| -  Esta noche no he podido dormir. No ha sido por la noticia del nuevo soldado muerto en Afganistán. Han sido sus palabras, las de su ministra y por supuesto las del pequeño príncipe, con respecto a como la han justificado y como tratan, siempre lo hacen, de engañarnos y de endosarnos este nuevo sacrificio humano, una vez más.
Comienzo con usted presidente. Entre otras, no se como calificarlo, dijo que "la sociedad tenía o tiene, una deuda pendiente con Cristo", que así se llama el 'penúltimo' joven abatido en esta guerra absurda. Efectivamente, la sociedad; todos, tenemos una deuda con estos jóvenes que mueren a diario, defendiendo los intereses económicos y criminales de unos pocos (no lo digo yo pueden leer los artículos sobre Afganistán que hemos publicado en días anteriores) y con los miles de afganos, iraquíes, y de otras nacionalidades, defendiendo su territorio e intentando salvar lo que les queda, así como, honrando (así lo creen) a sus muertos. Con lo cuál, mientra estemos allí, la espiral de violencia traslada ya a nuestros países, no parará Es hora ya de que la sociedad pague esta deuda, y la manera, según pienso sería la siguiente: primero, pidiendo el regreso inmediato de estos jóvenes guerreros, engañados y utilizados, a costa de sus vidas: van noventa, más los heridos y más los que caerán si la sociedad permite que se prolongue. Segundo, echándoos del poder. ¿Cuántas veces nos dijo en la campaña electoral, si mal no recuerdo, que se retirarían las tropas?, igual lo esgrimió Mr. Obama en la suya, para claudicar, como todos los gobiernos occidentales, ante los intereses del tráfico monumental de drogas y la venta de armamento.
Siguen apuntando, no obstante, en vez de cumplir lo que prometieron: "que esta es una guerra por la paz y por la liberación de estos pueblos (?)". La PAZ, señor presidente, señora ministra, señor principito, no se consigue a través de la GUERRA. La estrategia que demanda la mayoría de la sociedad, aunque gran parte de esta, hastiada, no vote, es que acaben las GUERRAS. La única manera de que no maten a más soldados, o que no ocurran más 11M, es no participando y menos matando y destruyendo, defendiendo los intereses ocultos de quiénes todos sabemos.
¿Quién invade un país? No son los campesinos, no los obreros de la construcción o los ingenieros, que por diferentes razones emigran (emigrar no es invadir, está dentro del rol humano). Son los militares enviados, tras un lavado de cerebro espectacular, y que sin ningún miramiento masacran también a inocentes (los famosos daños colaterales), en los cuales podemos estar incluidos cualquiera, incluso en nuestra propia casa; ya los hemos sufrido. ¿Qué reparo puede tener alguien por la vida de los demás, si ha visto morir a su familia y arrasados sus casas y territorios? A estos les llamamos terroristas, ustedes los primeros, siguiendo las instrucciones de los verdaderamente poderosos (auténticos provocadores del terror), a los que les da igual quien pierda o quien gane, porque ellos ganan siempre. Usted, o usted señora ministra o usted señorito príncipe, le han preguntado a los afganos o iraquíes, que piensan de nuestros soldados y de nosotros mismos, aunque directamente no participemos. Ellos saben, que nosotros somos también culpables por permitirlo y por tanto, en cuanto tienen ocasión arremeten contra nuestras vidas, también aquí en nuestro territorio. Probablemente, no estará lejos el día en que nuevamente, en cualquier parte del pomposo y prepotente primer mundo, vuelvan a repetirse los hechos que ya hemos padecido en nuestras carnes.
Quiero preguntarles si usted señor Zapatero, por ejemplo, dejaría que sus hijas fueran de soldadas a estas tierras. ¿Permitiría usted señora ministra, que no comento sus palabras, porque en realidad lo único que se limitó es a dar el pésame la familia de este joven muerto y que deja dos huérfanos y una familia destrozada, a cambio de una medalla y cien mil euros, permitiría, repito, que fuera su hermano si lo tiene, o su compañero de alcoba? ¿Y usted, señor principazo, por su estatura, no por su inteligencia, por qué no va usted, ya que justificó esta muerte en aras de "del apoyo, 'debido', a nuestros aliados los americanos" ? Aún es joven, ¿por qué no va usted? (le repito), si tanto interés tiene en "apoyar" a nuestro am-o-igo americano.
Incluso el señor Zapatero y por ende su ministra, suelen esgrimir al unísono, se les escapa, el apoyo a nuestro gran aliado, instigador de la guerra, y que le endosó el mochuelo a la OTAN, como forma de lavarse las manos y por tanto de hacernos cómplices, a la sociedad, de estos muertos, entre otras cosas porque permitimos entrar en este organismo y por ahí. Nos tienen 'trincaos de los güevos’. No para de venirme a la memoria: "a la OTAN de entrada no" que decía don Felipe González, que nos acabó metiendo, para que después el caballero de la triste figura Aznar, tuviera el campo libre para llevarnos a la guerra sin ningún tipo de reparo, a cambio de prebendas y privilegios, tanto para él, como para su familia y allegados. Como dice Camarón, aunque en singular: "yo no os deseo mal, que como pagáis cobréis, a la hora de la verdad".
A las empresas, la Ley, les hace responsables, salvo negligencia probada, de las muertes de los operarios en el tajo; incluso en el trayecto. Con el mismo rasero se debería medir a esta empresa, ya que no es otra cosa, llamada gobierno. ¿Qué hacen los jueces o los fiscales, que aún no han llevado al triste Aznar y a su gobierno a los tribunales y a nuestros administradores actuales, por proseguir en estos hechos? ¿Qué hace la oposición, 'contraria a la guerra', para acabar con esto? ¿No es una negligencia, una falta de seguridad, trasladar soldados a esos países, sobre todo, cuando a nosotros, ningún afgano o iraquí de la calle, que son la mayoría, no nos han hecho absolutamente nada? Por el contrario, somos nosotros, nuestra sociedad, caracterizados en un puñado de jóvenes envalentonados, por el sueldo, por su 'instinto patriótico' o por la "defensa de la paz", en definitiva engañados, para, repito, defender los oscuros intereses de unos cuántos. Y no lo digo yo: es lo que dicen todos los analistas que no se la maman a los poderosos, pero que no creemos, o simplemente no nos llega esa información a través de los medios de comunicación 'oficiales', y que son, lamentablemente, mayoritariamente vistos o leídos, y que justifican una y otra vez esos principios. Sigan haciendo caso a éstos y acabaremos, como se dice en el otro artículo que publicamos hoy también, en una nueva guerra mundial.
Como pienso que la sociedad, o sea todos, debemos hacer algo. Propongo, en principio, que se les envíen correos electrónicos a estos personajes que pongo más abajo, para que al menos no sigan haciéndonos comulgar con piedra de molino: ¡Queremos la PAZ! ¡No queremos más muertes sin sentido, ni aquí, ni allá! Ya está bien de engaños. Ellos y no nosotros, son los responsables. No queráis confundirnos más, con la crisis: que siempre la padecen los mismos, con la gripe A, con el caso Gurtel, o con la selección española ...ya no nos despistamos, sabemos cuáles son sus verdaderos intereses, que no son, ni mucho menos, lo que predican
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Nos han acostumbrado a las muertes, a las torturas, y a las mentiras a diario en Afganistán, Iraq, Palestina… a través de los medios, y acabamos interiorizándolo inconscientemente como algo normal, debido a la diseñada dosis diaria.
Estamos inmersos en un evidente e intencionado proceso deshumanizador, fuera de la legalidad internacional.
¿Ya no nos conmovemos ante las desgracias ajenas? ¿Estamos ciegos? -
LQSomos. Juan Santaella*. Octubre de 2009.
El proyecto Matriz - LQSomos/09/10/2009 |
