conmueven la conciencia de la humanidad.

De su mano se ha impulsado una expansión del derecho en la esfera mundial, reconociendo la universalidad de los derechos humanos. Los que se consideran básicos en todas las culturas, porque atañen a la vida, la integridad y la libertad, han de gozar de un mínimo de protección efectiva. Como objetivo, habilitar un lugar a los derechos humanos en el orden global, a ser posible preferente. La jurisdicción universal cuestiona principios de funcionamiento de la sociedad internacional como los de no injerencia y respeto a la soberanía nacional, garantía de impunidad. Tal peligro representa la universalidad de los derechos. Contra la impunidad ha de levantarse una ciudadanía mundial, cuyo sustento sea la humanidad como sujeto de derecho, que a falta de articulación política en la globalización se sienta solidaria ante las peores violaciones de los derechos humanos.

Para ello se ha establecido un sistema de mínima tutela al que deben concurrir todas las instancias e instituciones públicas, tanto a escala nacional como regional, interestatal y supranacional. Es así como puede atisbarse la emergencia de un poder jurisdiccional penal global, con base en la obligación de la comunidad internacional y de los estados nacionales de proteger y dotar de eficacia universal a los derechos humanos, horizonte y compromiso que proclamara la carta de las Naciones Unidas.

Hemos asistido a dos desarrollos de ese proyecto civilizador. La justicia universal internacional, cuya expresión es la Corte Penal Internacional, paradigma de la globalización del derecho. Y el principio de competencia universal ejercido por las jurisdicciones nacionales, manifestación de una globalización que opera desde escalas locales. España se ha convertido en un modelo de jurisdicción extendida al haber acogido dicho principio sin limitaciones, con carácter absoluto, lo que expresa un compromiso fuerte en la persecución de los crímenes más graves y nos sitúa como referente en el derecho internacional y comparado.

El descubrimiento del derecho internacional penal por los jueces nacionales es un hecho inusitado, digno de ser apreciado y defendido porque evidencia la capacidad expansiva de los derechos humanos, el efecto simbólico de su vocación universal que ha permitido avanzar desde su primera y usurera concepción vinculada al hombre blanco europeo y propietario, que excluía a mujeres, esclavos, trabajadores y extranjeros, la gran mayoría de la población. La ciudadanía se ha ampliado a consecuencia de luchas sociales y políticas. Y los derechos humanos han dejado de ser patrimonio del Estado; ahora le obligan. Debemos aspirar a que ningún Estado, ni el más poderoso, pueda librarse de la fuerza del derecho y del deber de respeto a los derechos humanos.
Con esa finalidad se ha reconocido la responsabilidad penal individual y la de los mandatarios y jefes de Estado, superando las inmunidades diplomáticas. Ha nacido un espacio universal de jurisdicción penal compartida, donde interactúan tribunales internacionales y nacionales, en interés de la humanidad. Un orden jurídico internacional plural y complejo en el que conviven, en redes superpuestas, normas y jurisdicciones nacionales, regionales y mundiales. Esa especie de mundialización de los jueces –cuyo caso emblemático fue el asunto Pinochet– que tanto asusta a los gestores de la cosa pública preocupados por los intercambios económicos, es una de las palancas de la globalización del derecho, que las sociedades deben entender como un baluarte frente a la difusión de la barbarie y el desorden.

La Corte Penal Internacional, las prescripciones relativas a los crímenes internacionales y su persecución universal reproducen el discurso del Estado constitucional de derecho en la esfera global, el proyecto moderno del sometimiento de todos los poderes, públicos y privados, al derecho y a los derechos humanos. La legalidad es un mecanismo excepcional para lograr una comunidad internacional decente y equilibrada. En el contexto neoliberal dominado por criterios de interés privado, la aplicación de la legalidad internacional, que articula la capacidad de ordenación del derecho, puede asumir un papel contrahegemónico. La restricción de la jurisdicción universal frenaría ese desarrollo de los derechos humanos, significaría el triunfo de la razón de Estado (de estados delincuentes) sobre la razón del derecho. Una reversión histórica.
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*Ramón Sáez es magistrado de la Audiencia Nacional.
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Ilustración de Javier Olivares.
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Público - España/25/05/2009

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Rebelión/25/05/2009

AL GRAN PUEBLO ARGENTINO... ¡ SALUD !

1810 - BICENTENARIO - 2010


(MP3)Interpretado por Jairo con música de Lito Vitale

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HIMNO NACIONAL ARGENTINO
(Original)
Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.

¡Oíd, mortales!, el grito sagrado
libertad, libertad, libertad!
Oíd el ruido de rotas cadenas
ved el trono a la noble igualdad.
Se levanta a la faz de la Tierra
una nueva y gloriosa Nación
coronada su sien de laureles
y a sus plantas rendido un león.

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.

De los nuevos campeones los rostros
Marte mismo parece animar
la grandeza se anida en sus pechos
a su marcha todo hacen temblar.
Se conmueven del Inca las tumbas
y en sus huesos revive el ardor
lo que ve renovando a sus hijos
de la Patria el antiguo esplendor.

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.

Pero sierras y muros se sienten
retumbar con horrible fragor
todo el país se conturba por gritos
de venganza, de guerra y furor.
En los fieros tiranos la envidia
escupió su pestífera hiel.
Su estandarte sangriento levantan
provocando a la lid más cruel.

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.

¿No los veis sobre Méjico y Quito
arrojarse con saña tenaz,
y cuál lloran bañados en sangre
Potosí, Cochabamba y La Paz?
¿No los veis sobre el triste Caracas
luto y llantos y muerte esparcir?
¿No los veis devorando cual fieras
todo pueblo que logran rendir?

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.

A vosotros se atreve, argentinos
el orgullo del vil invasor.
Vuestros campos ya pisa contando
tantas glorias hollar vencedor.
Mas los bravos que unidos juraron
su feliz libertad sostener,
a estos tigres sedientos de sangre
fuertes pechos sabrán oponer.

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.

El valiente argentino a las armas
corre ardiendo con brío y valor,
el clarín de la guerra, cual trueno,
en los campos del Sud resonó.
Buenos Aires se pone a la frente
de los pueblos de la ínclita Unión,
y con brazos robustos desgarran
al ibérico altivo león.

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.

San José, San Lorenzo, Suipacha.
Ambas Piedras, Salta y Tucumán,
la colonia y las mismas murallas
del tirano en la Banda Oriental,
son letreros eternos que dicen:
aquí el brazo argentino triunfó,
aquí el fiero opresor de la Patria
su cerviz orgullosa dobló.

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.

La victoria al guerrero argentino
con sus alas brillantes cubrió,
y azorado a su vista el tirano
con infamia a la fuga se dio;
sus banderas, sus armas se rinden
por trofeos a la Libertad,
y sobre alas de gloria alza el Pueblo
trono digno a su gran Majestad.

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.

Desde un polo hasta el otro resuena
de la fama el sonoro clarín,
y de América el nombre enseñando
les repite: ¡Mortales, oíd!
Ya su trono dignísimo abrieron
las Provincias Unidas del Sud!
Y los libres del mundo responden:
¡Al gran Pueblo Argentino, salud!

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
coronados de gloria vivamos,
o juremos con gloria morir.
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Letra: Vicente López y Planes
Música: Blas Parera
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LPyC/25/05/2009