Pascal Lamy: "se crea más riqueza en un sistema abierto que en uno cerrado" (OCDE)
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La globalización hizo de la crisis económica un asunto planetario. Pascal Lamy, dirigente de la Organización Mundial del Comercio (OMC) lo sabe, y comprende las tentaciones proteccionistas; empero, advierte sobre la ilusión de lo que representan. Entrevista en el marco de la OCDE.
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Con la crisis, asistimos a un repliegue del comercio mundial comparable al de los años 30 y 31, que marcaron el principio de la Crisis, de aquella que se escribe con mayúscula.
Lo antreior es lo que recordó la víspera un orador de la mesa redonda '¿Después de la crisis, mantener los mercados abiertos?', en el marco del Foro de la OCDE, que se celebra (23-25.06) en París.
Para Pascal Lamy, la respuesta queda clara. Este retroceso no debe llevar a ceder al canto de las sirenas del proteccionismo.
Entrevista con el director general de la OMC.
swissinfo.ch: La globalización hizo de una crisis estadounidense una crisis mundial. ¿Entonces, finalmente, no sería mejor cada quien para sí mismo?
Pascal Lamy: Que la globalización haya globalizado la crisis, es evidente. Pero durante varias décadas, la globalización también globalizó el crecimiento, permitiendo a cientos de millones de personas salir de la pobreza.
Entonces, es cierto que esta crisis es global. ¿Por otra parte, habría podido no ser global? No creo. Pero no hay que volver de nuevo al cada uno para sí. Globalmente, en el mediano y largo plazos, este esquema es menos eficaz en términos de creación de riqueza que el esquema en el cual unos y otros comercian donde tienen interés en comerciar.
Observe a Suiza. Los empleados en los sectores que exportan son mejor calificados y mejor pagados que otros. No es una casualidad, es que Suiza exporta donde es más competitiva que otros. Y obtiene ganancias en innovación, productividad y eficacia que permiten pagar mejor a la gente.
La experiencia de varios siglos, como las enseñanzas mayoritarias de la ciencia económica, prueba que se crea más riqueza en un sistema abierto que en uno cerrado. Observe por otra parte en qué estado se encuentran hoy los países que permanecieron cerrados. Francamente, son los que van más mal.
« La sécurité sociale de beaucoup de pays en développement, c'est la sécurité des échanges commerciaux ouverts. »
swissinfo.ch: Estos argumentos no convencen todo el mundo. ¿Advierte las tentaciones proteccionistas que resienten los gobiernos, las opiniones o las fuerzas políticas?
P. L.: Por supuesto, y los comprendo muy bien. En el momento en que las cosas son difíciles, se necesita protección. Simplemente, la cuestión, consiste en saber si la protección comercial, la protección en la frontera, realmente protege. La verdad es que no.
Si alguien comienza a proteger sus importaciones, su vecino va a hacer lo mismo. Y las importaciones de su vecino son sus exportaciones. Entonces, usted va a ganar un poco en la importación y va a perder muchos en la exportación.
¡Eso no funciona! No es tanto que sea bueno o no en razón de tal o cual elemento de doctrina o principio de filosofía política. ¡Es que no funciona!
Por supuesto, es necesaria la protección. Se puede buscar, donde los hay, en los sistemas de seguridad social, alta calificación, movilidad social. Y es el caso de un país como Suiza.
Pero no se debe olvidar que un 80% de la población del mundo no tiene acceso a esas redes de seguridad social y que para ellos, el hecho de que los intercambios sigan siendo abiertos son, hasta cierto punto, su sola oportunidad de salida.
La seguridad social de muchos países en desarrollo es la seguridad de los intercambios comerciales abiertos. Y es necesario pensar en esa parte del planeta que todavía necesita desarrollarse porque tiene una pobreza enorme.
swissinfo.ch: Este año de nuevo el Foro ha hablado mucho de medio ambiente. El comercio mundial representa una cantidad considerable de mercancías transportadas, con costes medioambientales importantes. ¿No hay que buscar un equilibrio entre desarrollo de intercambios y protección del medio ambiente?
P. L.: Ciertamente. Y es cierto que el comercio internacional crea transporte. Reconozcamos sin embargo que un 90% de esos transportes se hacen por mar, por lo tanto, por el medio menos contaminante en relación con las carretera o la vía aérea.
Tomemos un ejemplo: si yo soy Arabia Saudí y no tengo suficiente agua, o estimo que no debo utilizar mi agua para el cultivo de trigo que estoy obligado a regar, paso por el comercio internacional.
Cuando Arabia Saudí producía trigo, incurría en un error ecológico. Gracias al hecho de que se produzca trigo en otra parte y que Arabia Saudí puede importar ese trigo venido de países donde hay agua, hay una solución al problema medioambiental del lado del comercio internacional.
Entonces, no todo es negro o blanco... y al final de todo, eso depende mucho – en lo que concierne a los transportes -, de saber si los precios de la energía internalizan correctamente las restricciones de 'emisiones de CO2'. La cuestión está entre las manos de los negociadores internacionales que deberán ponerse de acuerdo en la Conferencia sobre el Clima de Copenhague.
Y la experiencia demostró - en el caso de los CFC por ejemplo - que si se ponen de acuerdo, no hay mayor problema con las normas del comercio internacional.
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Marc-André Miserez, swissinfo.ch, París
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Traducción, Marcela Águila Rubín
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EL FINAL DEL TÚNEL
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En sus perspectivas económicas generales, la OCDE anota:
La reactivación parece empezarse en la mayoría de los grandes países no miembros de la OCDE, especialmente en China. En Estados Unidos, un creciente número de señales permite entrever un nuevo arranque de la actividad en el segundo semestre de este año. En la zona euro en cambio, las señales no son aún tan claras.
Suiza. Las previsiones de la OCDE se acercan a las de expertos suizos. El Producto Interior Bruto debería retroceder un 2,7% y no un 0,2% como se anunció anteriormente. En 2010, la reducción ya no sería más que del 0,2%.
No hay triunfalismo. La reactivación es aún frágil. Los Estados no deben disminuir los esfuerzos para apoyar a la economía, en particular, para luchar contra un desempleo que va a conocer porcentajes cercanos al 10%, lo que no se había visto desde los años 70.
Reformas. La reglamentación y la vigilancia deberán reforzarse para limitar el riesgo de nuevas crisis financieras. Se enfrentarán, naturalmente, con resistencias. Por ello, "deberán ser iniciadas antes de que el recuerdo de la crisis se haya esfumado".
Impuestos. Las medidas excepcionales adoptadas por los Gobiernos aumentaron los déficit públicos "de manera espectacular". Para rectificar, los Estados deberán efectuar "esfuerzos considerables de saneamiento presupuestal". Será necesario "reducir los gastos públicos que no apoyan el crecimiento". Cuando sea menester aumentar la carga fiscal, la OCDE recomienda "favorecer los impuestos de amplia base", o sea los que paga un máximo de personas, como el IVA.
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