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PUNO, Perú (AFP) - La IV Cumbre de Indígenas de las Américas se cerró este domingo al sur del Perú con un acuerdo para crear una Unión Mundial de Naciones Indígenas -una especie de Naciones Unidas de los nativos- que canalice esfuerzos y aumente la fuerza política que los nativos han adquirido en los últimos años.
El creciente poder político de los nativos, pero igualmente la necesidad de unir criterios para proponer modelos alternativos de desarrollo y no quedarse sólo en críticas, están en la base de esta idea, todavía embrionaria, que ha planeado a lo largo de tres días de una reunión en la que participaron 5.000 delegados de las tres Américas.
En declaración leída este domingo se señala "la necesidad de continuar la lucha indígena mediante su unión internacional".
En esa perspectiva durante la cumbre se hicieron los primeros enlaces con la Conferencia de las Naciones sin Estado de Europa (CONSEU), que reúne a minorías étnicas europeas, a fin de establecer a futuro una "alianza estratégica".
Miguel Palacín, coordinador general de la cumbre, señaló "que la unión de los pueblos indígenas a nivel mundial es un paso natural que debe darse", aunque en la cita no hubo una idea concreta de cómo avanzar hacia allí.
En las sesiones los delegados fustigaron al modelo neoliberal capitalista al que culparon de la expoliación de los recursos naturales en los territorios indígenas, aunque hay diferencias sobre cómo tratar el problema.
Sobre cómo afrontar a las transnacionales surgieron voces que iban desde su expulsión, por el saqueo provocado en las comunidades indígenas, hasta la necesidad de llegar al diálogo y negociaciones para permitirles una actividad equilibrada que no perjudique el modo de vida indígena ni el medio ambiente.
Los indígenas plantearon igualmente el establecimiento de Estados plurinacionales, lo que significa Estados dentro del Estado, donde ellos puedan desarrollar sus culturas y su diversidad.
Ese Estado plurinacional "no debe sin embargo significar separatismos", subrayó Palacín.
La sesión de clausura se efectuó en el coliseo de la Universidad del Altiplano, donde los delegados se declaraban "descendientes de los hombres de oro" y coreaban "somos una gran nación cósmica y nuestro Abya Yala no tiene fronteras".
Abya Yala significa "tierra madura" o "tierra floreciente" en lengua de los indígenas kunas panameños y es el nombre que asignan los indígenas a América.
Pese a no asistir al evento, la figura del presidente de Bolivia, Evo Morales, primer presidente indígena de América, estuvo presente en el sentimiento de los delegados.
Morales envió una carta a la cumbre en la que arengó a sus integrantes a pasar "de la rebelión a la revolución" y "a construir la segunda y definitiva independencia".
El canciller peruano, José García Belaunde, consideró "un poco pasado de época" el llamado del presidente boliviano, a quien le preguntó quién le dio la vocería del movimiento indígena continental.
El movimiento indígena "es uno de los más dinámicos y se ha extendido rápidamente", según el analista colombiano Enrique Daza.
La antropóloga social italiana Bárbara Trentavizi estimó por su parte que el fortalecimiento indígena comenzó en los 80 cuando se distancia del "indigenismo", es decir la política estatal para integrar a los nativos al sistema.
"Ese concepto comenzó a ser rechazado por los nativos con posiciones propias y sentido autónomo", dijo a la AFP.
La cumbre dio su pleno respaldo a la huelga de indígenas amazónicos de Perú que cumplió este domingo 50 días y que plantea justamente el dilema central de las discusiones, es decir cómo debe deben reaccionar los nativos ante los embates del desarrollo.
Los delegados ovacionaron a Alberto Pizango, líder de la huelga, quien se presentó en la sesión de clausura y dijo que los nativos persistirán en su medida para que el gobierno anule decretos que, según señalan, lesionan su derecho a la tierra en beneficio de empresas transnacionales
PUNO, Perú (AFP) - La IV Cumbre de Indígenas de las Américas se cerró este domingo al sur del Perú con un acuerdo para crear una Unión Mundial de Naciones Indígenas -una especie de Naciones Unidas de los nativos- que canalice esfuerzos y aumente la fuerza política que los nativos han adquirido en los últimos años.
El creciente poder político de los nativos, pero igualmente la necesidad de unir criterios para proponer modelos alternativos de desarrollo y no quedarse sólo en críticas, están en la base de esta idea, todavía embrionaria, que ha planeado a lo largo de tres días de una reunión en la que participaron 5.000 delegados de las tres Américas.
En declaración leída este domingo se señala "la necesidad de continuar la lucha indígena mediante su unión internacional".
En esa perspectiva durante la cumbre se hicieron los primeros enlaces con la Conferencia de las Naciones sin Estado de Europa (CONSEU), que reúne a minorías étnicas europeas, a fin de establecer a futuro una "alianza estratégica".
Miguel Palacín, coordinador general de la cumbre, señaló "que la unión de los pueblos indígenas a nivel mundial es un paso natural que debe darse", aunque en la cita no hubo una idea concreta de cómo avanzar hacia allí.
En las sesiones los delegados fustigaron al modelo neoliberal capitalista al que culparon de la expoliación de los recursos naturales en los territorios indígenas, aunque hay diferencias sobre cómo tratar el problema.
Sobre cómo afrontar a las transnacionales surgieron voces que iban desde su expulsión, por el saqueo provocado en las comunidades indígenas, hasta la necesidad de llegar al diálogo y negociaciones para permitirles una actividad equilibrada que no perjudique el modo de vida indígena ni el medio ambiente.
Los indígenas plantearon igualmente el establecimiento de Estados plurinacionales, lo que significa Estados dentro del Estado, donde ellos puedan desarrollar sus culturas y su diversidad.
Ese Estado plurinacional "no debe sin embargo significar separatismos", subrayó Palacín.
La sesión de clausura se efectuó en el coliseo de la Universidad del Altiplano, donde los delegados se declaraban "descendientes de los hombres de oro" y coreaban "somos una gran nación cósmica y nuestro Abya Yala no tiene fronteras".
Abya Yala significa "tierra madura" o "tierra floreciente" en lengua de los indígenas kunas panameños y es el nombre que asignan los indígenas a América.
Pese a no asistir al evento, la figura del presidente de Bolivia, Evo Morales, primer presidente indígena de América, estuvo presente en el sentimiento de los delegados.
Morales envió una carta a la cumbre en la que arengó a sus integrantes a pasar "de la rebelión a la revolución" y "a construir la segunda y definitiva independencia".
El canciller peruano, José García Belaunde, consideró "un poco pasado de época" el llamado del presidente boliviano, a quien le preguntó quién le dio la vocería del movimiento indígena continental.
El movimiento indígena "es uno de los más dinámicos y se ha extendido rápidamente", según el analista colombiano Enrique Daza.
La antropóloga social italiana Bárbara Trentavizi estimó por su parte que el fortalecimiento indígena comenzó en los 80 cuando se distancia del "indigenismo", es decir la política estatal para integrar a los nativos al sistema.
"Ese concepto comenzó a ser rechazado por los nativos con posiciones propias y sentido autónomo", dijo a la AFP.
La cumbre dio su pleno respaldo a la huelga de indígenas amazónicos de Perú que cumplió este domingo 50 días y que plantea justamente el dilema central de las discusiones, es decir cómo debe deben reaccionar los nativos ante los embates del desarrollo.
Los delegados ovacionaron a Alberto Pizango, líder de la huelga, quien se presentó en la sesión de clausura y dijo que los nativos persistirán en su medida para que el gobierno anule decretos que, según señalan, lesionan su derecho a la tierra en beneficio de empresas transnacionales
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AFP/31/05/2009