Honduras. El presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, aseguró este lunes que Estados Unidos fortalece al régimen de facto hondureño liderado por Roberto Micheletti, al cambiar su postura sobre el golpe de Estado efectuado en ese país centroamericano el pasado 28 de junio.
"Cuando Estados Unidos cambia su posición está fortaleciendo al régimen de Micheletti", subrayó Zelaya desde la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde permanece alojado desde el pasado 21 de septiembre.
El legítimo jefe de Estado hondureño agregó que Estados Unidos, al decidir reconocer las elecciones del próximo 29 de noviembre en Honduras, "arreglaron su casa, pero nos desarreglaron la nuestra".
"Nos dejaron en el camino, Estados Unidos desacató a la OEA (Organización de Estados Americanos) y a las Naciones Unidas, que ordenaron mi restitución en el poder y condenaron el golpe de Estado", recalcó Zelaya..
El mandatario que fue electo por los ciudadanos hondureños le reclama a los Estados Unidos, cuyo gobierno después de haberle dicho que apoyaban cualquier esfuerzo para que se restituyera en el poder, ahora "han cambiado de posición".
"Ellos tienen que respetar mi posición, les reclamo como presidente de Honduras al que han reconocido, pero ahora atienden una actividad de un Gobierno que no reconocen", enfatizó.
Según Zelaya, los Estados Unidos "han caído en la trampa que le pusieron los socios de Micheletti en Washington".
Además, considera que a Estados Unidos no le ha importado la posición del Grupo de Río, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), ni de países como Brasil y los de Centroamérica, "que se sienten defraudados (con Washington) porque ahora se asocia a un Gobierno que no reconocen".
Con la nueva decisión de Estados Unidos, según Zelaya, "salió ganando el dictador de la tercera economía más pobre de América Latina, Micheletti, quien derrota a la mayor potencia del mundo".
"Soy el presidente de Honduras y si Estados Unidos me reconoce, debe respetar mis opiniones y no aprobar actividades de Micheletti", recalcó.
Zelaya insistió que no ha renunciado a su cargo y que en la carta que le envió al presidente estadounidense, Barack Obama, el pasado sábado, le dijo que no acepta "ningún acuerdo de retorno a la presidencia, para encubrir el golpe de Estado"
"Yo he manifestado que de ahora en adelante el único retorno aceptable es aquel que respete los procedimientos de ley del país que condenen el golpe de Estado y se respete la soberanía popular violentada. Los acuerdos que me proponen violentan esos principios", agregó.
Advirtió a Estados Unidos y la comunidad internacional que "estén pendientes porque el señor Micheletti está planeando irse y dejar una tercera persona (en el poder) para encubrir sus delitos y salir impune del golpe de Estado".
"Esta semana el Congreso Nacional pretende, es una pretensión, aceptarle la renuncia a Micheletti y colocar una tercera persona y sacarlo impune", dijo.
"Le pido a la comunidad internacional que no vaya a avalar una acción de esas porque será una prueba más de una complicidad para buscarle una salida ilegal al golpe de Estado", explicó.
Más temprano, el Gobierno estadounidense había reafirmado como líder de Honduras a Zelaya, reacción que derivó de la carta que envió el mandatario legítimo hondureño a Obama, en la que exigió que aclarara su postura respecto al conflicto.
"Hemos sido muy explícitos en cuanto a que reconocemos a Zelaya como el líder democráticamente electo de Honduras", insistió el portavoz estadounidense, Ian Kelly.
El portavoz, tras reconocer que el Departamento de Estado no ha dado una respuesta formal a la carta de Zelaya, se excusó y dijo que tal hecho no significa que Washington lo esté ignorando.
"Seguimos comprometidos con la aplicación del acuerdo Tegucigalpa/San José. Y mantenemos esta posición", afirmó.
Nicaragua. El Frente Nacional de los Trabajadores (FNT) de Nicaragua convocó a una marcha para el sábado 21 de noviembre en favor del fortalecimiento y la continuidad de los programas sociales que impulsa el gobierno del presidente Daniel Ortega.
El secretario general del Frente, Gustavo Porras, llamó a efectuar un recorrido por el centro de Managua donde también tiene previsto movilizarse la oposición.
El dirigente popular condenó también al presidente de la Internacional Liberal, el holandés Hans Van Baalen, por su intromisión en los asuntos internos de Nicaragua.
Venezuela. El Buró Político del Partido Comunista de Venezuela (PCV), manifestó su complacencia por la exhortación hecha ayer por el presidente de la República, Hugo Chávez, a los más de 7 millones de militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de sostener un debate de altura con las organizaciones políticas aliadas.
"A las patrullas (organizaciones de base del PSUV) les pido hacer debates de altura con los cuadros y las bases del Partido Comunista de Venezuela (PCV), del Patria Para Todos (PPT) y de otras asociaciones regionales aliadas", señaló Chávez tras votar en la parroquia 23 de Enero por los delegados al Congreso Extraordinario socialista, reseñó ABN.
El mandatario en rueda de prensa saludó al PCV, al PPT y otros que decidieron no sumarse al PSUV "y se les respetó siempre mantener su propio perfil, sus siglas y sus cuadros que ojalá sigan fortaleciéndolos desde todos los puntos de vista".
Por ello, hoy el Secretario General del PCV, Oscar Figuera, señaló que la propuesta de Chávez no debe quedar sólo en establecer mecanismos de contactos bilaterales entre partidos.
Indicó que su objetivo debe estar dirigido a la búsqueda de espacios de construcción de una instancia orgánica y de una dirección colectiva del proceso.
"Entendemos que esa debe ser la orientación hacia donde avanza ese planteamiento del presidente (Hugo) Chávez. Debe servir para avanzar hacia la reactivación de la iniciativa que en su momento jugó la Alianza Patriótica, entendida ésta como un espacio de construcción de acuerdos políticos estratégicos", apuntó.
Igualmente, Figuera aseveró que la propuesta no debe tampoco limitarse al mero hecho electoral, sino que debe inscribirse en el cuadro actual de agudización de las contradicciones de clase en el ámbito internacional, con el imperialismo estadounidense; y en el ámbito nacional, de los sectores populares y de los trabajadores, frente a la oligarquía.